“Seguramente para los lectores aparezcamos como majaderos al señalar que tras cada gobierno que termina se cumplen escasamente los compromisos que se acuerdan con el mundo municipal. Eso ha pasado en todos gobiernos de la concertación y también con Sebastián Piñera. En este último gobierno de Michelle Bachelet hubo avances, pero aún resultan insuficientes”, dice Sadi Melo, alcalde de El Bosque y vicepresidente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) al evaluar la saliente administración del Estado.
-¿Pero se dice que avanzaron en varios temas?
-Ha habido reformas importantes y quizás lo más relevante ha sido la Reforma Educacional, que devolverá la educación pública al Estado Central; además, los municipios debemos agradecer a la Presidenta por la Ley de Plantas Municipales, que le devolvió a los municipios la potestad para elegir su personal; creo que entre las leyes recientemente aprobadas, está la Ley de Gobiernos Regionales que le entrega atribuciones a los municipios y espacios vecinales en esta nueva institucionalidad.
-¿Cuáles fueron los primeros cambios en el mundo municipal con el retorno de la democracia?
-En la primera mitad de los 90 se produjeron dos hechos muy relevantes en materia municipal y regional. En junio de 1992 se realizaron las primeras elecciones municipales democráticas, generándose autoridades edilicias que emanaron de la soberanía popular, y en 1990 se crearon los gobiernos regionales y luego se implementó la elección indirecta de consejeros regionales, cuya elección a partir de 2012 se ha realizado por votación directa de los ciudadanos y que, paradojalmente, aún no cuentan con una ley y un reglamento que clarifique cuáles son sus funciones y atribuciones.
-¿Qué se entiende por demandas históricas en el mundo municipal?
-Hablamos de demandas históricas porque cuando nos dimos la tarea de escribir una agenda larga y una agenda corta para presentárselas a los candidatos nos encontramos que estábamos puntualizando los mismos aspectos que venimos planteando hace décadas.
-¿Aspectos cómo cuáles?
-Mayor autonomía financiera; reestructurar el Fondo Común Municipal y tener un aporte fiscal, conjuntamente con el rediseño de variables que componen ese Fondo de manera que incentive y premie el “buen gobierno comunal”; disminuir las transferencias condicionadas, donde el Estado central nos dice que hacer con determinados recursos y transformarlas en transferencias directas; generar mayores recursos en salud, pues anualmente los municipios debemos traspasar importantes cantidades de ingresos propios para que la educación pública y la salud primaria puedan seguir funcionando; transferencia paulatina a la administración municipal de los distintos servicios que operan en el territorio de forma descoordinada como Fosis, Indap, Sence, ministerio del Deporte, entre otras demandas y propuestas.
-Hablemos sobre asociativismo municipal. ¿Qué le parece?
-El asociativismo municipal fue un paso relevante y que mucho valoramos, porque ha permitido que los territorios tengan mayores posibilidades de asociarse en temas que son comunes. Existen en Chile hoy muchas asociaciones de municipalidades con fines muy específicos. Existen asociaciones temáticas como municipios turísticos, con puertos o casinos municipales, y están los territoriales, como las asociaciones regionales. Todas tienen un espacio de acción muy determinado y especifico.
-Sobre la ley que perfeccionó el rol de los concejales, ¿cuál es su opinión?
-En primer lugar déjame acotar un reconocimiento. Sacar adelante esta ley contó con el abnegado trabajo de la Comisión de Concejales de la Asociación Chilena de Municipalidades, encabezada por el ex concejal de La Florida Marco Espinoza, acompañado por concejales y concejalas de todos los sectores políticos y los equipos técnicos de la AChM. Ahora bien, la ley que perfecciona el rol de los concejales, que incluye solución y respuestas a las demandas de los más de dos mil doscientos concejales y concejalas de Chile, me parece que ha permitido mayor empoderamiento de las autoridades locales; le ha dado funciones específicas, pero la iniquidad territorial mantiene una brecha entre los concejales de municipios ricos y municipios pobres.
-Volvamos a la deuda que tiene el Estado central con las municipalidades.
-Hablamos de demandas históricas pues, reconociendo ciertos avances, ningún gobierno de nuestra joven democracia ha dado impulsos cualitativamente sustantivos en materias de desarrollo local y regional. Se espera desde el mundo municipal que, al iniciarse un nuevo ciclo político, podamos sentar las bases de una agenda descentralizadora que se transforme en una acuerdo nacional para el desarrollo local y regional, que sabemos que no se puede implementar en cuatro años pero sí debemos sentar las bases para ello.
-¿Cuáles son los desafíos para el nuevo periodo?
-Tenemos grandes desafíos y estamos dispuestos, desde el municipalismo, a enfrentarlos con diálogo, propuestas técnicas y voluntad política. Pasada la elección buscaremos las fórmulas para sentarnos a conversar sobre un nuevo trato que deben tener los municipios. El gran desafío será traducir la participación ciudadana en hechos concretos que permitan una mejor democracia.