“El expresidente no tiene la carrera ganada, el antipiñerismo se siente en la calle, en la ‘guata’ y en la sensatez, e incluso parlamentarios de derecha lo reconocen”. Advierte que “en la última elección política de concejales la centroizquierda aventajó por 330 mil votos a la derecha”.
Diputado Osvaldo Andrade a Cambio21: “Piñera en el gobierno sería nefasto para el país”
Por Mario López M.
“El Te Deum evangélico fue una maquinación de baja categoría que intentó dañar a la Presidenta, pero afectó a esa propia iglesia, y el partido político que estuvo detrás de esto tampoco tuvo ningún respeto por ella”, denuncia. En el Informe Valech, llama a respetar el secreto de las víctimas, pidiendo su autorización.
Reconoce que la Comisión Exalmar tiene “reproches éticos y políticos” a Piñera, “el famoso fideicomiso ciego no era tal, es falso, las personas que lo gestionaban tenían la obligación de reportarle a él”. Además cuestiona “las inversiones en paraísos fiscales y las inversiones con sus nietos menores de edad”.
El expresidente de la Cámara de Diputados va por la reelección en un distrito bastante especial, el 29. Allí en cuatro de las cinco comunas en las municipales gana la derecha, pero en las parlamentarias gana la centroizquierda. De hecho, él mismo fue primera mayoría en ese distrito, al que se incorporó La Florida. Incluso allí Frei le ganó a Piñera en 2009.
“Puentealtino” que reconoce que piensa como puentealtino, está ligado por historia al sector. Es hijo de un “viejo regidor socialista” y una activa dirigenta social y de iglesia, hermano de una concejala de Puente Alto y padre de hijos buenos basquetbolistas, como lo fuera él mismo.
Siente que le “está yendo bien” de cara a las elecciones, donde reconoce “una buena relación con los DC, desde la época en que parimos el Comité de DDHH en plena dictadura”.
(N. de la R.: La entrevista fue realizada justo antes de conocerse el fallo que favoreció a su excónyuge en materia previsional)
-Ha sido bastante sui generis esta elección. Por primera vez el conglomerado de gobierno va dividido en dos listas, tenemos candidatos formalizados o con líos judiciales, candidatos que se niegan a debatir, otros a ir a programas porque vetan a panelistas, cambio de sistema binominal, ¿qué le parece?
-Es así. Esta elección tiene mucho de sui generis, por lo pronto es con un sistema electoral nuevo, en las elecciones parlamentarias, además con una gran cantidad de candidatos a diputados, senadores, cores, presidencia. Tenemos un conjunto de particularidades que hacen novedosa esta elección, a la que le agregaría un cuadro de contexto que es muy interesante, un nivel de desprestigio de la acción política, las instituciones, los partidos, el parlamento, los parlamentarios.
En segundo lugar y que está relacionado con lo anterior, con un nivel de incertidumbre respecto de la masividad de la convocatoria a votar, donde todo el mundo piensa que va a ir a votar si no menos gente, muy poca gente.
Entonces tenemos un caldo con una cantidad de ingredientes novedosos que no hacen fácil prever el sabor que vamos a tener finalmente en el plato.
-Efectivamente, y a propósito de sabor, existe en la derecha una especie de sabor dulce de triunfo y en la centroizquierda, al contrario, un sabor un poco amargo. Mirando ahora las presidenciales ¿avizora eso que tiene Piñera el camino pavimentado a La Moneda?
-Piñera no tiene asegurado el triunfo. Veamos un par de datos concretos: uno, en la última elección popular de verdad -porque las demás han sido encuestas y sobre ellas se especula mucho-, la centroizquierda superó a la derecha en la elección de concejales en más de 330 mil votos, sin perjuicio de que se creó la imagen de que había ganado la derecha porque había conseguido municipios emblemáticos como Santiago, Las Condes o Maipú. Pero en estricto rigor, la elección de los concejales, donde se miden los votos partidarios y políticos, fue de gran envergadura. Le recuerdo que la diferencia Lagos/Lavín fue solo de 30 mil votos. Estos 330 mil votos son un dato objetivo que no admite especulaciones.
Lo segundo que llama la atención es el fenómeno del antipiñerismo que se encuentra en la calle. Puede ser porque mi caso está marcado por el distrito en que estoy, donde se reprodujo con mayor brutalidad la controversia Ossandón/Piñera, pero incluso profesionales y hasta parlamentarios de Chile Vamos reconocen el efecto del antipiñerismo, algo muy de la “guata” y de la sensatez. Esos son factores que no se han medido realmente por parte de la oposición al momento del triunfalismo y los medios colaboran mucho en eso, con periódicos que se han dedicado a mostrar los “futuros gabinetes”.
También hemos colaborado desde el oficialismo a este cuadro. Una sensación de derrotismo que teníamos hasta hace un tiempo atrás y que se ha ido revirtiendo, pero existía. El hecho que tengamos por primera vez dos candidatos presidenciales, dos listas parlamentarias, tampoco ayuda mucho.
-Siguiendo esa lógica del antipiñerismo, ¿ve viable en segunda vuelta el concentrar a toda o gran parte de la centroizquierda tras el candidato que pase al balotaje por el progresismo?
-En el ámbito de la especulación, si usted examina los resultados de las encuestas y suma a un lado las candidaturas de la centroizquierda y la de las candidaturas de la derecha, estamos virtualmente empatados. Entonces para hacer que esa visión de las encuestas se transforme en “real”, debe hacerse un esfuerzo desde ya y cualquier iniciativa que apunte a la sensación de que en la segunda vuelta la centroizquierda va a concursar unida, bienvenida sea.
Hay cosas previas. Uno, debemos hacer un esfuerzo adicional de romper esta subjetividad del derrotismo y eso depende solo de nosotros y debe ser muy nítido y menos peleas entre nosotros y mucho sentido de unidad.
Lo segundo es no exagerar la ansiedad de la segunda vuelta, porque cuando uno insiste mucho en esto, los candidatos que marcan menos se sienten un poco presionados. En eso hay que tener tino, prudencia.
-Pasando a otro ámbito, se ha criticado fuertemente lo que ocurrió con el Te Deum de una parte de las iglesias evangélicas. Al menos diez de sus integrantes postulan al Congreso y todos en listas de derecha, ¿le parece que se estaría “talibanizando” la política? ¿Es sano que las iglesias se transformen en partidos de poder?
-Dos reflexiones. Primero, que lo del Te Deum fue una operación política de muy baja categoría. Los partidos que apoyan al expresidente Piñera tienen que hacerse cargo de que fue una operación de una pequeñez grosera. Todo eso fue preparado, nada fue casual. Cometieron el error que solo iba a afectar a la Presidenta y terminaron afectando a la propia iglesia, mostrando su división al día siguiente.
El gran perdedor de ese acontecimiento fue la Iglesia evangélica (del pastor Durán), y por eso fue un despropósito mayor los que hicieron esto, porque no tuvieron ninguna responsabilidad de lo que le hicieron a su propia institución y el partido político que estuvo detrás de esto tampoco tuvo ningún respeto por esas instituciones.
Es legítimo que las iglesias tengan una posición sobre temas valóricos, pero que de ahí se asuman posiciones políticas partidarias, van a terminar deshaciendo a las iglesias.
-Están en el tapete nuevamente los atropellos a los DDHH, ahora por el secreto de la Comisión Valech. ¿Es de la idea de levantar absolutamente la reserva de antecedentes, solo levantarla para tribunales o solo hacerlo con autorización de la víctima?
-Desde mi condición de militante de izquierda, parlamentario, abogado: la justicia tiene un requisito básico que es la verdad. Sin verdad, no hay justicia. Puedo discutir con alguien que puede incluso legitimar el golpe de Estado, decir que el gobierno de Allende fue una atrocidad, que se justificó el golpe. Eso lo puedo entender y puedo discutirlo. Pero cuando se niegan las violaciones a los DDHH me produce rechazo, porque es la negación de lo obvio y a las víctimas causa daño. Si se puede investigar y hacer justicia, está bien. Pero la verdad es un acto mínimo de justicia que las víctimas merecen y es la única forma de sanar heridas para la sociedad chilena.
Ahora, desde mi concepción de víctima directa, estuve preso un año y algo, conocí los centros de detención y tortura, declaré en la Comisión Valech, incluso declaré ante el ministro Carroza hace un mes y medio por el caso de unas víctimas, eso es algo que uno nunca deja de vivir.
Desde esa perspectiva, la verdad sin lugar a dudas, pero las víctimas tienen que ser objeto de consulta. Sé fehacientemente, de muy cerca, que hay personas que prestaron su testimonio sobre la base que no querían que ese testimonio se hiciera público, porque hay atrocidades tan grandes que se cometieron con personas, especialmente con mujeres y que no quieren que sus hijos sepan las atrocidades que se hicieron con ellas, por eso hay que ser respetuosos.
No creo que haya habido ni pacto de silencio ni impunidad ni nada por el estilo.
-¿Qué le parece el escándalo que se ha instalado con los llamados casos “copypaste”?
-Lo primero es que frente al cuadro de reproche ético que existe sobre las instituciones estas deben responder con la mayor transparencia y hay que reconocer que en esto se ha cometido un error.
Fui presidente de la Cámara y nos hicimos cargo de este asunto. Cuando la Fiscalía nos solicitó información a propósito de una denuncia que había hecho la secretaria de la bancada UDI, Lily Zúñiga, quien reconoció que hacía informes y que el dinero después retornaba a la cuenta de la mandante que en este caso era la diputada Claudia Nogueira, que es de conocimiento público, entregamos toda la información y no solo eso, adquirimos un software para poder pesquisar copypaste. Se tomaron decisiones al respecto porque tenemos la convicción que la transparencia debe ser completa.
-En el informe de la Comisión Exalmar también se cuestionó esta práctica, ¿pero ello da como para cuestionar el tema de fondo de lo que se investigó?
-Ahí hay un punto. En la revisión de las consideraciones previas del informe había referencias sin señalar el autor y eso lo descubrió la propia Cámara con su software, no fue una denuncia externa o que fuéramos “pillados”. Esas referencias sin cita se tienen que reprochar, tomar medidas y no se tiene que repetir.
Pero cuidado, eso no cambia el carácter de las resoluciones del informe. Se ha intentado ocultar su contenido con el copypaste. Reconociendo que en él no hay imputación de delito, porque además descubrir delitoses materia del Ministerio Público (…) Sí podemos decir que tenemos reproches éticos y políticos acerca del comportamiento del expresidente Piñera. Por de pronto el famoso fideicomiso ciego no era tal, es falso eso, incluso las personas que gestionaban el fideicomiso tenían la obligación de reportarle a él los ejercicios.
Además tenemos un reproche político respecto de las inversiones en paraísos fiscales del expresidente Piñera. Él mismo declaró que invertir en paraísos fiscales era para encubrir delitos de narcotráfico, etc. Él tenía inversiones allí y no se ha hecho cargo de eso.
También tenemos reproches a inversiones que hizo con sus nietos menores de edad de importantes sumas de millones de dólares (…) Descartamos eso sí que en la defensa chilena hubiera algún tipo de interferencia que buscara privilegiar los intereses del expresidente.
-Claro que ello no quita la apuesta que hizo el expresidente invirtiendo al mismo tiempo en Exalmar, por si ganaba Perú, y en Corpesca, por si ganaba Chile, jugando a ganar o ganar…
-Usted lo está diciendo, muy bien… (ríe)
-A propósito de “cuestionamientos”, ¿qué opina de lo que está sucediendo en el norte, con el “caso Provoste” o “caso Affaire PC/PS”, que mientras no termine en “arista” está todo bien…?
-(Ríe de buena gana) Espero, espero… Creo que en esto está la genuina voluntad del PC y PS de llegar a un acuerdo político-electoral, que es fortalecer un eje de izquierda en la centroizquierda chilena, sobre todo para el periodo que viene, que es defender y profundizar las propuestas de Bachelet.
Si en la gestión de este acuerdo se han cometido desprolijidades, probablemente ligerezas, las cosas hay que repararlas. Hay cosas que ya son difíciles de reparar, pero hay que intentarlo de todas maneras. Si se tenía la convicción por el PC y PS que este es un buen acuerdo, se tiene que cumplir y si no se puede cumplir cabalmente, que lo haga hasta donde sea posible; de lo contrario, se trataba solamente de un acuerdo electoral y si era solo electoral ahí me empieza a dar lo mismo.
-Para cerrar. De no pasar Alejandro Guillier, y sí lo hiciera otro candidato del progresismo, ¿estaría dispuesto a votar por él o ella?
-Estoy convencido que Guillier pasa a segunda vuelta, pero estoy dispuesto a votar por Carolina Goic, Beatriz Sánchez o Marco Enríquez-Ominami, si fuera uno de ellos el que pasara.
-¿Y Piñera?
Mire, de llegar Piñera al gobierno sería una situación nefasta para el país. Es una retroexcavadora al revés. Va a querer destruirlo todo. Aquí en Puente Alto hay varios miles de jóvenes que accedieron a la gratuidad. Él dice que va a mantener a aquellos. No le creo. No le creo.