Por Francisca Verdejo P.
Un hombre sencillo que divide su vida entre el mundo artístico y la política, pero que halla un punto de encuentro para que converjan sus dos oficios. Un guachaca porque la vida lo hizo así y le gustó, y Consejero Regional, Core porque la gente lo quiere y confía en él. Dióscoro Rojas, el líder guachaca con “g” porque así lo patentó y lo puede comprobar, en entrevista con Cambio 21 cuenta un poco de sus meses como Consejero Regional por Santiago II. Cómo ve el mandato de Felipe Alessandri, los siete meses de gobierno de Piñera, además de otras curiosidades del mundo guachaca.
¿Cómo va su gestión como Consejero Regional?
Yo creo que el primer año es como un proceso de acercamiento, esto es relativamente difícil, la relación con la gente, con los nuevos Cores, el conocimiento de la propia bancada. Creo que hemos avanzado harto en muchos proyectos que se han aprobado, ya que este gobierno regional, es el que tiene el presupuesto de la región. Como soy Consejero Regional de esta municipalidad donde la pobreza es mayor que en otras partes, tengo que cumplir con eso, no solo con asistencialismo.
Nosotros los Core nos aseguramos que haya una relación mas pareja entre la municipalidad. Hemos aprobado proyectos de veredas, gimnasios, escuelas salud, y seguridad ciudadana, cosa que es muy sentida por la gente. Para esto son miles de millones, pero siempre tratando que sea equitativamente.
Hemos entregado mucho para la seguridad ciudadana. Estamos en permanente relación con ello y con la intendenta, quien es bastante pro activa, todo el Core esta muy contenta con ella, incluso nos propone cosas que deberíamos hacer.
Entonces defender, darle recursos, eso es el objetivo, para que la gente se sienta feliz. Mi tarea proteger los barrios donde la gente ha permanecido y en eso tengo el apoyo de la intendenta y la seremi.
Esperamos que tengamos una buena discusión al respecto, en eso yo tengo mucha confianza, porque es una política de todos, no creo que sea de un solo sector.
¿Cómo ve la administración del alcalde Alessandri?
Yo la veo bien, Alessandri como alcalde es muy activo, expresamente en la zona donde yo saco más o menos los votos gruesos, que es el sector de mataderos y es ahí donde vamos a confluir en programas comunes. Él tiene mucha preocupación por los barrios, ya que el déficit que se tenía era bastante alto.
Como ejecutor le tengo confianza, y como persona. Yo igual represento algunos barrios, entonces en ese sentido la concepción barrial tratamos de ponerla en la memoria de la gente, al menos visibilizarla, aquellos barrios que antes no lo habían sido, y en eso él ha ayudado bastante.
El alcalde es importante también, porque vamos todos en la misma parada, ganamos todos, especialmente los populares o como decimos nosotros los naturales, la gente sencilla que tiene alguna relación con estas zonas.
Y según yo, la teoría que tenemos es lo que nos va a ayudar a la felicidad de tener un futuro real, más justo, digno, y que no sea tan humillante para la gente popular, porque yo no hablo de “pueblo”.
¿Qué le parecen estos siete meses de gestión de Piñera?
Como buen republicano yo respeto porque es el Presidente, por eso y por los signos que nos entrega. Pienso que hay que respetarlo, así como el Presidente a su poder ejecutivo. Él hace promesas que no puede cumplir, y no las cumple porque no tiene un congreso a su favor. Si no son consensuadazas, ¿pa’ qué sirven las promesas?
En Chile y en todo el mundo existen dos visiones políticas; aquellos que creen que el Estado debe ser más fuerte y los otros que creen que la empresa privada debe serlo. Yo no tengo empresa ni participo y la experiencia que tengo es desde el ciudadano común que se siente abusado, cuando te cobran más luz, por esto y por lo otro.
En las cumbres guachacas le damos un 19% de las entradas al Estado y de lo que se vende otro tanto por ciento.
Entonces ¿esa plata está bien? ¿El Estado para que la usa? De repente para crear el espacio a la empresa privada y yo no estoy de acuerdo con eso. Cuando se habla del Estado, creo que se ha desprestigiado tanto la palabra. Creo que no hay un ente que diga tal y cual cómo son las cosas.
El Presidente es una contradicción en sí, porque de repente es muy proge y para otras… Por ejemplo, la opinión positiva que tiene de Bolsonaro, es un poco lo que escuchaba hoy en la tele, donde hacían la comparación. Claro tu podí justificar a Hitler pero por qué... A cambio cuantos millones de judíos murieron, eso no se puede justificar.
Piñera tiene una visión poco humanista. Yo creo que el se excede en ese tipo de cosas.
No es el gobierno que yo quería, pero la oposición perdió por algo también. El problema es que cuando uno entra en un cuadrilátero sabe que va a pelear. No me puedo quejar porque ellos ganaron y ganaron bien, ganaron con mucha sabiduría.
Cambiando un poco el tema, ¿planea seguir participando en la organización de la Cumbre Guachaca? ¿Cuáles son los planes para el próximo año?
Estamos un poco en quiebra, porque nos estafaron, nunca pagaron los impuestos, por eso ahora estamos mal. Nos estafaron los productores que teníamos, se llevaron todo. Una cosa terrible, yo nunca creí, porque era amigo mío desde hace treinta años, pero siempre hay un Judas en todas partes y quizás más cerca de lo que uno piensa.
Nosotros estamos este año por fortalecer un poquito, pagar lo que debemos. Menos mal que cada día debemos menos, aunque nos ha costado harto… El próximo año pensaremos de qué manera vamos a hacer las cosas, porque los costos están muy altos y nosotros vivimos de la entrada no más. Nunca nadie nos ha pasado ni un peso, por eso somos bien orgullosos con respecto a esto.
Yo creo que la festividad que tenemos nosotros la vamos a seguir haciendo, con más cambio, cada día más hermoso, pese a todo.
¿Qué es ser guachaca?
Nos autodefinimos, sacamos una declaración universal de la fermentación guachaca. Somos guachacas con g, aunque no le guste a Wikipedia ni a los que patentan las marcas, nosotros lo inventamos y lo podemos demostrar, porque antes no existía con g sino con hache.
Hay una parte que dice que es lo que quiere un guachaca…Una mujer para amar, hijo a quien educar, amigo con quien compartir y una casita pa' pintarla todas las primaveras.
Eso es lo que queremos, yo creo que los chilenos podemos ser felices con eso, para mí eso es ser guachaca, amar a su país y tener alegría por esto. Como decía
Jimmy Hendrix dijo la paz va llegar cuando el poder del amor supere al amor por el poder.
¿Cómo se ha desfigurado el concepto “guachaca” a lo largo del tiempo?
A mi me preguntaron quien no puede ser guachaca, a lo que yo les respondí, que los marcianos, porque no existen. Nadie sabe, uno dice las candidatas no lo son, ¿pero qué saben?
Cada uno tiene una percepción de lo que es ser guachaca, ponte tu dicen, “yo soy buena pal arrollado”, por eso lo soy, sin embargo creo que todos tenemos algo de guachaca. Esa cosa media lloriqueada que solloza con canciones de lucho Gatica sabí, porque en el fondo es como eso, deshacerte de todas las cosas que te han impuesto en la cabeza y asumir más sensiblemente lo que nosotros queremos.
¿Se ha mantenido el espíritu guachaca?
Si se ha mantenido, lo diferente es que ha asumido otra gente, es ahí donde parte lo de las reinas.
Teníamos que llevar como 3 mil personas al Mapocho y nosotros éramos tan feos que cuando tocábamos las puertas en las radios, nadie nos pescaba. Aparte de ser feos en la tele, aparecer hablando las tonteras que nosotros hablábamos, creían que estábamos locos.
Segundo, que hablábamos lento y en las radios hay que hacerlo súper rápido, entonces nosotros dijimos, no está resultando, tenemos que hacerlo de alguna manera y metimos chiquillas bonitas. Ahí empezamos a elegir.
La primera no nos resultó, pero la Paty López sí y la designamos como la primera reina. Entonces así empezó a participar otra gente, no fue una cosa pensada.
En todos lados de Chile reclaman que las reinas no son guachaca porque, ¿qué es lo que ser guachaca? Ese es el comentario que tiramos nosotros.
La reina que salió en Iquique, sacó pero miles de votos y tiene 80 años. En Conce ganó la del mercado. Otra vez la de la Vega Monumental, pero siempre son de todos lados, ¿cachai? En Santiago las que más se conocen son las famosas, pero eso también pasa porque son las más queridas.
Nosotros no hicimos la cumbre guachaca, ni producimos la de los Ángeles, pero cuantas personas fueron en tres días 60, 70, 80 mil. Porque todo el pueblo de Los Ángeles se mueve a través de la cumbre, independiente de donde se haga.
Aún existe esa felicidad cuando dices cumbre guachaca, esa que te dan ganas de empezar a chupar. Con la festividad se tiene una manera distinta de sentir la alegría y en ese sentido no nos hemos perdido, aunque la gente diga lo que diga.
¿En Santiago tiene un carácter más comercial la cumbre?
No es comercial. Cuando comencé, todas las platas las pusimos en las cumbres, porque tu ves mi cuestión de impuestos, ¿qué fortuna tengo yo? Ni si quiera tengo Fonasa y no estoy llorando, porque yo vivo de los guachacas. No tengo nada, no tengo previsión, nada.
Esto se constituyó con la plata de los guachacas y la promesa de los cuicos y sigue siendo promesa, porque ellos prometen participar cuando hay ganancias relativas. Los guachacas a diferencia de ellos, no creemos que Chile sea un territorio de donde sea sacar la plata y llevársela, nosotros pensamos que este es un país... No soy de la generación del billete.