Por P.R.O.
Diputada y vicepresidenta de la DC Joanna Pérez aborda las falencias del Gobierno en materia de género y emplaza al Presidente a nombrar Ministra de la Mujer a más de un mes de la renuncia de la ex titular de la cartera.
“Ni en el estallido social ni en esta pandemia se han planteado políticas públicas para responder a las demandas y necesidades de las mujeres. Más que estar al debe, aquí, hay una ausencia del estado inexcusable. De esta pandemia tenemos que salir con todas, ninguna menos“
Plantea un bono para las mujeres trabajadoras, jefas de hogar y que en toda política pública o ley que emane del Ejecutivo se considere la realidad de las mujeres en el país.
La diputada Joanna Pérez, se reparte en estos días entre su distrito y la sede del Congreso en Valparaíso, conjugando las demandas legislativas y territoriales con las restricciones que implica la pandemia por el Covid-19. Desde la región del Bío Bío, tras contactarse con varias organizaciones sociales, nos cuenta a Cambio21 su preocupación por lo que ocurre con las mujeres, cómo están viviendo esta pandemia y la ausencia de una mirada integral para atender sus demandas y necesidades.
Diputada, usted ha señalado que el Gobierno está al debe en materia de género y que ello se ha observado incluso con anterioridad al estallido social y, ahora con la pandemia.
Efectivamente, lo que viene ocurriendo hace ya largo tiempo no es accidental ni aislado, de hecho, lo dijimos cuando el Gobierno comenzó con la reforma de pensiones, donde la ausencia de una mirada realmente a favor de la mujer trabajadora fue evidente; luego lo vimos en el estallido social con las numerosas denuncias de violaciones a los DDHH a mujeres, incluyendo vejaciones y abusos sexuales, durante las detenciones. Por otra parte, el año pasado 45 mujeres fueron asesinadas en Chile por sus parejas o ex parejas y no observamos una acción categórica para enfrentar este flagelo. Ahora, a esta Pandemia Covid 19, debemos sumar la pandemia en las sombras: la violencia de género que sufren las mujeres, principalmente al interior de sus hogares, producto del machismo expresado en su forma mas brutal, el femicidio.
Este año ya van 12 femicidios, sin duda, producto del aislamiento social y las cuarentenas han ocasionado que este tema se haya agudizado. La violencia entre cuatro paredes deja a la mujer indefensa y no vemos una acción clara y categórica al respecto, más aún cuando no tenemos una ministra empoderada en el cargo. Se desmantelan programas, como el “4 a 7”, destinado a apoyar a mujeres trabajadoras. Ha pasado más de un mes y la subsecretaria sigue a cargo del ministerio. Inexcusable.
No se entiende la falta de compromiso con este ministerio por parte del gobierno, más aún, tratándose de la entidad pública con la cual debiera haber una estrecha colaboración, máxime, en estos momentos en que, las cifras así lo indican, que triste para un país y para toda la sociedad, gastar miles de dólares para combatir a un enemigo invisible y no ser capaces de generar las coordinaciones necesarias para evitar la pérdida de vidas de mujeres a manos de un agresor conocido, en la mayoría de los casos sus parejas o exparejas, las mujeres necesitamos un gobierno comprometido seriamente con las mujeres, no queremos ya ser solo parte de un discurso, queremos acciones concretas, que el ejecutivo ejerza el liderazgo que en estas materias le compete.
De cinco mil llamadas durante enero a cerca de ocho mil en marzo es el aumento sostenido que ha tenido el número 1455 de orientación y apoyo para las víctimas de violencia intrafamiliar.
De cinco mil llamadas durante enero a cerca de ocho mil en marzo es el aumento sostenido que ha tenido el número 1455 de orientación y apoyo para las víctimas de violencia intrafamiliar.
¿Qué le han respondido desde el Gobierno?
En la sesión que tuvimos con la ministra subrogante, Carolina Cuevas, lamentablemente, no pudo responder a todas nuestras interrogantes, lo que ha evidenciado, aún más, esta omisión inexcusable, por eso estamos insistiendo en el nombramiento de una ministra titular.
También debo referir, a la violencia que sufren muchas mujeres que viven en los sectores rurales del distrito que represento, ya que he recibido solicitudes y sugerencias en torno a este flagelo, la violencia de genero en las zonas rurales hoy está invisibilizada, las mujeres que están en sus casas con el agresor, lógicamente no se atreven a denunciar, al mismo tiempo tenemos otras mujeres dirigentas que quieren formar parte de una red de apoyo, tenemos también funcionarios públicos que sin duda requieren primero, capacitación para el mejor abordaje y acompañamiento para las mujeres, de los sectores rurales, que viven violencia y que se ve agravada por el distanciamiento territorial, de tal manera, que es indispensable que el Ministerio de mujer cumpla urgentemente con su responsabilidad de generar programas y políticas públicas que signifiquen apoyo para las víctimas y sanciones para los agresores, es tiempo ya, de terminemos con las excusas, las mujeres no puden, seguir esperando.
Sin embargo, se levantaron solicitudes, como por ejemplo, y en lo que respecta a zonas como las que represento, a lo que es la violencia en territorios rurales. Hemos pedido saber qué se está haciendo en esta materia, porque ellos hablaban de un plan para enviar por WhatsApp estas denuncias, pero sabemos |que muchas personas no tienen acceso a todos estos medios por la conectividad o por la falta de recursos; debe haber una acción distinta en esa área. Creemos que la violencia contra la mujer en zonas rurales hoy está invisibilizada y las mujeres no tienen cómo denunciar o protegerse.
¿Qué ha pedido usted sobre estos hechos?
Hemos pedido que se informe sobre el avance y las metas de los programas que actualmente se están ejecutando, el costo de cada uno de ellos y la ejecución presupuestaria a la fecha, Es importante saber si los recursos asignados son efectivamente los que se requieren para combatir este flagelo, del costo que significa para el país la perdida de vida de mujeres que en muchos casos, sino la mayoría, eran el sustento de sus familias, niños y niñas que quedan huérfanos, adultos mayores en la mayor indefensión, el costo para las familias también se debe considerar, los índices macro económicos, rara vez consideran la violencia de genero como un factor de riesgo para la economía, yo creo que debemos comenzar a considerar estos factores que están relacionados directamente con las personas, no como un numero en una estadística, sino como una persona agente de desarrollo y construcción social. Hoy más que nunca es urgente que el gobierno entregue una respuesta acorde con la urgencia.
Qué está pasando con las mujeres que son víctimas durante el toque de queda? ¿y qué se ha informado sobre las casas de acogida?
Es complejo, porque si bien se ha dicho que las mujeres que quebranten las medidas de toque de queda o cuarentena por estar expuestas a una situación de violencia, deben así manifestarlo, ya que, existiría una coordinación con las policías para procurar apoyo, no sabemos si estamos hablando de sólo buenas intenciones, tenemos que recabar más información al respecto y esperamos que tanto carabineros como investigaciones puedan entregar esa información.
Sobre las casas de acogida, sabemos que por la burocracia no todas pueden acceder a ellas; por lo tanto queremos conocer las cifras de aquello y los compromisos que hay en materia de los centros de la mujer, donde sabemos faltan recursos para contratar más profesionales (psicólogos, asistentes sociales, abogados) sabemos que hay muchas comunas que carecen de estos centros y, por tanto, no pueden disponer de estos dispositivo de apoyo y resguardo para la vida de las mujeres y de sus hijos e hijas, pero también para una acción reparatoria integral.
Necesitamos ahora conocer en detalle la disponibilidad e implementación de protocolos para garantizar el acceso de las mujeres y sus hijos a las 109 casas de acogida a lo largo del país y obviamente detectar donde faltan.
Los espacios de protección como son las casas de acogida deben considerar la realidad de cada una de las mujeres que acceden a estos dispositivos, las múltiples condiciones de vulnerabilidad, considerar situaciones más allá del género, pobreza, pertenencia indígena, situación geográfica, discapacidad, situación laboral, indicadores de morbilidad entre otros, de manera tal, que la obtención de justicia, la reparación al daño causado la resignificación de lo vivido, sea una constante, no algo ocasional, de esto es, de lo que el ministerio de la mujer, debe dar un informe completo, ya que, a más de diez años de la implementación de este programa es urgentes hacer una evaluación del mismo.
¿Por otra parte, y siguiendo con los efectos de la pandemia, las medidas económicas que ha anunciado el Gobierno, a su juicio, han considerado la realidad de las mujeres, y específicamente la de las mujeres trabajadoras?
Desde la Democracia Cristiana impulsamos una serie de propuestas, comenzando por bonos masivos y apoyo real a las pymes. Hemos estimado que lo anunciado por el Gobierno aún es insuficiente, y nos hemos comprometido desde la bancada a perfeccionar estos proyectos para que nadie quede bajo la línea de la pobreza y para que efectivamente el estado cumpla con este imperativo ético. En el caso de las mujeres, hay que señalar que hay una ausencia hasta el momento de alguna política pública o iniciativa de ley que realmente contribuya a apoyarlas, y con especial énfasis, en las mujeres trabajadoras.
Son las mujeres las que de alguna forma en tiempos como éstos resisten y llevan la mayor carga, muchas de ellas haciendo lo imposible para resguardar la salud de sus familias y los ingresos. Y eso ocurre en todo el país.
Estamos trabajando con mi bancada y con el partido para que impulsemos un bono especial para las mujeres jefas de hogar, muchas de ellas han quedado sin trabajo o están recibiendo menos y tienen a su cargo hijos e incluso adultos mayores, esa es la realidad en Chile. Así como tenemos que ser capaces de apoyar a las pymes, que son el motor del empleo en Chile, a los independientes y a los más vulnerables, las mujeres merecen un trato específico y que responda, además, a una tremenda deuda que tenemos con ellas, especialmente a quienes se han hecho cargo de sus hogares.
El Gobierno debe hacer un esfuerzo para entender lo que implica ser Jefa de Hogar. Para muchas mujeres significa levantarse cada día pensando cómo hacerlo para la compra de supermercado, cómo se organizan para poder trabajar y al mismo tiempo responder a las obligaciones de madre, de hija, de proveedora.
"El aumento de la violencia contra la mujer es una mancha negra"
¿Cómo enfrentamos lo que ha denominado la pandemia en la sombra?
Primero creo que es importante señalar que tanto la violencia intra familiar como la violencia de género, es un problema de seguridad pública que le ocasiona graves consecuencias económicas al país, un flagelo que daña el alma y el corazón de nuestras familias y comunidades, de tal manera, que para disminuir estas cifras y sus consecuencias, es necesario un trabajo coordinado de todos los agentes de orden y seguridad del estado, de los servicios públicos, de los tribunales de justicia y del ministerio público, por tanto, siempre se debiera contar con los recursos económicos, sanitarios, educacionales, habitacionales, necesarios para otorgar protección y empoderamiento a las mujeres que buscan romper el circulo de la violencia.
El aumento de la violencia contra las mujeres, especialmente en este periodo pero debiera ser siempre, bajo toda circunstancia, debe contemplar medidas y políticas públicas integradas en el apoyo económico, sanitario y paquetes de estímulo acordes la magnitud del desafío que implica otorgar real resguardo y protección a las víctimas.
Nuestro país debe hacerse cargo y entender que la prevención y el combate de la violencia de género debe formar parte de la estrategia nacional para enfrentar el COVID-19. Los refugios y las líneas de atención para las mujeres deben ser eficientes y estar disponibles para todas.
¿Y cómo piensa usted que debiera realizarse aquello?
Potenciar las líneas de atención, el apoyo psicosocial y el asesoramiento a través de todos los canales que corresponda, entendiendo la diversidad cultural y territorial. Asimismo, los servicios policiales y judiciales se deben movilizar a fin de garantizar que se otorgue la mayor prioridad a los incidentes de violencia contra las mujeres y las niñas, evitando que los agresores queden impunes.
Concretamente, mantener sus ingresos, otorgarles un respiro en lo económico, un apoyo que no sean migajas, para que sientan que pueden salir adelante y que no dependen del agresor, más aún en tiempos de pandemia.
En cada medida y anuncio debe estar la mirada de las mujeres. Hoy, el aumento de la violencia contra la mujer es una mancha negra, que debe interpelarnos como sociedad a actuar con premura y eficiencia. A la resiliencia de muchas hay que responder con apoyo de verdad. ¡Renacer de esta crisis con todas, ninguna menos!