Las encuestas post Acuerdo por Chile están revelando que la aprobación a la gestión de Boric sigue en los mismos bajos niveles de aprobación que tienen todos o casi todos sus ministros/as.
El reinicio del proceso constitucional fue valorado por la élite política y económica, pero los grupos medios y vulnerables lo ven con distancia y una parte con indiferencia producto de que sigue siendo fuerte la presión por resolver las urgencias sociales como son la lucha contra la delincuencia y la inflación y el bajo crecimiento que se proyecta para 2023.
En la encuesta Pulso Ciudadano crece la gente que señala que “no le alcanzan los ingresos para financiar los gastos del mes” de 38% en septiembre a 48% en este mes de diciembre, lo que es consistente con el alza inédita de los precios de los alimentos de la canasta básica que llegó a 27% en noviembre y que significa que más de 335.000 personas caerán a una situación de pobreza y que estas familias debieran ser foco de mejores políticas sociales.
Hay una corriente subterránea en la sociedad chilena -que parecieran no percibir las autoridades económicas del gobierno- de una fuerte preocupación social por la inflación y la falta de nuevos empleos y no parecieran haber planes gubernamentales concretos que permitan identificar un plan de reactivación económica -ya que sigue la lenta ejecución de la inversión pública, especialmente en regiones, la falta de ayudas sociales focalizadas en las familias vulnerables y por ejemplo aún no opera las garantías FOGAPE para las empresas de menor tamaño por retrasos en la publicación del reglamento de la ley.
Tampoco se ve reacción gubernamental, vía MINEDUC, ante la crisis educativa que está viviendo el sistema escolar reflejado en altos niveles de ausentismo escolar -60% de alumnos de kínder presentaron ausentismo crónico este año-, bajos niveles de aprendizaje especialmente a nivel de lectura, un inédito porcentaje de deserción escolar.
Aunque lo más preocupante es la falta de reacción del Ministro de Educación que sigue bajando el perfil a estos problemas y hace oídos sordos a la petición transversal en el Parlamento de que se implemente un Plan de Recuperación Educativa a la brevedad para ser ejecutado en el año escolar 2023.
Se requiere una cruzada nacional con la participación de los diversos actores de la sociedad chilena para revertir esta crisis educativa que agudizó la pandemia, se requiere un MINEDUC convocando a esa tarea nacional de que niñas y niños vuelvan al colegio a socializarse y a aprender y es preocupante la ausencia de esta Plan de Recuperación educativa.
También es preocupante la demora del gobierno en concretar el Acuerdo Nacional por la Seguridad al cual los diferentes actores de la sociedad chilena han señalado respaldar, especialmente si hay en presupuesto 2023 más de $65.000 para el combate contra el crimen organizado.
El gobierno del Presidente Boric tiene un grave problema de gestión, de hacer que las cosas ocurran, de que se implementen políticas que mejoren la vida de las familias de clase media y vulnerables. Hay un exceso de discursos y pocos planes de acción, ineficiencia que está deteriorando la calidad de vida de la mayoría de las familias chilenas que en un 91% sienten que Chile está “estancado o retrocediendo”.
Levantar el país es urgente y se requiere que 2023 sea un año de realizaciones y no seguir en discursos vacíos carentes de concreción.