Al menos diez personas, entre ellas tres niños, han muerto en nuevos bombardeos del Ejército sirio esta mañana contra zonas rebeldes del noroeste de Siria, después de una semana especialmente sangrienta para los civiles, con un centenar de fallecidos.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó hoy que los aviones de Damasco efectuaron casi 40 bombardeos en varios puntos del sur de la provincia de Idlib y el norte de la provincia de Hama, bastiones de los grupos armados opositores.
Nueve civiles, incluidos dos niños, fallecieron en la población de Ariha, en el sur de la provincia de Idlib, donde también se han registrado 28 heridos por los bombardeos de los aviones gubernamentales, según el Observatorio.
Otro niño murió por los ataques aéreos en las afueras de Kafr Auid, también en Idlib, la última región controlada casi en su totalidad por los grupos rebeldes e islamistas.
La ONG con sede en Reino Unido pero una amplia red de colaboradores sobre el terreno, aseguró que la aviación rusa también ha efectuado bombardeos en Hama.
Además, el Ejército sirio también ha realizado ataques de artillería y con helicópteros en la provincia de Alepo, vecina de Hama e Idlib, donde aún hay presencia de combatientes rebeldes.
En este contexto, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció ayer viernes que 103 personas, incluidos 26 niños, han perdido la vida por ataques del Ejército sirio y sus aliados en los pasados 10 días en Idlib y Alepo.
Estos ataques aéreos se producen en medio de una "aparente indiferencia internacional", criticó en un comunicado la ex Mandataria chilena, y advirtió también que pese a las peticiones de la ONU para que estas agresiones no se dirijan contra objetivos civiles -crimen de guerra- "el Gobierno sirio y sus aliados ha continuado atacando instalaciones médicas, colegios y otras infraestructuras como mercados o panaderías".