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Camilo Escalona, expresidente del PS a Cambio21 y el manejo de la pandemia: "A la derecha le sirve Mañalich para no responsabilizar a Piñera"

Por María Cristina Prudant
 
Diversos cargos políticos ha asumido Camilo Escalona, a través de su trayectoria en el mundo político. Partió en las lides políticas cuando era adolescente como dirigente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago, FESES, en la época del gobierno de Salvador Allende, mientras estudiaba en el Liceo 6 de Hombres (hoy Liceo Andrés Bello) de la populosa comuna santiaguina de San Miguel. Escalona fue diputado en varios períodos y también fue senador. El 20 de marzo de 2012 fue elegido presidente del Senado,​ lo que marcó un hito para su partido ya que después de 46 años, era el segundo socialista (el primero después de Salvador Allende) en ocupar dicho cargo. Ha escrito varios libros. Y en las próximas elecciones podría ser candidato a senador nuevamente.
 
Frente al grave momento que vive nuestro país por las alarmantes cifras del coronavirus ¿qué piensa usted?
Creo que Chile vive la tragedia social más terrible de su historia. No tengo duda que desde el punto de vista social está por encima de cualquier otra circunstancia que al país le haya tocado vivir. Si recordamos vamos al cataclismo entre terremoto y maremoto en 2010 fueron entre 500 a 600 víctimas y una destrucción material que el país estuvo en condiciones de enfrentar y resolver. Un poco más atrás según dicen la catástrofe más grande, del punto de vista del movimiento de tierra, fue el terremoto y maremoto de Valdivia del año 60, para el país causó también una cantidad enorme de víctimas, pero reaccionó y tuvo una capacidad de hacerse cargo de la tragedia en cosa de semanas a pesar de la debilidad de las vías terrestres  y de las comunicaciones de la época.
 
Ahora, con todos los medios tecnológicos a disposición, Chile, recibe el impacto y está atravesando por un descalabro sin precedentes. Esta cantidad de víctimas y contagiados le producirá al país un retroceso, posiblemente de cerca de medio siglo en su fuerza como nación y en este sentido no puedo si no que señalar que la responsabilidad política del Presidente de la República y el equipo ministerial que lo acompañó es inexcusable. La estrategia que implementaron, las llamadas cuarentenas dinámicas para evitar declarar de inmediato una rígida e inflexible cuarentena que impidiera la propagación del virus esa actitud desaprensiva y displicente con la cual enfrentaron la pandemia, hoy se refleja en un impacto que, como digo, para Chile le significará  varias décadas en su desarrollo como nación.
A pesar de este panorama sigue la derecha y el gobierno defendiendo a Mañalich y a la vez le cargan todas las culpas para salvar a Piñera. ¿Qué le parece?
Sí, en eso la derecha tiene un nudo ciego, o sea, está en una situación sin solución porque tiene para evitar que las miradas se vuelquen hacia Piñera, tiene que colocar como factor de contención a Mañalich. Pero al mismo tiempo no puede defender tanto a Mañalich porque en consecuencia todos van a pensar que si no fue Mañalich el responsable; entonces el verdadero responsable de esta tragedia es Piñera. O sea, en este caso se da el antiguo adagio de la persona que tiene un cuchillo si se lo sacan se muere, si se lo dejan lo matan, o sea, no tiene solución el problema, desde mi punto de vista, para la derecha.  Es una contradicción enteramente insoluble. Es un conflicto que no tiene solución.
 
Pero también están involucrados los asesores del segundo piso, partiendo por Cristián Larroulet, que quiere salvar a Piñera.
A mí me da la impresión que Larroulet inició ese movimiento, pero es como pegarse un balazo en los pies como leí en una artículo de un semanario. Como digo, no es tanto lo que lo puede defender porque en consecuencia significa que quien tomó las decisiones fue Piñera, no existe otra posibilidad. En el ámbito económico si existe otra posibilidad que creo que no se puede dejar pasar. También creo que la responsabilidad política del ministro de Hacienda es inexcusable.
 
La estrategia de no quemar los cartuchos es una parte decisiva en el drama que estamos viviendo, en el sentido que enviar la gente a sus casas sin recursos para sobrevivir hizo imposible que la cuarentena fuera efectiva. Los mandatarios que tuvieron más visión de Estado como por ejemplo, la primera ministra de Nueva Zelanda o la canciller de Alemania, tomaron  la decisión de entregar sin excepción ninguna a todos los hogares un subsidio que les permitiera estar en sus casas. El Estado asumió el costo de financiar el encierro de las familias.
 
En el caso chileno aquí la responsabilidad es de Piñera y de Briones y no tienen perdón, no tienen excusa. Mandaron a la gente sin ingresos al confinamiento. Por lo tanto, no se iba a sostener el encierro, necesariamente las familias lo iban a romper y articulado por la errada estrategia de pensar que el virus que llegó por la vía de los que regresaron del turismo a Europa, es decir, no fue casual que el virus se instalara primero en las comunas de Las Condes, Vitacura y Providencia. La estrategia de establecer la cuarentena hasta Vicuña Mackenna, fue una decisión completamente absurda.
El virus no era un peatón que iba, simplemente a informarse por los medios de comunicación que podía llegar hasta Vicuña Mackenna y no podía atravesar ni hacia la comuna de Recoleta o de Independencia ni hacia la comuna de Santiago, por el contrario no tuvo ningún factor de contención y en consecuencia se extendió hacia los sectores más hacinados de la ciudad generando la catástrofe que estamos viviendo ahora. Un virus que está sin control. Entonces, los dos factores negarse a declarar la cuarentena  en toda la ciudad de Santiago, una cuarentena parcial  que el virus fácilmente rompió y un confinamiento que no se podía sostener porque las familias no tenían ingresos para sobrevivir generó la catástrofe que estamos viviendo.
Todos esos factores están influyendo para armar una acusación constitucional contra Mañalich. ¿Usted está de acuerdo?
Si, yo pienso que eso es inevitable. No sé en qué momento los parlamentarios irán a tomar una decisión, tienen  seis meses de plazo para hacerlo, a partir del día 13 de junio cuando se produjo el cambio de gabinete, es decir, hasta el 13 de diciembre. Podría ocurrir que en estas semanas sea inoportuno por la alarma pública que es tremenda, naturalmente que puede ser razonable que los parlamentarios que tengan la decisión de presentar esa acusación constitucional posterguen esa decisión. Eso no significa que no se deba presentar porque hay una responsabilidad política ineludible de Mañalich.
 
¿Y qué pasa con Piñera. Cómo asume su responsabilidad?
En el régimen presidencial es una situación virtualmente sin solución porque en el caso de presentarse una acusación constitucional no hay ninguna posibilidad de ser aprobada y en consecuencia significaría someter al país a una tensión tremenda, gigantesca sin que tenga éxito. Necesita quórum calificado de los dos tercios del Senado en el caso que la Cámara de Diputados la aprobara, la del Presidente. La situación está en un callejón sin salida y es esa la naturaleza del régimen constitucional. En el régimen parlamentario quien pierde la mayoría deja de gobernar.
 
El gobierno sigue tomando medidas contra la ciudadanía por no respetar la cuarentena. Los números indican que sólo el 5% no ha cumplido y eso es considerado normal. Pero se aprobó la ley que endurece las penas para los infractores. ¿Está de acuerdo?
Se promulgó la mañana del (sábado). La promulgación de esa ley yo creo que indica que no se ha aprendido nada porque la gente tiene que tener la capacidad de sobrevivir para quedarse en su casa, si no no se va a quedar independiente que la metan tres años a la cárcel como dice la Ley que se acaba de promulgar, entonces es la misma receta que está profundamente equivocada. En ese sentido creo que el cerco informativo que mantiene el gobierno a través del control de los medios especialmente la televisión abierta se ha transformado en un factor profundamente negativo de la situación que estamos viviendo porque ese cerco informativo actúa como un factor de chantaje sobre el parlamento y las fuerzas políticas con representación parlamentaria no han tenido la capacidad de sobreponerse a ese cerco informativo. No han tenido la capacidad de lograr romper el chantaje que se hace  a través del monopolio de la información y se suman, finalmente a una estrategia que es equivocada porque aprobar esa ley no tendrá ningún fruto real.
 
Y esta situación  además, se extiende a otros ámbitos por ejemplo, la decisión que sea hecho pública del directorio de Televisión Nacional de licitar ni más ni menos que las instalaciones del canal. Es decir, ese es el paso previo a la privatización  de Televisión Nacional. En lo personal valoro la nota aclaratoria de Nivia Palma, miembro del directorio de TVN que ha establecido que estas decisiones se tomaron antes que ella fuera miembro del directorio y manifestó su rechazo a una decisión como esta y esto significaría finalmente terminar con la televisión pública. Debo decir que yo muchas veces, cuando veo Televisión Nacional, me veo en la obligación de cambiar de canal porque el informativo de la televisión nacional parece, en más de alguna ocasión, las relaciones públicas del gobierno. Aún así, creo que es muy importante que se mantenga una televisión pública en el país y por lo tanto esta decisión que va inevitablemente en la dirección de privatizarla, me parece otro golpe garrafal al pluralismo informativo que es fundamental para la institucionalidad democrática de Chile.
Hay varios proyectos y decisiones que están pasando colados como la reforma a la ley de inteligencia a la que el gobierno le puso suma urgencia. ¿Qué opina al respecto?
Ese es otro aprovechamiento de la situación porque la combinación entre cuarentena y Estado de excepción constitucional ha reducido  a lo mínimo la actividad de los partidos políticos. Es una especie de alicate legal porque impide la actividad de los partidos políticos, tienen  los locales cerrados, no pueden hacer su actividad pública, solo están limitados a lo que pueden hacer  los parlamentarios y sus dirigentes no tiene la facilidad para funcionar. No hay salvoconducto para que un miembro de la mesa de un partido político pueda ir a la sede de su partido y atender público, o sea, los partidos políticos están como en los años 80 en realidad. Tienen voceros públicos que son los parlamentarios, pero no pueden actuar organizacionalmente. Estamos en una grave trasgresión de las reglas de funcionamiento del sistema democrático.
 
Este gobierno no ha tenido la menor voluntad de colaborar y facilitar la actividad de los partidos políticos. Por una razón muy simple, al gobierno no le interesa que los partidos políticos puedan actuar, que puedan debatir porque del debate y la reflexión de los partidos surge la crítica y el gobierno no quiere la crítica, quiere una sociedad como un regimiento que simplemente se obedezcan las órdenes. La estrategia que Mañalich llamó la inmunidad de rebaño, también el gobierno lo entiende en relación a la actividad política. El gobierno quiere un rebaño del cual no salgan críticas y en el cual las diferentes corrientes de opinión, simplemente se debiliten y no tengan capacidad de actuar. Desde mi punto de vista este es el golpe más serio que tiene el régimen democrático en nuestro país. El pensamiento crítico que surge del debate, de la actividad política, ese pensamiento que es esencial para el funcionamiento plural de una sociedad democrática hoy está sofocado por el Estado de Emergencia.  
 
Controlar a través de los celulares: Decisión peligrosa
 
¿Qué le parece la idea de controlar la movilidad de las personas a través de los celulares?
De mi punto de vista esta es la decisión más peligrosa de las que se han anunciado. Una persona va a tener detrás suyo la amenaza permanente que el Estado va a estar controlando su actividad privada y yo no se hasta qué punto en la propia derecha que, entre comillas, dice llamarse derecha liberal estas decisiones  son tomadas sin ninguna capacidad de reflexión crítica y sin mirar más allá. En este sentido creo que los dirigentes de la derecha hoy están asumiendo una profunda irresponsabilidad ante su propio sector.
Un liberal auténtico no podría compartir estas decisiones porque un liberal siempre piensa que en la próxima elección puede haber un gobierno de signo diferente. Entonces, yo le pregunto a la derecha cómo ellos ahora están de acuerdo en todas estas decisiones que paraliza la actividad de los partidos políticos, que generan un cerco informativo respecto de la actividad política, que van a terminar con el control de los movimientos de las personas con el GPS, qué pasa, ¿se han puesto ellos en el caso que cambie el signo del gobierno? ¿aceptarían estas decisiones coersitivas con un gobierno de signo diferente? ¿acaso  la derecha chilena no reclama que esto es lo mismo que hizo Maduro en Venezuela?  ¿Si lo rechazan en Venezuela por qué lo aceptan en Chile?