El título de este artículo no es un reconocimiento de una derrota definitiva. Sólo expresa un diagnóstico, que trataré de probar, ya que está basado en argumentos sólidos y no en la legítima indignación que siento ante el papel de las elites políticas en defensa de entidades que generan la crisis moral, económica y política que vivimos. A pesar de los fracasos, me siento con las energías, los argumentos y las ganas de seguir luchando, ya que se trata, como siempre, de una lucha en defensa de derechos humanos esenciales, como el derecho a la seguridad social, a la libertad de prensa, a la igualdad de oportunidades y al fortalecimiento de una democracia participativa y solidaria. Esa es una de las enseñanzas de la doctrina a la que he adherido desde muy joven, promovida por líderes honestos y, también, es una forma de devolverle a mi país las oportunidades que me dio para progresar.
Las pensiones son un derecho humano según nuestra Constitución y los Tratados internacionales. La creciente desigualdad, la indebida utilización de nuestros fondos para controlar la política, la prensa y la economía, pone en riesgo nuestra democracia, gravemente debilitada por las elites políticas, militares, económicas y religiosas que han creado privilegios injustos sobre una democracia semisoberana. Un académico chileno, Carlos Huneeus, ha escrito sobre este tipo de sociedades y sobre las pensiones y ha advertido que “el sistema privado de pensiones es demasiado importante para Chile como para seguir entregándolo al control de expertos (ingenieros y economistas) y de las AFP” Y agrega que necesitamos: “Instituciones que reconozcan y asuman que se trata de una función estratégica para nuestra democracia” (https://ciperchile.cl/2018/10/30/)
Sí, no se puede negar que ya hay demasiadas bombas de racimo plantadas en la sociedad chilena lo que favorece escenarios en que los valores democráticos se verán, una vez más, conculcados. No son los grupos económicos lo únicos que apoyan a los Trump o Bolsonaros, son los integrantes de una clase media y sectores más pobres cada vez más explotados, que votan indignados o no lo hacen, favoreciendo, sin querer queriendo, a los victimarios. Y el tomar decisiones enojados, nunca es bueno.
Construir un objetivo de mediano plazo
Reitero que no estoy asumiendo un abandono de una lucha que me motiva y apasiona. Sólo significa que deberemos esforzarnos, prioritariamente, en un objetivo de mediano plazo muy importante; Sacar del poder en las elecciones presidenciales y parlamentarias del año 2021, a esta elite transversal que promueve y defiende estos abusos. Reducir al máximo la presencia en el gobierno y el parlamento de personas que, por convicción, corrupción u oportunismo, ocupan estos cargos para mantenernos tan mal como estamos. Cada votante que apoye políticos de cualquier partido que no cumplan requisitos éticos y políticos o se abstenga de apoyar a las personas decentes y capaces de los distintos sectores, se transforman en colaboradores de los victimarios.
Por supuesto, por formación y apreciación de la realidad, rechazo los insultos o el uso de fuerza física en contra de este tipo de personajes. Mediante la persuasión y la movilización lograremos que el repudio ciudadano sea claro, propositivo y esperanzado. La injusticia se puede eliminar cuando un pueblo madura, crece y actúa usando los mecanismos que la democracia entrega. Así lo hicimos con el tirano, debemos poder hacerlo ahora.
Paradoja: triunfos de corto plazo de un gobierno que pierde apoyo
1.- Han logrado limitar la discusión sólo sobre el aporte patronal del 4%, que se enteraría en forma gradual en 8 años, partiendo el año 2021 con un 0.63% de las remuneraciones. ¿Nuestra derrota? El destino del 10% que cotizamos los trabajadores actualmente, ya que seguirá manejado por las AFP.
2.- No nos reconocen el derecho a decidir dónde poner nuestros fondos. Nos engañan cuando dicen que somos libres para elegir. Claro, podemos optar por cual AFP queda facultada para abusarnos, pero nos niegan el derecho a decidir si queremos hacerlo en una AFP o en una entidad pública, tripartita, sin fines de lucro. Y la oposición nada dice sobre esto.
Por ello, continuarán las ganancias brutales excesivas que obtienen y, además, seguirán obteniendo el millón de dólares diarios que nos expropian de los fondos, sin informarnos. La oposición, sorda, ciega y muda. Esta es una apropiación indebida, creada con votos transversales, que se suma a las multimillonarias ganancias que obtienen con las comisiones que nos cobran, el 14% en promedio de nuestras remuneraciones, más el 1, 59% que obtienen de los empleadores para el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia. Es decir, las AFP logran: 1.- Seguir manejando recursos equivalentes al 75% del PIB de Chile; 2.- Continuarán influyendo con nuestra plata en los políticos, los medios de comunicación y las universidades; 3.-Seguirán entregando recursos de los trabajadores baratos para que los Bancos, el Retail, las farmacias, las empresas de telecomunicaciones y de energía, las autopistas, nos sigan explotando con precios altísimos; 4.- Continuarán invirtiendo 80 mil millones, más del 40% el total fuera de Chile en inversiones rentables para esos pequeños grupos , en vez de usarlos apropiadamente en Chile para favorecer a los habitantes de este país y 5.- Los 10 millones de afiliados actuales y los futuros seguirán recibiendo pensiones miserables.
¿Es posible que la oposición cambie de actitud?
Deberían hacerlo. El proyecto del gobierno es muy malo, dicen muchos políticos de oposición, pero ya está imponiéndose porque cuenta con la colaboración de sectores de ella que son conversos ideológicos o con personajes que viven de las AFP o los grupos involucrados. Hasta el momento la DC, el PR y algunos diputados opositores han colaborado con el gobierno, con la excusa que la gente necesita mejorar sus condiciones ahora. Eso es cierto, pero, ¿Cuáles son esas mejoras? Sería importante conocerlas. ¿Por qué permitir que se apruebe un proyecto como éste? ¿Por el aumento de 10 mil pesos de los pensionados más pobres? Si es rechazado, se obliga al gobierno a enviar uno especial. ¿Es muy difícil? En octubre del año pasado toda la oposición ofreció aprobar de inmediato esa parte si iba en proyecto separado. El gobierno dijo no y se rindieron. El proyecto es peor de lo mismo y, la clase política sigue sin escuchar. ¿Por qué no nos explican los beneficios para la clase media? ¿Cuánto aumento recibirán las pensiones de la clase media que son menores al 30% de las últimas remuneraciones y no el 70% como prometieron? ¿En cuántos años se podrían recibir los eventuales beneficios?
El gobierno los engaña una y otra vez
¿Qué ocurre con los compromisos que el gobierno habría asumido?
No se cansan del juego de la letra chica. Por ejemplo, si leemos las indicaciones recién presentadas por el gobierno en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, con las que dicen cumplir sus promesas, constatamos que le dan a las AFP un papel doble en el manejo de esa cotización del 4%. Cito textual: Las AFP serán” receptoras de la cotización, pero deberán transferir dichos recursos a las Gestoras de Inversiones de Ahorro Previsional Adicional Giapa y recibir de vuelta los fondos una vez que el afiliado se pensione o fallezca para sumarlos a la pensión que la AFP maneje” O sea, peor de lo mismo, nuevos tiburones a manejar nuestros fondos, por cierto, con costo nuestro, y luego entregarlos nuevamente a las AFP.
El aporte patronal, ¿No decían que lo iban a subir? No, sigue en el 4%. Es penoso ver a personas de buena fe, por qué algunas lo son, en un papel tan negativo. Han recibido fundadas críticas, entre ellas las mías, por esta decisión, generando divisiones internas en los partidos y roces en la oposición. Pero la oposición más dura en las declaraciones, cae también en el juego del gobierno.
Las inútiles exigencias de la oposición
Analizamos algunas de las 10 condiciones que desde el Frente Amplio a la DC, pidieron para apoyar el proyecto del gobierno. El documento se titula “Condiciones Mínimas de una Reforma Previsional” y sus autores sostienen que debieran acordarse a la hora de legislar una reforma de pensiones en Chile teniendo como base los principios de la seguridad social:
1.-Primera. “Aumentar de inmediato las pensiones de los actuales jubilados, en al menos 20%.” La pensión promedio en el mes de mayo de 2019 en las AFP es de $ 219.966. Si el gobierno acogiera esta exigencia, las pensiones promedio subirían apoco más de $42.000 mensuales, llegando a $262 mil pesos, bastante menos que el salario mínimo. No indican la fuente de financiamiento precisa. En cambio, las propuestas que algunos hemos hecho, consisten en usar el aporte patronal del 4% o 5 %, directo a las pensiones. Se trata de una suma mensual cercana a los 300 millones de dólares, lo que implica más recursos de los que estima el gobierno como costo de su reforma. De este modo, ni un peso va al gobierno ni menos para las AFP. Ello se logra extendiendo la Pensión Básica Solidaria a todos los actuales y futuros pensionados, lo que implicaría 107 mil pesos más, directos a los actuales pensionados y como piso para pensiones futuras, reajustable anualmente, monto que se sumaría a los recursos que se aporten por el trabajador y la eventual rentabilidad. En porcentaje, la pensión promedio subiría 50% y las casi 500 mil pensiones de retiro programado se incrementarían en cerca de un 100%.
Asimismo, con este aporte patronal, podemos financiar un Seguro de Longevidad, que cuesta cerca de un 1% de las remuneraciones y hace crecer en un 20% adicional las pensiones.
Como se ve, tampoco las exigencias de la oposición reconocen el derecho de los afiliados para decidir dónde poner su dinero, en las AFP o en el Fondo de Garantía Público, sólo entre voraces intermediarios que quieren lucrar con nuestros recursos. Aparte de generalidades que no se ven próximas, se conforman con reajustar las pensiones en un 20%. Es decir, con 240 mil pesos mensuales promedio en vez de una opción que superaría los 360 mil pesos en promedio en el corto plazo.
Ni la DC, mi partido de toda la vida, ni los demás han tomado esta idea, que se financia íntegramente con un 5% patronal, debiendo el Estado sólo subsidiar a las PYMES, que se puede hacer sin problemas con lo que se ahorraría el Estado al dejar de pagar el Aporte Previsional solidario, subsidio pagado por todos a las víctimas de las AFP del 60% más pobre.
No he escuchado de los expertos, los conversos o la derecha ninguna crítica cuando lo planteé en la Comisión de la Cámara o en la Comisión de Previsión de la DC. La señora Subsecretaria de Previsión me expresó que efectivamente se financiaba esa extensión, pero existía el riesgo que no alcanzara para el futuro. Otro experto dijo que podría durar 20 años antes que hiciera crisis. He sostenido que el aporte patronal debe ir creciendo, hasta igualar al de los trabajadores, como en la mayoría de los países del mundo, al menos de la OCDE. ¿Hay aumento de las expectativas de vida? Por cierto. La vida sin riesgos no es nada, pero políticos serios encuentran caminos siempre. El mayor aporte patronal, el crecimiento económico más justo y la eliminación de las brutales ganancias con la salud y pensiones de los habitantes de este querido país nos permitirán enfrentar positivamente esos desafíos.
2ª Propuesta. Incrementar la tasa de cotización incorporando elementos de solidaridad en el pilar contributivo para “entregar mayor seguridad a los ingresos en la vejez, de forma sustentable y con incentivos adecuados, permitiendo aumentar la pensión de los actuales jubilados y de los futuros, con especial énfasis en la clase media y mujeres” ¿Mecanismo concreto para ello? Generalidades. Pero coincido con esas abstracciones, aunque estoy convencido que se concretan mejor en las propuestas que he aportado y que coinciden con las realizadas por personas muy calificadas.
¿Porque no usar los entes estatales especializados ya existentes?
2.- Ya existe el IPS, ex INP, que está especializado en el manejo de cuentas previsionales, con trabajadores bien calificados y con experiencia.