Está asumiendo un nuevo gobierno después de un largo proceso político y electoral que permitió a una nueva generación de izquierda asumir el poder por la vía democrática con un alto apoyo ciudadano en 2ª vuelta (56%), pero en un sistema político altamente fragmentado y dividido con diversidad de actores políticos con representación parlamentaria para la próxima legislatura.

La instalación del gobierno del presidente Boric y su elenco de Ministras/os y Subsecretarias/os es la asunción al poder de una nueva generación y una nueva alianza política hegemónica (Apruebo Dignidad) que viene a sustituir a la ex Concertación y a la ex Nueva Mayoría que representaron a la centroizquierda en la transición democrática iniciada en los 90’.

Son altas las expectativas ciudadanas depositadas en nueva la administración a partir de la oferta programática desplegada en 2021 centrada en impulsar profundas transformaciones sociales y económicas que no pudieron implementarse producto del veto conservador instalado en la sociedad chilena producto de la alianza derecha política conservadora (UDI) y gremios empresariales. Esos diques fueron disueltos mediante la movilización ciudadana y electoral desde octubre 2019 y este gobierno llega al poder bajo la influencia de esa demanda por transformaciones
 
Durante la campaña electoral 2021 el debate político mostró que las soluciones para avanzar en derechos sociales por ejemplo hay una gran diversidad de propuestas y de modalidades de implementación, especialmente sobre su gradualidad y si opera o no la responsabilidad fiscal.

Muchas incógnitas deberán despegar en las primeras semanas el nuevo gabinete. La principal es cuantas reformas impulsará en su período presidencial, de que manera las financiará, cual será el diseño técnico que implementará y como la implementará gradualmente.

Al leer el programa del presidente Boric y los discursos queda claro que se partirá con la Reforma Tributaria para allegar más recursos fiscales. ¿Pero, insistirá con una reforma tributaria que apunte a recaudar 8% del PIB? o ¿ajustará la meta de recaudación fiscal al consenso técnico de que es posible recaudar 5% del PIB durante período de gobierno como se planteó en la segunda vuelta?. La reforma tributaria del presidente Boric tendrá su foco en los más ricos o aumentará impuestos a las empresas, son algunas de las dudas que aún no logran resolverse.     

También se anuncian como prioridades una reforma al sistema de pensiones, superando la capitalización individual y las AFP’s, también se anuncia una reforma al sistema de salud con un seguro universal, además de lo prioritario que significa una agenda real para enfrentar el cambio climático.

Pero para impulsar una agenda de transformaciones se requiere tener mayoría parlamentaria o en su defecto concurrir a construir un Pacto Legislativo para darle gobernabilidad de esas transformaciones. Eso es más importante en el Senado donde nuevo gobierno es minoría parlamentaria y se requiere resolver el empate político que habrá en la Legislatura 2022-2026.

Esta incógnita política no está aún despegada y es revelador de las complejidades que deben enfrentar los procesos de transformaciones en democracia donde se requiere construir mayorías parlamentarias que apoyen esas agendas reformistas.

También hay desafíos en materias de gestión, propios de la acción cotidiana del gobierno -donde debe ejercer mando sobre Carabineros, por ejemplo- como es la seguridad en los territorios -donde fracasó estrepitosamente el gobierno Piñera-.

 En las familias de clase media la principal demanda ciudadana es restablecer el clima de paz en los territorios, sea en las grandes metrópolis como en la Araucanía. Hay un cansancio de vivir en el miedo y en el terror producto de la acción de bandas delictuales ligadas al Narcotráfico y revertir ese clima de miedo es la principal petición ciudadana en los sectores medios al nuevo gobierno.

Habrá una gran presión mediática sobre la gestión de la Ministra del Interior que tiene una compleja agenda ligada a temas de seguridad a abordar como es detener el flujo irregular de migrantes en la zona Norte del país, enfrentar a las bandas narcos, reformar Carabineros, intervenir en la Araucanía, materias que seguirán siendo prioridad en la agenda pública 2022.

En el mundo popular las principales demandas están ligadas a una buena atención en salud -reducir listas de espera y mejor atención en salud primaria-, en mejorar sus condiciones de trabajo (subir sueldo mínimo, rebajar jornada laboral), acceso a viviendas dignas ya que hay un déficit habitacional que afecta a más de 500.000 familias.

Además, está el tema de manejar la pandemia sanitaria 2022, el regreso a las clases con presencialidad segura en el sistema educativo.

Estas demandas ciudadanas requerirán gran capacidad de gestión de los nuevos equipos que provienen principalmente de la academia, de las universidades y de algunos gremios como el Colegio Médico. Son equipos con buen curriculum académico, gran porcentaje de doctorados en Universidades europeas, pero hay una incógnita si tienen la capacidad de gestión en la administración del Estado para implementar soluciones rápidas en un ambiente de diálogo ciudadano y de transparencia.

En ese sentido es relevante el Relato político que instale nuevo gobierno, que muestre una importante capacidad de escuchar y consensuar con los actores sociales sobre la agenda real de prioridades que impulsará este 2022 y en el mundo de la política que muestre capacidad de dialogar y construir acuerdos en el Parlamento para tener mayorías parlamentarias que le permitan impulsar gradualmente las transformaciones que requiere el país para avanzar hacia un Chile con más equidad social que demanda la mayoría ciudadana.

Se inicia un nuevo ciclo político y será de responsabilidad de todas/os que esto signifique una mejor calidad de vida para las mayorías.