A la escandalosa pérdida de 2 mil millones de dólares producto de ineptos estudios de factibilidad e ineficiencia en obras tempranas, se agrega un dudoso manejo con contratistas desde marzo de 2009. Pagos anticipados por trabajos inconclusos y extremo secretismo, agravan la situación.
Destapan escandalosa pérdida de millones de dólares en Codelco. Reportaje especial de Cambio21
Por Mario López M.
Actual administración de la minera guarda silencio cómplice a pesar de las evidencias. Miles de puestos de trabajo perdidos, vidas humanas desperdiciadas, infraestructura inútil, retraso de 5 años y reanudación con costo extra de otros US$2.000 millones.
Para el año 2023 quedó retrasado el inicio de las operaciones que debieron iniciarse el presente año y que permitiría a la minera y al país asegurar otros 50 años de explotaciones del mineral de cobre. No solo no se inauguraron en 2017, sino que habrá que esperar otros 5 años más sin producir una sola libra de cobre y donde ya se gastaron el total del presupuesto y no se ha avanzado más allá del 50% del mismo. Ah, y están pidiendo duplicar la inversión.
Se trata del proyecto denominado Nuevo Nivel Mina (NNM) en las cercanías de El Teniente, VI región. El objetivo que se dio a conocer en la oportunidad era que se buscaba “ampliar la división sumando una nueva superficie de 2 millones de metros cuadrados”. Conforme a los documentos oficiales emanados de Codelco, la inversión proyectada era de US$3.424 millones.
La “excelencia”
Uno de los cinco proyectos estructurales más importantes de Codelco, el Nuevo Nivel Mina (NNM), fue planificado para ampliar la mina El Teniente, de manera subterránea, instalado en un sector más profundo del cerro (cota 1.880), sumando una nueva superficie de 2 millones 050 mil metros cuadrados y asegurando la continuidad operacional de la División El Teniente, según información del propio Codelco.
El “Nuevo Nivel Mina permitirá mantener la capacidad de El Teniente en las actuales 137.000 toneladas por día (tpd), que equivalen a una producción en régimen en torno a 434.000 toneladas de cobre fino al año. Y deja abierta la opción, hacia el año 2020, de tomar la decisión de iniciar las obras necesarias para poder llegar a producir 180.000 tpd”, anunciaba, mientras hinchados y pletóricos anticipaban que “La infraestructura del Proyecto NNM se compara con lo realizado por los pioneros norteamericanos que en 1920 construyeron El Teniente 5 y su salida a Sewell (cota 2.280). También con el llamado Programa 280, ejecutado por la Braden Copper Co. en 1968, que desarrolló El Teniente 8 y su salida en Colón (cota 1.980)”. Eso prometieron, de eso se vanagloriaron.
Del dicho al hecho
El señalado gobierno comenzó la realización de estudios, costosos estudios encargados a particulares. Se pagaron fuertes sumas de dinero, sobre todo teniendo en cuenta que eran 3.424 millones de dólares los que estaban en juego. Durante toda la administración Piñera se “invirtió en los mentados estudios y en la implementación del mega proyecto conforme a ellos. Las “obras tempranas” datan de inicios de 2009 y fueron un fracaso, producto de graves “errores” en la estimación de riesgos.
Lo peor, es que siguieron adelante, en secreto, a pesar de conocer una auditoría que daba cuenta de la inviabilidad original del proyecto, los mayores costos y el retraso de producción. Solo después de ella en un oficio secreto PE-179-15, en que da respuesta al oficio 10.651, dirigido a la Cámara de Diputados y que nuestro medio hiciera público, reconoció el origen de la debacle y las consecuencias de ellos. 2 mil millones de dólares tirados a la basura y un retraso de al menos 5 años en la producción de al menos una libra de cobre.
Hace pocos días, abusando de la mala memoria de la gente, de manera casual, el gerente general de El Teniente, Andrés Sougarret, dijo en una visita de rutina al mineral, que “se definió una nueva estrategia, que ha permitido retomar las obras, las cuales a la fecha presentan un avance de un 43,9 por ciento del total del proyecto. Este nuevo nivel entrará en operaciones en marzo de 2023 y permitirá a la División seguir produciendo por 50 años más”.
Nadie responde
Sougarret acerca de los 5 años de retraso, no dijo nada, tampoco que se acordó, aparte de lo ya dilapidado, invertir otros 2 mil millones de dólares más, que encarecen el proyecto. Incluso reconoció que “700 trabajadores” estaban desarrollando las labores y que ese número más adelante se incrementaría. Sin embargo calló que el proyecto Nuevo Nivel Mina había planificado en el gobierno de Piñera una dotación original de 5.000 trabajadores que en estos años debieran haberse incrementado al estar en plena explotación el NNM de acuerdo a la fallida planificación.
Los “informes previos” daban cuenta de un regular “nivel de riesgo” y en base a ellos se gastaron US$ 1.286.983 a valor dólar Codelco a septiembre de 2015. El oficio secreto de Codelco y a que Cambio21 tuvo acceso, reconoce que “El proyecto ha modificado la variante de explotación para que recoja los aprendizajes de la División El Teniente. Por lo anterior, desde el año 2011 a la fecha, el proyecto ha desarrollado ingenierías para ajustar el Plan de Ejecución y el diseño minero de las futuras operaciones subterráneas. Los nuevos métodos de desarrollo de túneles aparte de requerir más tiempo para su construcción, son más caros, por el incremento en los sistemas de fortificación, los que permitirán aumentar la seguridad de las personas e instalaciones. La estimación definitiva de estos impactos se verá reflejada en la reformulación en curso”.
Pues bien, la mentada “reformulación” implica un sobrecosto de otros 2.000 millones de dólares con cargo a Moya. ¿Cuántas cabezas de ejecutivos, ministros de la época o responsables por la debacle rodaron? Ninguna. Hasta hoy. Se da cuenta usted, estimado lector ¿cuántos estudiantes pudieron haber accedido a la gratuidad con esas sumas? ¿Cuántas viviendas sociales se pudieron haber repartido? ¿Cuántas pensiones miserables pudieron haber nivelado hacia arriba o cuántas prestaciones de salud pudieron haberse otorgado?
El riesgo paso de bajo a alto y nadie hizo nada
Una de las conclusiones a que arriba la auditoria de 2013 de Cochilco es que “Se observó que el proyecto presenta un “potencial de riesgo alto” de incumplimiento de la promesa de valor establecida en la etapa de presentación y evaluación del proyecto; consecuencia de atrasos en el avance físico, originados principalmente por el bajo rendimiento de los contratos celebrados con terceros encargados de desarrollar las principales obras relacionadas con su ruta crítica”.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) en diciembre de 2013 y realizó la denominada "Auditoría a la Ejecución del Proyecto Nuevo Nivel Mina en la División El Teniente de Codelco-Chile", la que entregó conclusiones alarmantes que se mantuvieron ocultas: “Se observó que el proyecto presenta un potencial de riesgo "alto de incumplimiento de la promesa de valor establecida en la etapa de presentación y evaluación del proyecto; consecuencia de atrasos en el avance físico, originados principalmente por el bajo rendimiento de los contratos celebrados con terceros encargados de desarrollar las principales obras relacionadas con su ruta crítica”, indica el documento.
No solo eso, la misma auditoría consigna la dura verdad: “La Administración del Proyecto y la Gerencia de Evaluación de Inversiones (GEI) han mantenido informado en forma permanente y adecuada a la Administración y al Directorio de la Empresa respecto del estado real del avance del proyecto y sus desviaciones, tanto en plazos como en los montos involucrados”. Más allá de resaltar una promesa vana “Sin embargo, hay algunas oportunidades de mejora”, lo cierto es que el país ignoraba, hasta ahora, este despilfarro.
El Nuevo Nivel Mina mal planificado por el gobierno de Piñera contemplaba una dotación original de 5.000 trabajadores, cinco mil familias que se desenvolverían en el proyecto. A enero de 2015 los trabajadores alcanzaban solo a 4.600 y a agosto del mismo año habían disminuido a 3.331. Hoy dicha cifra es de 700 trabajadores. Nadie responde por eso.
¿Quién controla a los contratistas?
A pesar del propio informe que daba cuenta de los graves problemas ocasionados con contratistas truchos, se continuó durante la administración Piñera con las mismas empresas que siguieron recibiendo dinero por anticipado y sin que a su vez algunos de ellos entregaran las obras comprometidas en tiempo y forma y todo ello en el entorno del más absoluto secretismo en las adjudicaciones de contratos. Estamos hablando de 104 empresas contratistas que van desde vigilancia, alimentación, hospedaje hasta la ingeniería, topografía y ejecución de las obras, túneles, caminos, accesos etcétera.
Solo respecto a los túneles de acceso al nuevo nivel del yacimiento subterráneo, las malas obras ejecutadas y el constante desprendimiento de roca, generaron tener que replantear todos los trabajos asociados. Se trata de dos túneles de nueve kilómetros de ancho, dos más que el estándar de la industria, que normalmente construye túneles de siete kilómetros en promedio. Iniciadas las obras se determinó disminuir su tamaño, según el mismo presidente ejecutivo, Nelson Pizarro indicó en presentaciones ante el Congreso en Valparaíso. Oportunidad en que nada dijo acerca de la crisis que hoy reconoce.
De hecho el informe “secreto” de Codelco a la Cámara de Diputados y que Cambio21 diera a conocer en exclusiva, destaca que “la Vicepresidencia de Proyectos informó a la empresa Constructora de Túneles Mineros CTM S.A. el término del contrato, deteniendo la construcción de 2 túneles de acceso del proyecto”. La razón esgrimida es que “esta decisión se basa en que la actual estrategia de ejecución del proyecto permite postergar en más de un año la construcción de los Túneles Principales de Acceso de Personal y del Sistema de Manejo de Materiales”. ¿Luego de 6 años se dan cuenta de ello? ¿Y a dónde va a parar lo invertido?
Un derroche sin parangón
Uno de los casos más escandalosos de contratistas que originaron serias pérdidas a Codelco, es el de Sacyr Chile SC SA, empresa a la que se le encargó la Ingeniería, detalle, construcción y montaje de la carretera Maitenes y Confluencia, y a la que se le puso anticipado término al contrato (de licitación privada) habiéndole ya girado cerca de dos mil millones de pesos. La señalada empresa presentaba serios retrasos y sobrecostos que hicieron imposible continuar con la obra encargada.
La carretera que tenía un costo estimado de US$152 millones se encuentra detenida y “además inutilizable” para cualquier otro fin. Los trabajos consistían “en la ingeniería y construcción de una carretera de calzada bidireccional de16 kilómetros entre Maitenes y Confluencia, sector donde se ubicaría el túnel de acceso al futuro nivel de producción de la División El Teniente”, daba cuenta Codelco al anunciar los trabajos. “Las obras encomendadas a Sacyr incluyen tres túneles carreteros, siete puentes y caminos de acceso, entre otras”, se señalaba. Ello sucedía el 13 de noviembre de 2012, durante la administración anterior, de Sebastián Piñera.
Menos de 2 años después, el 7 de julio de 2014, Codelco ponía fin anticipado al contrato pues la obra presentaba retrasos importantes respecto a lo presupuestado, además de mayores costos en la ejecución de los trabajos, iniciados en diciembre de 2012. Según la minera, “si no se tomaba esta determinación, el costo final del camino habría sido más del doble del licitado originalmente. Codelco no puede aceptar estos rendimientos, como tampoco pagará sobreprecios no razonables”. ¿Y los US$2.000 millones que se están pagando demás por el proyecto y sin contar con los 3 años de retraso en la producción?
Ineficiencia al límite
Dos años demoró Codelco en darse cuenta del “desempeño deficiente en seguridad de Sacyr” durante la construcción de las obras. Y eso que casi un año antes la ineficiencia dio cuenta de la pérdida de vidas humanas, entre ellas la de un trabajador subcontratista de la misma empresa constructora. Las obras debían ser entregadas por Sacyr en agosto de 2015. Eso nunca aconteció y se pagó por anticipado, a lo menos sospechoso y sin investigación penal.
La carretera fue abandonada. No solo eso, Codelco ordenó a través de la vicepresidencia de Proyectos, implementar “un plan de desactivación de la obra que construyó Sacyr”. Es decir, se tiró a la basura todo lo invertido y es irrecuperable. El costo de lo derrochado por Codelco equivale a la construcción de la carretera entre Machalí y Rancagua y aun así sobraría dinero. Cerca de mil trabajadores a la calle, entre ellos 540 trabajadores directos de Sacyr y 280 subcontratistas de la constructora. Mil familias sin ingresos, solo en ese escandaloso “negocio”.
Sacyr al ser notificada del término de las obras, se mostró sorprendida por “lo abrupta de la medida tomada por Codelco pues no tuvimos ningún aviso previo por parte de la vicepresidencia de Proyectos, pese a que sabíamos que esta situación era la crónica de una muerte anunciada, por los múltiples problemas que presentaba la empresa”. Si el mismo Sacyr reconoce esa “crónica de muerte anunciada”. ¿Dónde estaba la fiscalización de Codelco que permitió un derroche de dos años de trabajo para luego “desmontar” lo hecho y botar el dinero de todos los chilenos a la calle?