Por Mario López M.
Estos individuos jamás se han arrepentido de los crímenes cometidos, nunca han cooperado para dar con la verdad de lo que aconteció tras cada uno de los asesinatos o hechos delictuales por los que fueron condenados. Se sienten orgullosos de “haber servido a la patria”.
Felipe González Astorga: Se trata de un suboficial mayor del Ejército que se encontraba destinado a Copiapó. Allí fue asignado al Servicio de Inteligencia del Ejército (SIM). El 14 de noviembre de 1975 participó del secuestro de Nicza Báez y de su esposo, Alonso Lazo Rojas. Él personalmente habría torturado salvajemente a ambos en el regimiento de infantería de Copiapó. Ella recuperaría más tarde la libertad, pero Lazo permanece hasta hoy desparecido.
Según el informe psicológico que tuvo a la vista la Corte de Apelaciones para negarle la libertad, González Astorga no da muestras de arrepentimiento ni colaboró en dar con el paradero del desaparecido Lazo Rojas.
Un dato adicional. Su hijo, Claudio González Palominos, también suboficial del Ejército, aparece formalizado por el caso “Milicogate” en que se desviaron fondos del Ejército de manera ilegal.
Hernán Portillo Aranda, ex oficial mayor del Ejército (r) fue condenado a 5 años y un día por detención y torturas ejercidas sobre Nizca Báez y por la desaparición de su esposo, Alonso Lazo Rojas. Formaba parte junto a González Astorga del SIM en la zona.
El ministro de la Corte, Joaquín Billard, lo encausó en 2005 al suboficial (R) Hernán Portillo por su responsabilidad en la desaparición del estudiante de Pedagogía Alonso Lazo Rojas. Recién en 2012 el juez Mario Carroza dictó sentencia de primera instancia en la investigación por el secuestro calificado de Alonso Lazo Rojas, ocurrido a partir del 14 de noviembre de 1975. Se le otorgaron seis años de presidio sin beneficios en aquel entonces, por haber sido parte de la detención del ex mirista y de Nizca Báez.
José Quintanilla Fernández, otro suboficial mayor del Ejército adscrito al SIM junto a Felipe Astorga era parte de la misma brigada que detuvo a la pareja ese día en Copiapó y cumplían la misma condena que Portillo. Los ex agentes de la dictadura condujeron al matrimonio hasta el Regimiento de Infantería Motorizada N°23 “Copiapó” y el oficial a cargo del lugar comunicó al hermano de Alonso Lazo que éste había agredido a un centinela para luego darse a la fuga.
Acerca de Hernán Portillo Aranda, José Quintanilla Fernández y Felipe González Astorga, hoy la viuda de Lazo, Nicza Baez, escribió en su Facebook desde Francia: “Poco a poco los irán liberando. Ayer apareció en diarios chilenos el nombre de cinco presos de Punta Peuco entre ellos, tres asesinos de mi marido Alonso Lazo Rojas de los 8 que fueron condenados a 8 y 10 años de cárcel. Pero al parecer, se considera que están viejos, o enfermos, o locos, o a punto de volverse locos”, escribió Báez.
“Así es. La excusa formal contenida en el fallo no alcanza a disimular la infracción de normas internacionales sobre crímenes de lesa humanidad ni menos, como en otros tiempos, el escupo en el rostro de la diosa de la justicia”, expresó, para agregar: “Felipe González Astorga asesino y cómplice, Hernán Portillo Aranda y José Quintanilla son los autores del asesinato de Alonso Lazo Rojas. Así lo dio a entender el resto de los asesinos y cómplices de este vil y cobarde crimen. Y, particularmente, lo dijo Pedro Vivian Guaita, único carabinero en el regimiento de Copiapó”, remató
Gamaliel Soto es un ex suboficial de Carabineros que fuera condenado a 10 años de prisión por el secuestro calificado del médico Eduardo González Galeno, quien era director del Hospital de Cunco, en La Araucanía, cuando fue detenido por ser militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El secuestro se llevó a efecto el 14 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe, cuando funcionarios de Carabineros los detuvieron a él y su esposa, con tres meses de embarazo. Natacha, su compañera, fue llevada a la Cárcel de Mujeres de Temuco. Nunca más lo vio ni ha encontrado su cuerpo. González tenía 31 años al momento de su desaparición.
El doctor González fue torturado horrorosamente según dieron cuenta testigos que le vieron en muy malas condiciones físicas luego de la detención. Gamaliel Soto Segura fue procesado y condenado como cómplice del ilícito, y como autor de la detención de la víctima a diez años y un día de presidio mayor. También fue condenado a siete años y un día por la desaparición de Osvaldo y Gardenio Sepúlveda Torres. Ambos fueron detenidos en dos oportunidades. La segunda entregados al Ejército. Testigos y sobrevivientes dan cuenta de la brutalidad como fueron tratados. Fueron devueltos a la tenencia de Cunco donde se les vio por última vez.
También por la desaparición de Luciano Aedo Hidalgo en 1973. Aedo era padre de 4 hijos y fue detenido el 11 de octubre de 1973 a la una de la madrugada, en su domicilio de calle Colico de la localidad de Cunco. Soto Segura fue uno de los aprehensores que no portaban orden de detención emanada de autoridad competente. Lo trasladaron a la Tenencia de Cunco, hasta donde, concurrió su esposa, Margarita Martínez, quién nunca volvió a conocer noticias de su esposo.
Manuel Antonio Pérez Santillán. Está condenado a 5 años y un día por el asesinato del químico de la DINA Eugenio Berríos. A Pérez Santillana se le imputó ser autor del secuestro y posterior asesinato de Berríos. Recién ingresó en 2015 a cumplir condena. También se le imputan otros seis crímenes en la comuna de Lampa.
Emilio de la Mahotiere González, de acuerdo a la sentencia, tuvo participación como piloto en la comitiva de la Caravana de la Muerte que encabezaba Arellano Stark, en principio como como copiloto en el viaje y al sur y como piloto en los vuelos al norte de nuestro país. Fue condenado como cómplice por los homicidios calificados contra de Héctor Silva Iriarte, Mario Godoy Mansilla, Alexis Valenzuela Flores, Danilo Moreno Acevedo, Eugenio Ruiz-Tagle Orrego, Washington Muñoz Donoso, Miguel Manríquez Díaz, Segundo Flores Antivilo, Guillermo Cuello Álvarez, Dinator Ávila Rocco, Luis Alaníz Álvarez, José García Berríos, Marco De La Vega Rivera y Mario Arqueros Silva, el 19 de octubre de 1973, en el sector de quebrada El Way de Antofagasta.
De la Mahotiere González, también fue condenado como cómplice del delito de exhumación ilegal por el desentierro de los detenidos desaparecidos que fueron asesinados y cuyos restos fueron transportados a bordo de un helicóptero Puma para ser lanzados al mar como parte de la operación “Retiro de Televisores” ordenada por Pinochet, en 1978. Se le revocó la libertad.
Luis Polanco Gallardo, se le acusó por ser copiloto en la travesía criminal por el norte del país en la Caravana de la Muerte. Había sido condenado a 3 años en calidad de encubridor y ejecutor de lanzar a prisioneros al mar. En total fue condenado en tres causas a 18 años de cárcel. A la de tres años y un día, se le suman otra de 10 años y un día como cómplice de homicidios calificados y una última de cinco años como cómplice de secuestros.
Polanco Gallardo fue condenado en la causa por el asesinato de la profesora Marta Ugarte, brutalmente torturada y estrangulada con un alambre por el equipo de pilotos y ayudantes entre los cuales se encontraba el hoy nuevamente preso Polanco.