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Especial: Criadores de aves exóticas denuncian que el SAG se niega a devolver aves incautadas ilegalmente

En junio de 2018, un medio centenar de criaderos, legalmente constituidos y autorizados
por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), sufrieron la incautación de cerca de mil aves
exóticas, sin orden judicial de por medio, efectuada por la PDI, el Servicio Nacional de
Aduanas y el mismo SAG. La excusa, era que se trataría de aves ilegalmente ingresadas al
país y sin documentación legal.

Los hechos revistieron carácter de escándalo, pues las autoridades se encargaron de
publicitar en los medios de comunicación, escalofriantes imágenes de aves maltratadas,
conducidas clandestinamente en botellas recortadas o apiladas por decenas, donde solo
cabían unas cuantas. Las fotos no correspondían en nada a Chile, es más, eran fotos
sustraídas de la web de varios años atrás, en otros países.
Los dueños de los criaderos fueron detenidos y “fichados”, por tráfico de animales.

Burdo montaje

Muchas de las víctimas de las incautaciones se acercaron a Cambio21 y denunciaron que se
trataba de un burdo montaje que no solo los había privado de parte importante de sus aves,
sino que se trataba de un hecho ilegal y arbitrario, alegaron, pues las aves contaban con sus
respectivos certificados de origen y anillas cerradas que los identifican, de acuerdo a las
ordenanzas legales y administrativas https://cambio21.cl/cambio21/grave-denuncia-de-
amantes-y-criadores-de-aves-una-extraa-y-rara-incautacin-de-aves-legales-
5b3f9990aa2d7415fa501365


Es más, señalaban, el SAG permanentemente los estaba inspeccionando y jamás los habían
infraccionado por dichas aves, que estaban debidamente registradas.
El asunto pasó a las manos de la Fiscalía, la cual instruyó los procesos respectivos en contra
de los presuntos “traficantes”, como se catalogó a los criadores y tenedores de aves
incautadas.

Cambio21, sin éxito, intentó recaba de la autoridad una explicación a las
denuncias de montaje, sin éxito, al negarse a responder nuestras preguntas.

Cae la mentira: “No hay mérito para investigar”

Lo grave, es que, durante todo el tiempo de la incautación, jamás se les informó, a pesar de
peticiones escritas al respecto, dónde se encontraban las especies y cuál era su estado. Todo
el procedimiento estuvo rodeado de un tufillo de dudosa transparencia, muy cercano a
“corruptela”, relata hoy a nuestro medio, una de las víctimas, José Aliaga, a quien le
incautaron decenas de aves avaluadas en cerca de 20 millones de pesos.
Pasaron cerca de dos años para que cayera, por su propio peso el “montaje”, como fue
catalogado por los afectados.

La Fiscalía, caso a caso, fue determinando que no existían los
antecedentes ni méritos para instruir los procesos en contra de quienes habían sido fichados
cual delincuente, y ordenó, en diciembre de 2019, la restitución de las aves incautadas a sus
dueños, de acuerdo al Oficio 3346/2019.

Y, aún, a pesar de los requerimientos de la Fiscalía al efecto, aún no se las devuelven, lo
que coloca al SAG en rebeldía, frente a tribunales. ¿Qué pasó con las aves? ¿Qué pasó con
las crías obtenidas de ellas? ¿Quién responde por el daño ocasionado? No se escucha padre.

“Tratados como delincuentes”

Aliaga, recuerda que estaba en su criadero cuando de improviso se presentó un grupo de
individuos en su parcela, en Melipilla. Sin mediar provocación, incluso los policías
desenfundaron sus armas, asegura. “Todo fue irregular, incluso el individuo que iba en
representación del SAG, personalmente me había inspeccionado, nunca hubo alguna
imputación o duda.

Incluso, ese día le mostré todos los documentos, pero no les importó
nada, iban con la idea prefijada de incautar. Mintieron”, asegura.
“Lo que correspondía era haber dejado retenidas las aves en el propio criadero y haber
requerido, dentro de un plazo la documentación”, señala Aliaga. “Por el contrario, fuimos
abusivamente imputados por tráfico de aves. A partir de allí, comenzó un calvario para
nosotros. En particular, he mandado oficios a diversas autoridades requiriendo información,
sin éxito”, afirma.

“Mi salud ha sido fuertemente afectada por todo esto, soy una persona decente, jamás
imputada en ninguna actividad ilícita, pero ese día me sentí humillado y eso me ha traído
consecuencias en mi salud. Tengo, por razones de un accidente laboral, problemas de
desplazamiento. ¿Qué peligro era para ellos para que sacaran sus armas? Se pregunta”.
SAG en rebeldía

No solo la Fiscalía notificó al SAG, por ley el responsable del cuidado de las aves en el
periodo de investigación judicial, que debía restituir dentro de quinto día las especies
ilegalmente incautadas. El mismo David Aliaga entregó formalmente las resoluciones ante
el SAG respectivo.

Es más, tras la resolución de no perseverar por no haberse acreditado el delito que se le
imputaba, se entrevistó con diversos funcionarios de ese organismo, incluso en Santiago,
pero la respuesta siempre fue evasiva. Eso, hasta que tras casi un mes desde la resolución
que ordenaba la restitución de las aves, Aliaga recibió un escueto mail.

En él, le ordenaban
acompañar “nuevos antecedentes”, antes de proceder a la devolución. “Es una excusa, no
los quieren devolver, entre todos se tiran la pelota, pero nadie responde. Tampoco del
maltrato de que fui víctima, siendo incluso formalizado por tráfico de aves”, reclama.

El SAG, al responder a la Fiscalía, alegó no tener los antecedentes o que estos no les habían
sido remitidos, lo que Aliaga denuncia como “falso”, pues “al Servicio Agrícola y
Ganadero se le presentaron y acompañaron por escrito”, lo que se acredita en presentación
timbrada por el SAG como recibida, junto a los antecedentes, hace más de un año atrás y
que Cambio21 tuvo a la vista. “Incluso, aseguran que en cerca de 10 casos no se ha
acreditado Domicio, pero nada dicen de las cerca de 70 especies que están en su poder y
donde cuentan con todos los datos, afirma Aliaga”.

La víctima anuncia que esto “no quedará así, demandaremos los daños causados, alguien
debe responder, esto ha sido un abuso, incluso, a pesar de tener los papeles, me han acusado
de ser criadero clandestino. Esto ha sido una persecución. Todas las parejas eran
reproductoras, algunas incluso criadas a mano, yacos, guacamayos, etcétera…”, reclama.
Tribunales tendrán la última palabra.

Por ahora, el SAG, encargado del resguardo, sigue
retardando, sin razón, la entrega.

Cambio21 no obtuvo respuesta del organismo.