Por María Cristina Prudant

Lo conocemos por su vida de cantante, folclorista, poeta y muchas otras áreas vinculadas al arte, sin embargo decidió incursionar en la política y desde marzo del 2018 está en la Cámara de Diputados. Reconoce que era un mundo extraño para él y pensó que durante las sesiones en el Congreso le daría “sueño”, pero se ha ido encantando con este mundo y lo que ha tratado de hacer es funcionar como en un curso de esos del colegio. Dice que es amigo de todos, que está seguro que lo elegirían como el mejor compañero y trata de entender a todos sus compañeros. No todo ha sido tan fácil porque su espíritu artístico, conocido por todos los chilenos, que rompe con esquemas como cuando conocimos “Gente” y otros temas muy de denuncia social, lo pone a veces en el centro de la crítica por su forma de vestir. Así fue cuando llegó a la ceremonia de juramento en la Cámara para asumir su cargo y recientemente, para la Cuenta Pública cuando se vistió de una especie de gatubelo. Florcita, o Raúl Alarcón, no se molesta y argumenta que es un “artista” y por eso tiene otro espíritu.

 

Muy bien, porque todas las cosas han ido virando y han ido comportándose de una manera muy sorprendente para mí. Antes de ser diputado tenía mucha resistencia y pensé que no me iban a elegir. Estaba en mi casa, más o menos encerrado, como en zona de confort. Mi hija me decía: papá se te están hinchando los pies, yo le decía, pero que quieres si estoy viejo y apareció esto para mí que fue un impacto, pensé que me iba a quedar dormido y resolví que tenía que atender y escuchar a toda la gente.

 

Pero cuando habla la derecha me tenía que parar e ir allá a escuchar a la persona porque ni siquiera los de la derecha lo estaban escuchando y yo me sentía en la obligación de decirle mira: tenemos ideas muy diferentes, pero te voy a decir que hablaste demasiado rápido y estabas muy lejos del micrófono y empecé a darles instrucciones de cómo hablar y sí sigo porque me parece muy colaborativo con la gente, muy afectuoso porque me gusta ser así. Todo el mudo me conoce y con todos converso. Para mí son como los compañeros de curso.

 

Esa es una necesidad  personal. Yo converso con alguien y me nace naturalmente el afecto para escucharlo, para hablarle a la persona. Por ejemplo, a veces estaba con varias personas de la UDI y llega Macaya, que es como el capo de ahí y me dice: qué estás haciendo aquí y le respondí: entregando y recibiendo afecto. Ellos se morían de la risa, ni siquiera conversamos de  temas ideológicos, no.

 

No se discuten, lo que pasa que cuando se llega a la cosa que se llama parlamentar ya están decididos los votos. Entonces, el que habla, como decía que no lo escucha ni siquiera su gente, como están decididos los votos que hable, que diga lo que quiera. Pasa eso porque no tiene incidencia  lo que se habla hacia los demás, es bien absurdo porque se llama Parlamento y ahí no se parlamenta. Así es que cuando conversamos lo hacemos en la personal, hablamos de cualquier cosa. De repente le pregunto al Leonidas Romero (de la bancada evangélica): supe que votaste  en contra del gobierno. Sí, me dijo y le pregunté que le habían dicho y me respondió: es que le pregunté a Dios. Cosas así, uno va conociendo las otras  personas en una actitud ni siquiera de diputado, es como conversar con un compañero de curso, eso es lo que mejor lo gráfica.

 

Creo que si se hiciera un concurso con cuál es el compañero más querido, y saldría ganando porque una vez quería votar y no se podía a menos que se pidiera la unanimidad en la sala y me dieron la unanimidad.

Se me acercó el diputado Schalper  y me dijo que mandamos una nota que no tiene nada que ver contigo, si somos amigos, yo me río con ellos. De acuerdo a ellos están pidiendo una forma de vestirse, pero la prensa le pone que fue por el Florcita. No pueden exigir porque sería discriminar. Si viene la diputada Nuyado no le pueden pedir que se ponga una faldita de tal tipo. A una persona como yo que soy artista cómo me van a obligar a vestirme de una forma que no coincide con mi rol en el mundo. Además, nosotros aspiramos a la diversidad y a la representatividad porque aquí puede ser diputado una dueña de casa, un zapatero, un chofer de micro, eso representaría en el Congreso una diversidad que daría cuenta de cómo vive la gente.

 

Cuando hay puros abogados, economistas de excelente ropa y con un lenguaje impecable, aunque algunos roban, ellos no tienen idea cuánto cuesta el kilo de pan, el metro, el bus. Cosa que cuando yo me vengo de Santiago tomo el Metro para llegar a Pajaritos y ahí nos subimos al bus y la gente me dice: qué bueno que usted viaje como  nosotros. Para mí no es extraño hacerlo, como yo vivo lejos en Santiago me sale más fácil tomar el Metro.

 

Se anhela que haya una representatividad en el Congreso ojalá de todas las clases sociales y culturales. Yo estoy representando ahí la franja de los cantantes y habemos dos; Amaro Labra y yo. Y como cantantes nosotros somos artistas y nos vestimos de otra manera. No lleva implícita ninguna idea de molestar a nadie. A mí me gusta hacer reír  a los compañeros de mi curso en el Congreso. De repente ando con lentes sin vidrios y me dicen: oye no tienen vidrios,  lentes, no, y para qué los usas, para producir sonrisas fáciles. Para mí es agradable colaborar con el ánimo de los demás.

A veces me pongo unas humitas bien colorinches todo para neutralizar para que no me puedan decir honorable si me dicen así voy a pensar en todos los corruptos que les decían honorables, prefiero que me digan ridículo, mil veces porque la gente con eso se ríe.

 

El que reclamaba era Osvaldo Urrutia y el primer día que llegué vestido cuando se hizo el cambio de mando, el Osvaldo me dijo tu vienes así y estás ofendiendo al presidente. Pero le dije como vamos a pelear, hagámoslo más adelante. Y ahora somos amigos. No hay ningún diputado que me considere su enemigo, ni que esté enojado conmigo. Pregunten. Por ejemplo, Melero, la otra vez declaró a La Tercera que raro porque a veces me veían que me acercaba a la gente y se incomodaban un poquito. La gente se daba cuenta lo que hacía yo, les parecía sorprendente porque gente que escuche en el Congreso no hay mucha. Yo me paro a escuchar a los demás y eso es muy notable y notorio.

 

A veces voy adelante porque hay problemas con la amplificación y además sumémosle a eso que tengo 74 años y tengo ciertos niveles de sordera, así es que me paro para escuchar bien. A veces me agarro la oreja con mi mano para enfocarla  para adelante.

 

No, ¡qué voy a usar!

 

Cuando uno está creando, está encerradito, no hay problema.

Hablando de sus compañeros de curso hay unos que son bien complicados, aunque sean sus amigos. Por ejemplo el diputado Ignacio Urrutia

 

 Bueno, la primera vez  que él habló antes que peleara con la Pamela Jiles yo lo escuché y partí para allá. Oye pucha que tenís buena voz le dije, sí me dijo: voz de FM y otros diputados dijeron: sí tiene buena voz para decir weas.

Esa vez de acuerdo a cómo el habló yo me di cuenta que el esperaba que se rieran y nadie se rió, así es que le mandé un recado con Luis Pardo: dile a Urrutia que él está tratando de hacer chistes de judíos con judíos presentes y que él no es buen humorista. Es un error de él creer que la gente se podía reír con la tontera que dijo.

 

Urrutia no tiene ninguna censura interna porque llega y habla las cosas, pero  él es muy fanático de sus ideas, qué más podemos decir.

 

Ella es senadora y no he convivido con ella como con mis compañeros de curso. Lo que dijo es muy feo, se nota que ella tiene una posición medio clasista que está mirando a seres inferiores y por lo tanto ella se cree superior.

 

Por supuesto, en el Frente Amplio lo estamos diciendo desde que llegamos. El sueldo de parlamentario es aproximadamente 33 sueldos mínimos, por lo menos  que se baje a la mitad. Así como hay un sueldo mínimo debería haber un sueldo máximo. La rebaja debe ser para todos, parlamentarios, los ministros, al Presidente. Es interesante que se haga, pero a todo nivel y el Frente Amplio viene diciendo hace tiempo. Y Piñera lo dijo de nuevo, por segunda vez.

 

Y nosotros queremos también que se elimine el Senado que sea unicameral porque las leyes se demoran muchísimo con dos cámaras y hay una tercera que es el Tribunal Constitucional.

Creo que Piñera no es político, a mí me da la impresión que es un especulador de bolsa, que hacen una trampita por allá otra por acá, porque así opera. Sus leyes nos llegan a última hora y lo único que tiene que hacer, es buscar la letra chica y después las palabras que uno cree lo que significan porque hay trampa en esas leyes. Por ejemplo  cómo crees que cayeron en la cuestión de los medidores de luz. El que escribe pone las palabras de tal forma que una pueda caer en su trampa. Por eso digo que es un especulador de bolsa, esa es la mentalidad.

 

Creo que Piñera lo único que busca es que lo quieran convertirse en un personaje histórico. Desde ese punto de vista envidia al Negro, su hermano que canta, que lo quieren con más facilidad, él tiene que hacer mucho esfuerzo  para que lo quieran y más encima el Negro Piñera no está de acuerdo con las AFP. Él está cansado de ganar plata y lo único que quiere es que lo quieran y ser recordado con cariño.

 

Claro, aunque a mí me enojaba mucho la Michelle Bachelet  porque no sacó las leyes como las pensaba hacer, pero ahora me di cuenta que ahí estaban los demócratas cristianos y los radicales que operaban en contra y que ahora están votando con el gobierno. La idea era que nos juntáramos toda la oposición y ellos actúan por su cuenta.

 

Para mí esa gente que tenía 21 diputados y  bajaron a 14 y que quizás en la próxima elección empiecen a desaparecer están haciendo cualquier tontera, no tienen un pensamiento de beneficio para el pueblo. Estos partidos están muy mal, están haciendo cualquier tontera.

 

 

Me da vergüenza y ni siquiera dicen nada. Cuando la Mónica Madariaga le dijo que ella se había movido para sacarlo cuando estuvo preso y tampoco, nunca, lo ha explicado, ni aclarado nada.

Aquí hay leyes para rico y para pobres. Acordémonos que a Délano y Lavín los mandaron a clases de ética ¿que esa wea?, por eso la gente piensa que no hay justicia. ¿De qué estamos hablando acá?

Por eso la gente se enoja y no va a votar. Gran error porque con qué porcentaje de la votación, de acuerdo al padrón, salió Piñera. Con el 27% de todo el padrón y cómo pueden decir que ellos ganaron.

 

No hacen nada. Se han dedicado a defender las AFP, la Constitución de Pinochet y muchas otras cosas más que han defendido, pero no a construir, eso queda claro.