Por Luis Casanova R.
Como las dos caras del teatro: en una está la alegría de una aventura electoral que le permitió reconectarse con sus orígenes. En la otra, la de la tristeza, emerge la historia de un partido que lo maltrató y lo abandonó a la hora de los quiubos.
Juan Carlos Meléndez, el Palta, quiere volver y conquistar su propia tierra, pero no sin antes sacar a los malos elementos del camino.
Cambio21 siguió una historia que comenzó con una estrecha derrota, continuó con críticas cruzadas por la prensa y que promete terminar en cuatro años más, cuando el legendario comediante vuelva a las calles.
Caminatas por WhatsApp
- Fuiste candidato a diputado. Por favor cuéntanos tu experiencia. Sistema electoral nuevo, varios rivales y una región que te tuvo de vuelta.
- Fue una gran experiencia. Interesante. Lo pasé muy bien. Fui muy feliz durante el tiempo de campaña, porque, primero, volví a mi tierra; segundo, me reencontré con amigos de la infancia y de séptimo básico que no veía hace 45 años, familias enteras con las que no compartía hace décadas y familiones amigos de mi familia. En fin, volví a mis raíces. En el día a día era pura alegría no más, al alma y al espíritu. Y lo más importante, me reencontré con la familia radical. Mi abuelo era radical, la primera sede del PR se fundó en Copiapó y en pleno siglo XX era tradición ser del PR. Se organizaban operativos constantes con la gente más humilde y había una presencia social potente. Ahora nada. Los copiapinos estaban muy orgullosos de este partido, porque lo fundaron Pedro León Gallo y Manuel Antonio Matta. Antiguamente tú llegabai a una casa y el PR era parte de la vida diaria, donde el Club Radical de Copiapó era parte de eso. Así llegué con mi candidatura, en la más Pedro León Gallo no más poh.
- ¿Con qué te encontraste?
- Con un partido dividido y lleno de traiciones, donde solo unos pocos radicales me apoyaron en la región.
- A Santiago llegó la información de que en Atacama hubo una elección interna entre cuatro o cinco nombres del PR, entre ellos el tuyo, que se daba por descontado, pero que fue el menos votado. ¿Cómo fue esa historia?
- Bueno, yo entiendo eso de que mi candidatura fue impuesta desde Santiago y que el Regional de Atacama tenía a sus propios candidatos ya elegidos. Y en ese sentido, claro que causé molestia poh, porque consideraban que yo no venía desde la militancia de base de Copiapó. El centralismo de la capital siempre ha molestado. Pero yo soy copiapino y de familia radical. El tema es que se suscitó un problema con una encuesta donde la candidata oficial, que era la presidenta regional Gladys Paola Cortés, marcaba 2 puntos y yo 11. Fue eso lo que consideró el PR. Había que elegir a los postulantes con más opciones de salir. Pero eso causó una división muy potente y el no apoyo del Regional, que finalmente respaldó a candidatos de otros partidos. Es más, dieron órdenes exclusivas de que no me eligieran y que no votaran por mí, importándole un bledo el partido.
- ¿Resultado?
- El Partido Radical se quedó sin diputado, sin senador y solo con un consejero regional en Chañaral, Héctor Volta.
- ¿Por qué candidatos de centroizquierda se mandó a votar?
- Por Daniella Cicardini (PS), que fue la que sacó el más alto porcentaje y que era una muy buena candidata y que de verdad estoy contento de que haya salido, porque en términos personales nos llevamos bien. Los de Caldera apoyaron a una niña del MAS, Fabiola Asmad Reyes. Por eso que terminé haciendo mi campaña prácticamente solo, pero saqué más votos que el candidato a senador del PR, que era el diputado Alberto Robles, que se perdió. Lo gracioso es que le hacían unas sumas brujas y unas encuestas por WhatsApp que lo daban por ganador.
- ¿Qué tan solo estabas? ¿Había algún comando?
- Dirigentes aislados de Copiapó me ayudaron, como Ramón Palacios, Marco Hormazábal, Juan Figueroa y el señor Guerrero. El resto no tenía tiempo para hacer “puerta a puerta”. Repito, “no había tiempo”. El PR en Copiapó es muy fuerte, pero la familia radical no iba a reuniones porque la directiva regional no dejaba que nadie entrara, porque les quitaban los puestos. El Regional del PR ha usado el partido como beneficio personal de ellos mismos, de sus propios bolsillos y para asegurarse los puestos en diferentes entidades públicas. Han profitado del PR para asegurare las seremías (secretarías regionales ministeriales) y otros cargos. Por eso han mandado al partido con un egoísmo salvaje. Yo me encontraba en los “puerta a puerta” con familias enteras que querían volver al partido y participar, “pero mientras estén ellos en la directiva, no”, me decían. Es tanta la vergüenza, que el PR no tiene sede en Copiapó. Un sastre, que es amigo mío, tiene su casa y la ofrece para las asambleas comunales.
- Y te fuiste enterando durante la campaña.
- Sí poh, en el camino. Lo triste es que me perdí por 390 votos. Si hubiese tenido el apoyo real del PR hubiese quedado adentro. Y eso me impactó bastante, porque el egoísmo fue más fuerte que la unidad. Al final, nadie pensó en el partido. Por eso que en la última asamblea comunal fui bastante duro. Solicité la expulsión por traición. Ellos traicionaron al partido con una actitud egoísta salvaje. Son los ocho responsables del Regional, no la Comunal. Tuve el apoyo en Chañaral, Freirina y Huasco, pero ellos hicieron operaciones para que no votaran y dieron órdenes para que no votaran por mí.
- ¿Y eso lo hacían por WhatsApp y correos electrónicos?
- Oralmente. Yo no tuve acceso a información de mails, pero por lo menos lo que me han dicho es que el mea culpa interno fue delatorio, en el sentido de que hubo órdenes de no apoyar a Juan Carlos Meléndez. Cuando llegué a votar a la segunda vuelta presidencial me enteré. Todos se confesaban y se echaban la culpa. Y eso me extrañaba poh, dado que cuando pedí la ayuda de mis correligionarios nadie tenía tiempo. ¡Flojos, pero terribles! Pero hoy día están con pánico. Esa gente, con el cambio de mando, se queda sin los puestos de trabajo. Se les acabó la “tetita” de donde mamar, porque venían mamando hace mucho.
- No me digas que por eso la derecha ganó en una zona tradicionalmente de izquierda.
- O sea¡K esa es una de las explicaciones del por qué Piñera sacó tanto porcentaje en la tercera región. La ciudadanía, de alguna u otra forma, percibe estas situaciones, pero no solamente en mi partido, sino que en los otros también. Se alejaron de las organizaciones sociales y aparecieron en las juntas de vecinos y los grupos de la tercera edad solamente en la campaña para buscar el voto, pero no en los cuatro años. “Por qué no nos vamos a los campamentos, a las poblaciones y a las tomas, que hay 22 en Copiapó”, decía yo. Vi tanta miseria. Quedé impactado con la pobreza dura que hay. La gente más humilde y de sectores rurales ni siquiera tiene agua. Tiene que ir a buscarla en bidones y después bañarse por presas. Ahí debía haber una carpa radical para convivir con la gente, tal como lo hace el cura (Felipe) Berríos en Antofagasta (La Chimba). Ese sacerdote me marcó, porque hace la labor de los partidos políticos. Entonces, no vengan ahora a mirar p’al techo y al cielo por los resultados.
- ¿Y ni siquiera la figura de Alejandro Guillier pudo unir a los partidos y candidatos?
- El comando de Guillier hacía “puerta a puerta” por WhatsApp. Súper cómodo. En los “banderazos” estaban los que tenían que estar no más, que era un grupo minoritario que esperaba que si salía Guillier se aseguraban con los cargos públicos. Mucha militancia, que es la familia radical tradicional, tiene ganas de participar en actos de solidaridad y estar con la gente, pero ni se enteraban de las actividades, porque el comando regional no invitaba a nadie con un egoísmo y encierro tremendos. No permitían el acceso de nadie. ¿No ve que se les acababa la tetita?
Las disputas entre el excandidato y el PR local tuvieron eco en la prensa
Semana distrital
- En la campaña instalaste con tu nombre. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Cómo pretendes dar la pelea del día a día en las bases si vives en Santiago?
- A ver, yo me voy a hacer cargo de los 5.340 votos (5,69%) que saqué. El diputado Robles, que lleva cuatro períodos, siempre salió por arrastre y tengo entendido que se va de la zona. ¿Qué voy a hacer? Por de pronto, fui a Copiapó al festejo del aniversario del PR (27 de diciembre) y estaré viajando a partir del 11 marzo. Ahora parten las vacaciones y hay un receso. Además que se viene la estampida. Por lo menos pretendo estar una semana al mes en el norte. Voy a hacer la semana distrital. Así reiniciaré mi nueva campaña de aquí a cuatro años más. La única cara visible y con un liderazgo claro que quedó en la región fui yo. Y me tengo que hacer cargo, porque me comprometí en la campaña.
- ¿Cuánto cambia el escenario a contar de marzo con el segundo gobierno de Piñera?
- El triunfo de la derecha va a ser muy positivo para mi partido. Está la obligación de renacer. Hay mucho entusiasmo familiar. Se va a ordenar la casa y se va a acabar la luna de miel. Se habla mucho de que vienen “tiempos mejores” con Piñera, porque acá se votó por el trabajo y por la pega que ofreció Chile Vamos, sobre todo en la minería que está muy restringida. Se notó el frenazo económico. Curiosamente salió Piñera y subieron las acciones, la Bolsa de Valores comenzó a normalizarse, la Cámara Chilena de la Construcción se puso feliz, se activaron los dineros y creció el optimismo. Pero hubo otra pasada de cuenta en la región: el lento proceso de la reconstrucción del aluvión (mayo).
- Pregunta complicada: ¿qué opina su familia sobre esto de ausentarse una semana al mes?
- Mi familia está asumida. Siendo bien honesto, mi familia está contenta porque no salí (ríe). Ya me estaban extrañando ya. Cuando uno se mete en política se sabe que se sacrifica la vida familiar de forma muy dura. Veía a mis hijos tristes. De hecho, Pedrito me bajó las notas en el colegio. Ahora, pienso que las cosas suceden por algo. Por eso que creo que no era el momento de asumir esta responsabilidad (ser diputado). La voy a hacer dentro de cuatro años eso sí. Viéndolo bien, una semana fuera de la casa le hace bien a todos. Hay un descanso de presencia, te echan de menos, nos echamos de menos mutuamente y los afectos se fortalecen.
- Parece una terapia política.
- Una terapia muy potente (ríe). Lo importante es que voy a estar feliz porque se pueden hacer muchas cosas. Pretendo estar una semana en Copiapó, otra en Chañaral y otra en el valle del Huasco. Todo sea por reunificar el partido y reentusiasmar a toda la militancia que quiere participar. ¡Es que hacía falta un líder poh! Además, soy artista, soy reentusiasta y tengo un carácter que me acompaña. Todo esto lo hago con mucha alegría y cariño. Soy nuevo en la política a pesar de que siempre me ha gustado. Vengo con puras buenas intenciones para la región, más allá de que desde marzo tendremos otras autoridades. Estoy súper contento también porque esas autoridades son todas copiapinas y de la región, que fue una de las cosas positivas que dejó la elección. Los diputados Jaime Mulet (FRVS), Daniella Cicardini (PS), Juan Santana (PS), Sofía Cid (RN) y Nicolás Noman (UDI) son casi todos de Vallenar y la senadora (Yasna Provoste) es del valle del Huasco, zona que demostró ser más alegre que Copiapó y con gente mucho más participativa y comprometida.
La tarde del 19
“Yo tengo que vivir de mi profesión, que es la que me da para comer y mantener a mi familia. Es más, tengo un show que se llama ‘El diputado que no fue’, con la ya he hecho algunas presentaciones. El argumento es por qué no fui diputado. Lo que no se supo de la elección es que durante la tarde del 19 de noviembre fui diputado por dos horas. ¡Dos horas! Y una parte de la rutina dice que fueron las mejores dos horas de mi vida, porque no alcancé a hacer ningún chanchullo ni a tirar ninguna boleta falsa. Limpiecito (ríe)”.