Oh I'm just counting

Actriz Gloria Laso a Cambio21: “Me da pena que haya tanta agresividad en el país”

Con la sabiduría que dan los años, la artista apela a la reflexión y a ponerse en el lugar del otro antes de juzgar y criticar, sea de la ideología que sea. Solo una certeza aparece en el horizonte: no votará por Piñera.

Por Luis Casanova R.
 
Hay muchas cosas que no logra asimilar Gloria Laso. Entre ellas la rabia de la gente, la falta de empatía y la imposibilidad de que derechas, izquierdas y centros puedan convivir sin que se saquen los ojos.
 
Sobre eso y más dialogamos con la actriz de cine, teatro y televisión en un concurrido café que marca el límite entre Ñuñoa y La Reina.
 
Prohibido enojarse o ponerse grave.
 
 
“Yo no me creo nada”
 
- En otra entrevista usted dijo que “hay mucho punga que cree que siendo de derecha va a entrar al club de golf” y dejó la escoba en las redes sociales.
- La verdad, no entiendo por qué las personas se dieron por aludidas. Si yo digo punga es algo divertido, porque es un término muy antiguo, creo que más atrás de los ’80. “Es que quiero a mi país”, dijo uno. Ok. Insultos van e insultos vienen. Entonces, yo me pregunté por qué la gente no se ríe si está lleno de gallos arribistas que quieren ser más de lo que son.
 
- ¿No será que las batallas ideológicas y sociales de antaño, que antes se daban en las calles, ahora se producen por Twitter?
- Sí. Creo que la gente necesita desahogar un nivel de rabia que tiene, no sé por qué y a propósito de qué, pero que tú lo ves en cómo manejan sus autos. Uno señaliza para ir a doblar y en todos los países del mundo te dan la pasada para que puedas girar. Aquí no. Basta que pongas el intermitente pa’ que se metan y no te dejen. Es como una afrenta (ríe). Quieres adelantar a alguien y te pasa al otro. Yo no sé si es una permanente competencia o solo rabia acumulada. Solo sé que es mala onda gratuita con desconocidos.
 
- ¿Qué fue lo peor que le dijeron?
- Cosas horrorosas: “vieja tal por cual”, “vieja aquí y vieja allá”. Insultan diciéndote “vieja”, cuando todos van a llegar a viejos. Es divertido. Que tú me insultes con algo imposible que te pase a ti, ok. Pero insultar a alguien con algo que te va a pasar más temprano que tarde y donde tení papa, mamá y gente de la edad mía, es súper absurdo.
 
- Si es por buscarle un ángulo medio teórico y tratando de no ponerme latero, estamos en un período en el que muchos chilenos tienen ansias de crecer y llegar a posiciones socioeconómicas más altas y donde no les gusta que les digan nada…
- ¡Pero si yo no estoy en contra del crecimiento! ¡Me parece estupendo y regio que la gente cambie de clase social! Por qué tanta rabia. Lo que señalé fue en un contexto de una conversación donde dije algo chistoso. No fui despectiva es absoluto. Y lo otro, no sé si sea entretenido ir al Club de Golf. Puede ser de una lata horrorosa (ríe). Depende de cómo lo mires. Pero insisto, no capto por qué le gente se violenta. Lo encuentro súper raro. “Ella odia la clase media y se cree de clase alta”, leí por ahí. ¡Yo no me creo nada ni odio a nadie! No se me ocurriría odiar a alguien, menos por ser de clase media o alta. A mí qué me importa. Tú tienes que establecer relaciones con las personas por ser ellas mismas, no por donde están paradas, por el auto andan o en qué barrio viven.
 
- ¿Qué le parece el revuelo mediático que generó su “retorno a las teleseries”?
- Es lo más raro que hay, porque hice una teleserie hace dos años. No existe ningún retorno.
 
 
- ¿Cree que esto obliga a ser más restringida en cuanto a la interacción con la gente?
- Lo que pasa es que yo tuiteo cosas bien específicas: perros perdidos pa’ ayudar a que los encuentren, injusticias, qué sé yo. Si revisas bien, yo no tiro basura o mierda con ventilador. Son generalmente a favor de las mujeres y contra el maltrato familiar y animal. Siento que puede ser una plataforma que hace reflexionar. No quiero pelear con nadie. Para qué. Si es por discutir algo interesante, donde yo tenga una posición y otra persona tenga la suya, a lo mejor hasta para cambiar de idea… quizás.
 
- Se lo preguntaba por el estilo del actor Pablo Schwarz, que dispara contra todos y que no le importa nada.
- Pablo tira cosas para el mundo que son divertidas. Creo que él se entretiene. Lo mismo que Ramón Llao, que es chistoso y tiene sentido del humor. En fin, me da pena que haya tanta agresividad. Le resta al país. El otro día leí un comentario por Twitter de un extranjero que decía: “qué bueno que estamos en el ‘18 de septiembre, porque por primera vez veo a la gente contenta”. Ahora, yo no sé tampoco si celebrar la independencia significa reventarse, chocar, curarse y hacerse bolsa… yo viví muchos años en España y se hacen fiestas en los pueblos en las que todos bailan y se disfrazan y se disfruta mucho. Comen, toman y bailan, pero nunca los vi reventarse o que hasta pa’ divertirse haya violencia. Me intriga por qué son así.
 
Ricos, pobres y los del medio
 
- ¿Tiene candidato presidencial?
- (Tarda en responder) Vamos a esperar la segunda vuelta (ríe). Tengo mucha prudencia al respecto. Lo que pasa es unas personas tienen ventajas y otras también. Por eso que a esta altura de la vida, como me dicen vieja, en la vejez uno se pone más prudente, en el sentido de que posees una óptica más tranquila y las cosas se miran con más distancia.Pero cuando tení veinte años te tirai a la piscina donde sea y si tiene o no tiene agua, qué pena. Ahora no, vemos qué ofrece este y qué oferta este otro. Yo voy a votar por el candidato más humanista y que le interese más el planeta, los seres débiles y que trabaje por intentar crear una sociedad más fraternal. Esto de ver el enemigo potencial en el vecino es algo que hay que cambiar.
 
- No existe ese candidato parece.
- Si poh, por eso esperemos la segunda vuelta. Está entre Guillier y Beatriz Sánchez por un lado y Piñera por el otro… yo nunca he votado por la derecha en todo caso, pero, indudablemente, Piñera tiene muchas virtudes también. O sea, no creo que sea un demonio. Para nada. Lo conozco por circunstancias familiares y me parece que es una excelente y bellísima persona. Lo mismo que su mujer y su familia. Yo le tengo mucho cariño. No voto por él por una cuestión de conceptos y porque tengo otra visión del mundo.
 
 
- Siempre se habla sobre su carácter y personalidad y que cuando la gente le habla él está en Marte.
- Así es. Yo no soy quien para ponerme a hablar de él. A mí me parece que es una persona muy inteligente, pero entendiendo que hay distintos tipos de inteligencias. A veces, la inteligencia emocional no es la misma que la matemática o la humanista. Entonces, esa rapidez que tiene es porque está a mil en la cabeza. La gracia que tiene es que cuando se equivoca pide perdón y disculpas. Yo he visto gente que sabe que se ha equivocado y se chanta en su posición. Y en ese sentido Piñera es bastante humilde. Desgraciadamente, existe gente que lo acompaña que no es santa de mi devoción.
 
- No se estará refiriendo a la UDI…
- Sí. La UDI.
 
- Él está muy cercano a ese partido y por lo mismo Guillier planteaba que echaba de menos al Piñera más moderno, progresista y liberal que era antes.
- Es que no sabemos lo que pudo haber negociado la UDI para apoyarlo. A mí la UDI no me gusta. No tengo ningún problema en decirlo, aunque conozca bellísima gente de la UDI. Mis compañeras de colegio son sumamente UDI y les tengo un profundo cariño y sé que tienen muy buenas intenciones y me tienen harto cariño también. Nos criamos juntas. Igual son sus maridos más que ellas los que militan. De todas formas, yo creo que todo el mundo tiene su buena intención. La verdad es que nadie puede tener una ambición personal tan loca como para que quiera sacrificar a todos por su ego. La gente pensará que su camino es el correcto y se debe luchar por eso. Sí creo que hay caminos más correctos que otros (ríe), pero esa es la posición mía, que para otros debe ser la errada. El tema es que hay que tener una mentalidad más amplia. Por eso tengo amigos en todos lados.
 
- Nos falta ser más transversales entonces.
- Uno de los problemas que tiene Chile es que no tiene una visión de todas partes. Tengo amigas en la UDI y conocí militares -ya fallecidos- e hijos de militares con los que yo me crié, porque mi papá era militar. También gente de la familia de mi abuelo, mis primos por el lado de mi mamá, que son de Schoenstatt y católicos a morir. Por otro lado, está la gente que conocí fuera de Chile, en los años de exilio, que son miles de personas de izquierda con la que compartí mucho. Tengo amigos de centro. En fin, puedo ver un poco desde distintos puntos de cámara y no vivo una vida sesgada. Conozco a los ricos, a los pobres y a los del medio y he compartido con los tres, lo que en este país no pasa. Los ricos solo se juntan y se casan con los ricos y los pobres se juntan con los pobres y se espantan de los ricos… tengo una anécdota muy loca.
 
- A ver, cuéntela.
- Entre las millones de cosas que he hecho, dicté un taller en La Legua (emblemática población de San Joaquín) a mujeres de extrema pobreza. Cuando terminó el curso, una me preguntó si conocía la Avenida Matta. “¡Es bonita ah!”, me dijo. “¿Y ustedes han ido pa’ arriba o un poco más pa’ allá?”, les consulté. “No, no hemos ido nunca”. Así que les dije: “vamos, las voy a llevar al Arrayán, La Dehesa, Vitacura y toda esa parte de Santiago”. Invité a cinco. No cabían más en el auto. Llegué a buscarlas. Tenían 70 años aprox. Andaban todas con patas floreadas, zapatillas de tenis, coolers y sombrillas. Iban como a un paseo en el río. No sé qué concepto tenían. El hecho es que fuimos y recorrimos todo, pero a mí se me ocurrió decirle a un amigo que tiene mucha plata y un departamento muy bonito, con piscina en el piso 20, si podíamos pasar para ver Santiago desde ahí.
 
- ¿Fueron?
- ¡Fuimos poh! Entraron las señoras. Tocaron los muebles, las murallas, todo. Y una al final me dice: “y pensar que vivimos en la misma ciudad”. Me sorprendieron dos cosas: primero, cero resentimiento, cero rabia y cero frustración o decir por qué esta persona tiene tanta plata y nosotras no. Y segundo, estaban admiradas de que hubiera este mundo el cual ellas no sabían que existía, y al lado. No era París. Por lo tanto, si las personas se conocieran más y compartiera más, creo que todo cambiaría. Hay mucho estereotipo. Estos son malos, no, tú eres el malo. Se etiqueta a la gente y la verdad es que hay de todo en todas partes. Pasa que si tú conocí a alguien en persona es obvio que le tomai cariño venga de donde venga. Es eso lo que le falta a los chilenos.