El martes pasado el Ministro de Hacienda anunció un nuevo ajuste a la baja de la proyección del crecimiento 2019. De 3,5% que estimo hace 2 meses lo rebajó a 3,2%.

 

Sin embargo, a las 24 horas salieron diversos agentes económicos a cuestionar su proyección. La consultora S&P señaló que su proyección era sólo 2,6%, por su parte el Departamento de estudios del Banco Santander señaló que su estimación 2019 era sólo 2,7%. Previamente la consultora Larraín Vial proyectó 2,5% igual que el otrora co-coordinador del programa económico de la campaña de Piñera Rodrigo Vergara que también anticipó un modesto crecimiento de 2,5%.

 

Esos agentes económicos coinciden con nuestra visión crítica de que economía chilena está estancada –como lo ratifica IMACEC enero-mayo que sólo es 1,8%-.

 

Lamentablemente tenemos una autoridad económica que no es realista sino al contrario es de un optimismo exagerado que no está en sintonía con la ciudadanía ni con los actores políticos y económicos que no ven bases para esas proyecciones de 3,2%, lo que implica crecer en segundo semestre “en torno a 4%” como lo sostuvo ministro Larraín en Comisión Mixta de Presupuesto respondiendo una pregunta que le hice en la sesión.

 

Un país serio debiera tener una autoridad económica realista, no es bueno para el cargo que sea optimista o pesimista, lo que el país quiere verdad, sinceridad y buenas políticas económicas y no venta de espejismos ni menos realismo mágico.

 

Probablemente en octubre cuando se presente el presupuesto fiscal 2020 tendremos un nuevo ajuste a la baja del crecimiento 2019 y del precio de cobre promedio anual que ya bajó a US$ 2,85.

 

También es preocupante que informe financiero del proyecto tributario tenga “sobre estimado” el efecto recaudatorio de las medidas planteadas (impuesto al retiro desproporcionado, límites al market makers, impuesto a la inversión regional). O sea habrá menos recaudación fiscal que lo estimado por Informe financiero de la DIPRES.