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Destacado economista Dante Contreras a Cambio21: “La élite desconoce el nivel de vida que tiene la población en Chile"

Por María Cristina Prudant
 
El economista Dante Contreras es profesor de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (Coes). Se ha especializado en pobreza y distribución del ingreso. El ex director ejecutivo del Banco Mundial (2008-2010), ex asesor del Pnud y consejero del BID, analizó la economía chilena con Cambio21.
 
Y este destacado economista asegura que "mi intuición es que, en general, la élite en Chile desconoce el nivel de vida que tiene el resto de la población. Entonces, en ese sentido diría que tanto el gobierno, la élite que gobierna en este minuto, o la que ha gobernado, se ha ido distanciando, lamentablemente de lo que son las necesidades reales de la población"
 
¿Cómo definiría usted el momento económico que vive el país?
Extremadamente complejo. Creo que la suma de la crisis social que vivimos en octubre (2019) más la pandemia configuran un dibujo súper difícil en términos de crecimiento económico, de recursos que va a disponer la economía y sobre todo en términos de empleabilidad de las personas y la suma de todos esos factores va a tener consecuencias bien fuertes en términos de bienestar, pobreza y desigualdad. Entonces, en una línea –digamos - es una situación extremadamente compleja y cuesta arriba.
El último informe del Banco Central indica que la economía se estaría estabilizando, Hacienda contribuye a ese optimismo diciendo que en el cuarto trimestre habrá cifras positivas. ¿A usted qué le parece?
O sea, lo que pasa es que hay que tomarlas en el contexto en el cual se desarrollan. Creo que el Banco Central no emite un informe técnico en ese sentido, yo no tengo una crítica respecto a ese informe que ellos emiten, pero lo que hay que entender es la dinámica y los plazos en los cuales estamos hablando. Es decir, si efectivamente la economía toca fondo ahora y se empieza a recuperar para el último trimestre del año, esa recuperación no necesariamente va a garantizar la recuperación de todos los empleos perdidos. O esa recuperación, por ejemplo, si, efectivamente ocurre tampoco debiera implicar una mejora en la pobreza y bienestar de forma inmediata. Lo que estoy tratando de decir es que aún cuando la economía empiece a recuperarse, ojalá así sea y ojalá fuera con fuerza, esa recuperación igual va a tomar tiempo y por lo tanto, restaurar los niveles de bienestar previo a estas crisis va a tomar tiempo, mucho esfuerzo y mucho sacrificio.
 
¿Usted cómo calificaría la actitud del gobierno frente al desempleo, uno de los temas que más le interesa a la ciudadanía, tener trabajo para poder solventar sus gastos?
A mí me parece que y aquí no estoy diciendo algo nuevo, me parece que el gobierno ha ido reaccionando de forma tardía. Recordemos que hubo primero un bono producto del covid, después se instaló un ingreso familiar de emergencia para ciertos grupos de la población, después se extendió hacia la clase media. Después estuvo el retiro del 10%, en fin ha habido un montón de iniciativas que creo han sido difíciles para el gobierno porque para ellos y para todo el mundo era bien difícil anticipar la magnitud de esta crisis y por lo tanto, le ha costado mucho ordenar y planificar el trabajo, lo cual, a mi juicio, es una situación bastante normal dada la complejidad del fenómeno, pero creo que lo más relevante está por venir, es decir cómo se va a recuperar la economía y cada vez va a ser más difícil ir diseñando nuevos instrumentos, nuevas políticas. Creo que ahí se va a jugar la estrategia, el gobierno, en el empleo.
 
¿Existirá mucha más informalidad laboral pos pandemia?
Probablemente, eso es lo que va a ocurrir. Entonces, la pregunta es cómo uno diseña un sistema de protección social con altos niveles de informalidad, donde cómo puedo registrar las necesidades reales de un hogar donde un mes tiene trabajo, al mes siguiente no lo tiene, o tiene ingresos que son fluctuantes en el tiempo y son difíciles de anticipar. Cómo puedo ordenar a qué hogar ayudó más ¿se entiende lo que estoy tratando de decir? Hay un diseño de política económica que es complejo de realizar y por lo tanto creo que es el momento de darle tiempo y dedicación a ese diseño.
¿Aparte de la pobreza que se ve en la proliferación de las ollas comunes, habrá también mucha más vulnerabilidad. En ese sentido cuál sería el rol de Estado?
Por supuesto. Cuando nosotros vemos los datos de la clase media en Chile nosotros constatamos que es bastante vulnerable, es decir, ante cualquier shock de ingreso o de salud, como lo que estamos viendo, justamente hoy día, exhibía importantes fluctuaciones en sus niveles de bienestar. Es decir, de pertenecer al decil 6 o 7 podía rápidamente caer al decil 3, entonces es bastante vulnerable. Entonces, en ese contexto a mí me parece que la clase media en Chile, con esa vulnerabilidad va a requerir estabilizadores sociales. En ese sentido necesitamos pensar en nuevos diseños de política pública y, a eso me refiero, con lo cual tenemos que hacerlo ojalá rápido y bien.
 
El gobierno ha insistido mucho que no hay platas para afrontar la crisis, a pesar que en los gobiernos anteriores se guardaron recursos para la época de vacas flacas. ¿Qué opina usted, ha sido mezquino el gobierno con los chilenos?
El gobierno partió con un diseño mezquino, sin embargo, eso lo fue ampliando a medida que crecía la crisis. Pensemos que en esa comisión de economistas donde acordaron un monto importante de recursos para gastarlos (12 mil millones de dólares). Ahí están parte de los recursos que se ahorraron en el tiempo de las vacas gordas, entonces eso está disponible para el gasto y para su uso. Creo que recursos hay, pero también hay que reconocer que no son infinitos por eso la importancia de un buen diseño y eso toma tiempo y deberíamos estar discutiéndolo desde ya. Creo que en ese sentido, más que los recursos a mi me preocupa más tener una buena mesa técnica trabajando en ese diseño.
 
¿Está el capital humano adecuado para trabajar en esa mesa técnica. El gobierno estará dispuesto?
No sé si el gobierno estará dispuesto, pero creo que tanto los técnicos del gobierno como los de la oposición, gente de la sociedad civil cuenta con académicos, técnicos, analistas suficientemente capacitados que permitan avanzar en un diseño que sea coherente y que sea moderno para un nuevo sistema de protección social. Entonces, creo que es el momento de echarle mano a ese capital humano, mal que mal, el país ha invertido en esta gente por lo tanto debería convocarla para un buen diseño.
¿Dentro de todo el panorama del país qué pasa con la concentración de la riqueza?
Chile es un país que de acuerdo a las estadísticas internacionales tiene una elevada concentración de la riqueza. En términos internacionales Chile rankea en los países de mayor concentración de la riqueza donde el uno por ciento concentra algo así como alrededor del 25 por ciento de la riqueza. En otras sociedades capitalistas como Japón el uno por ciento más rico concentra 10 por ciento de la riqueza. Entonces, esto n o tiene que ver con capitalismo o no, tiene que ver con concentración de la riqueza y eso ocurría antes de la crisis. No tenemos datos de lo que está ocurriendo después de la crisis, pero nada hace prever que esa figura haya cambiado favorablemente para el país. Creo que Chile exhibe una elevada concentración de la riqueza y eso es parte de la discusión que hay que tener como país.
 
¿Usted está de acuerdo con quienes proponen un impuesto a los más ricos?
Mayor recaudación siempre ayuda en una situación como esta, pero nuevamente yo creo que lo más importante de lo que tenemos que hacer hoy día es como aseguramos un sistema de protección sostenible en el largo plazo y eso no se financia con impuestos de una sola vez, lo que tenemos que pensar es una estructura de impuesto que sea permanente, sostenible, equilibrada y balanceada, que no perjudique el crecimiento tampoco porque nos interesa crecer, porque es importante en esta circunstancia, eso no hay que olvidarlo. Hay que atender varias necesidades y eso requiere una conversación súper profesional, con poco tinte político y con mucho tinte técnico eso se va a requerir en algún minuto y creo que mientras antes la hagamos es mejor.
 
¿Usted cree que el gobierno de Piñera y la clase política entienden, tienen conciencia de lo que se viene en el país pos pandemia, todo lo que hay que solucionar?
Difícil la pregunta, yo no estoy seguro de la respuesta que voy a dar, pero mi intuición es que, en general, la élite en Chile desconoce el nivel de vida que tiene el resto de la población. Entonces, en ese sentido diría que tanto el gobierno, la élite que gobierna en este minuto, o la que ha gobernado, se ha ido distanciando, lamentablemente de lo que son las necesidades reales de la población. Creo que hay un diagnóstico errado de cómo vive la población. Entonces, en ese sentido ese divorcio, esa distancia hace que el diseño de políticas esté confundido. Es difícil imaginar la clase política actual, sea de gobierno o de oposición, con una mirada más crítica o más comprensiva de la situación real del país.
Plebiscito, resultados, acuerdos sociales
 
¿Los acuerdos sociales ayudan a facilitar la programación de mejores ayudas para la ciudadanía?
El país requiere acuerdos sociales, creo que son relevantes, son claves. Entonces, hay que buscar los mecanismos para que eso ocurra, no creo que podamos evitar eso. De hecho, la discusión política que vamos a tener respecto al plebiscito, justamente eso, si somos capaces de ponernos de acuerdo de que país queremos construir en el mediano plazo. Entonces, en ese sentido los acuerdos son relevantes. El tema es que si vamos a tener la altura técnica, política, humana para ponernos de acuerdo.
 
¿Entonces, para usted es muy importante que ese plebiscito se realice porque la derecha busca resquicios para impedirlo?
Es importante que se realice el plebiscito, que se haga bien, que la gente confíe en los resultados. Yo creo que se celebró con tanta ganas cuando se llegó a ese acuerdo en noviembre y bueno ahora es el momento de honrar ese compromiso y hay que hacerlo, ojalá con mucha participación y con tranquilidad para que toda la gente pueda participar en el plebiscito.
 
¿Usted cree que existen liderazgos en Chile con el carácter que se requiere para sacar al país de los problemas que estamos viviendo a raíz de la crisis sanitaria?
Creo que eso lo vamos a ver después del plebiscito. Vamos a ver si es que, efectivamente existe voluntad por una parte y vamos a ver los acuerdos que se logren. Ahí vamos a ver el diseño del país que queremos y luego condicional a eso vamos a ver si tenemos la voluntad y la perseverancia de avanzar en lo que aquí se acuerde. Tiene mucha trascendencia que se haga, es una oportunidad para el país.
 
Pobreza, sistema de protección social
 
La gente no tiene empleo, está endeudada, no se ve una salida en el corto plazo. ¿Cree usted que los chilenos serán más pobres?
O sea, no hay duda en ello, es decir, Chile exhibía una tasa de pobreza de alrededor al 9 por ciento, medida por ingresos, y en torno al 20 por ciento medida en la pobreza multidimensional y después de esta crisis, las simulaciones que yo he visto indican pobreza en torno al 15 por ciento en ingresos y en torno al 25 por ciento en pobreza multidimensional. Entonces, ciertamente es un deterioro a nivel de bienestar de la población, es complejo y creo que eso ya ocurrió, que la pregunta que es relevante que vamos a tener que examinar y que, bueno, va a coincidir con el plebiscito, con elecciones múltiples que tenemos entre gobernadores, alcaldes y presidenciales, tiene que ver con cómo salimos de esta crisis o cómo diseñamos un sistema de protección social al que tenemos hoy día.
 
¿A su juicio, continúan vigentes las demandas que surgieron a raíz del estallido social de octubre del año pasado?
Por supuesto. Yo creo que las demandas, en términos de igualdad de oportunidades, o acceso a educación de calidad, o mejores pensiones son temas estructurales de la sociedad chilena y que requieren una solución, un nuevo diseño, un nuevo trato y una nueva planificación por parte de las autoridades políticas y económicas del país. Por lo tanto, eso está pendiente. Yo creo que es necesario discutirlo, probablemente eso tiene que ir sumado a una discusión sobre cuáles van a ser los recursos que van a poder atender esas necesidades. Usted entenderá que esos cambios estructurales, los cuales estamos conversando, son súper caros de realizar, son difíciles de acordar políticamente y por lo tanto es una tarea compleja que el país va a tener que enfrentar, pero hay que hacerlo porque, si no lo hacemos, esa situación va a volver a surgir más adelante.
 
Respecto a los bonos que ha entregado el gobierno, que no le han llegado a todas las personas, algunos sectores propusieron desde el principio de la crisis un ingreso universal para las familias. ¿Usted está de acuerdo con el ingreso universal o los bonos del gobierno?
A mí me parece que lo que tenemos que hacer es no apresurarnos en inventar soluciones de forma rápida. Creo que, como decía anteriormente, las consecuencias de esta crisis ya están instaladas y lo que nos conviene ahora como país es diseñar un buen sistema para adelante, un sistema de protección distinto al que teníamos, probablemente mucho más ambicioso y mucho más coordinado. Es decir, por ejemplo, cuando el gobierno instala el bono, después el ingreso familiar de emergencia para los grupos más pobres, después lo extiende a clase media, cada vez se le iba complicando el diseño porque, por ejemplo, tenemos 30 por ciento personas en informalidad. Entonces, es súper difícil identificar las necesidades de esas personas en relación a la que está en formalidad. ¿Quién gana más, la persona formal o informal? No sabemos porque no tenemos buenos registros.
 
Entonces, antes de decir mira, un sistema de ingreso universal o por ejemplo, persistir en el diseño pasado o buscar otra alternativa, creo que tenemos que pensarlo muy bien como país y construir un sistema protección social que esté a la altura de lo que va a ser, además, la economía de aquí para adelante. Hay que pensar que la economía que nos viene es con más automatización, con más precariedad laboral, con más rotación laboral y por lo tanto, eso va a tener consecuencias en los niveles de pobreza y desigualdad también. Por lo tanto, eso hay que anticiparlo.