No habían transcurrido dos horas del cierre de las mesas y ya Chile tenía un nuevo Presidente reconocido por todos los sectores.
El candidato perdedor, que había anunciado una elección estrecha y que podía terminar en los tribunales electorales, sintió el mensaje de los ciudadanos y reconoció de inmediato el triunfo de su competidor.
El Presidente de la República, uno de los grandes derrotados, se comunicaba por video conferencia pública con su sucesor.
Por encima de las campañas de desconfianza, Chile pudo concluir exitosamente un acto tan relevante como son las elecciones en democracia. Cada uno de los actores principales cumplió con responsabilidad sus tarea. Los electores, los vocales, los apoderados, los funcionarios del Servel y de las Fuerzas Armadas.
El sistema electoral chileno, que sufrió un impactante ataque de una infima minoría antidemocrática, mostró su fortaleza, con profesionalismo y honestidad para implementar los medios necesarios para el acto y la entrega de resultados oportunos y confiables.
A pesar de una campaña en que se usaron métodos contrarios a la ética, votaron más de un millón doscientos mil ciudadanos que los que lo hicieron en la primera vuelta.
Los más de 8 millones de electores que participaron, hicieron subir las cifras de participación en cerca del 5%.
Me sigue preocupando que en actos de esta relevancia apenas un 55% de los que tienen derecho a voto, participen. Creo que es una demostración de una de las grandes tareas que tiene el nuevo Presidente, superar la generalizada desconfianza existente en las instituciones civiles y uniformadas.
También es algo más alta que la participación en la elección de los Convencionales, ocasión en se registró un 50,95 % de personas con derecho a voto, a pesar de que hubo todo tipo de candidatos.
Los electores superaron el miedo, y algunas maniobras tan turbias, como las de afectar la disponibilidad de medios de transporte para movilizar a los ciudadanos a los locales de votación.
Contrastar las imágenes de los canales de TV con las declaraciones tardías e insuficientes de los Ministros era constatar la incapacidad de reconocer el fracaso de los planes, o para despertar las legítimas sospechas sobre este hecho. No cabe duda que una investigación apropiada es necesaria, a pesar que esa operación fracasó, ya que la población respondió con actos solidarios, con miles de conductores que se ofrecieron como voluntarios para trasladar de manera gratuita a
las multitudes aglomeradas en los paraderos.
Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia, tiene la gran tarea de liderar un proceso de cambios en paz y con pleno respeto a la diversidad. Su primer discurso ha sido amplio, convocante y maduro. Cambió su enfoque antiguo y reconoció los aportes de otras fuerzas que han ayudado a construir un país y, mostró coraje político cuando valoró el aporte de los otros candidatos presidenciales, recibiendo algunas pifias por ello. Me recordó parte del discurso de Patricio
Aylwin en el Estadio Nacional , cuando se declaró Presidente de civiles y uniformados y surgieron algunas pifias.
En esa ocasión, Patricio Aylwin enfrentó con fuerza esas actitudes, cosechando una ovación espectacular. Boric hizo algo parecido pero logró seguir hablando.
El Presidente electo demostró , también, que ha estudiado la situación concreta del país, ya que enfatizó en los pasos cortos y graduales , peldaño a peldaño, para que los cambios que son urgentes puedan concretarse. Un eventual boicot empresarial ya se percibe, 50 mil millones de dólares sacados el país en los últimos meses, la falta de sensibilidad de la clase dirigente empresarial y las provocaciones de grupos ultras serán un escenario posible.
En ese acto tan impactante de celebración, ya se tuvo que enfrentar a grupos ultras que trataban de interrumpir su discurso, con consignas que reflejan expectativas de impunidad para personas que son autores de delitos graves o que exigen demandas que no son prioritarias para el país. Esos grupos serán un problema, pero pueden ser aislados, si otras fuerzas políticas más tradicionales no se les suman y las que se encuentren en la oposición son capaces de favorecer
acuerdos.
Hemos superado un gran obstáculo, pero lo que viene necesita de madurez para implementar los cambios que Chile necesita.
En el Senado, la derecha tiene ya el 50% de los votos y el peso de este sector es relevante en la Cámara de Diputados. Esto lo tiene presente el Presidente electo, por eso habló de construir puentes con sectores que no están en su coalición original.
No es descartable que se produzca un acercamiento especial con el PS, el PPD y el PR, pero su relación con la DC deberá tener un trato distinto. Este partido respondió con responsabilidad a su decisión de apoyarlo en la segunda vuelta, sin exigencias pequeñas, pero deberá cumplir su compromiso de ser la oposición democrática y responsable al nuevo gobierno.
Los pocos militantes que se pusieron al lado de la derecha no tuvieron mayor relevancia. Pero todos los partidos deben entrar en un proceso de reflexión para leer de manera más apropiada los desafíos del Chile actual.
No perdamos lo ganado, con respeto, sin odio ni violencia, aportemos para que Chile supere la crisis generada por la pandemia sanitaria y la pandemia neo liberal.