Por Alfredo Peña R.
En las últimas tres semanas, los medios de comunicación y líderes del mundo, europeos fundamentalmente, han estado preocupados de los temblores de sus manos y en su cuerpo que ha sufrido la mujer más poderosa del mundo, la Canciller de Alemania Angela Merkel. Las imágenes cuando se han entonado los himnos nacionales de su país y de algún mandatario o Jefa de Estado que ha recibido en Berlín, revelan un problema físico que no ha sido especificado.
Ha sido preguntada por esta anómala situación de su salud y ella ha señalado que está tratándose y que "estoy bien, es una reacción que se pasará".
Angela Merkel ha sido asesorada por sus médicos y ha decidido que escuchará los himnos nacionales sentada, cuestión que lo ha hecho con los dos últimos dignatarios que recibió, como se ve en esta fotografía, rompiendo todos los protocolos en beneficio de su salud.
Foto: Angela Merkel recibió en Berlín a la primera ministra moldava, Maia Sandu. Las dos sentadas escucharon sus himnos
¿Hasta dónde es privada la salud de un mandatario, jefe de Estado o Presidente de la República?
Tras las convulsiones que sufrió en los últimos días Angela Merkel, crece la discusión sobre si el estado de salud de un líder es información de interés público.
La preocupación por el estado de salud del Presidente Piñera en las últimas semanas es una conversación común y constante dentro de los políticos chilenos, del Gobierno y la oposición. Y obvio de los medios de comunicación. Pero los medios "tradicionales" -la televisión y los diarios de papel- no le consultan directamente al mandatario sobre su real estado de salud.
En los últimos días y en sus diversas apariciones públicas, Piñera se ve deteriorado fisicamente. A sus tan conocidos tics, se han agregado otras convulsiones en el cuerpo del Presidente de la República.
El más claro y más grave ocurrió el miércoles recién pasado en Osorno. En una reunión con la prensa, Piñera casi se cae de su silla (literal) por sus convulsiones. Se puede observar en un video grabado por los periodistas que estuvieron en esa reunión y que lo puede mirar aquí mismo (arriba). Un reportero que estuvo en esa conferencia de prensa cuenta a Cambio21 que Piñera llegó con grandes ojeras y que mientras hablaba el ministro de Obras Públicas Alfredo Moreno, Piñera tuvo esas convulsiones que se pueden apreciar en el video. "O estaba a punto de quedarse dormido en plena conferencia de prensa o sus tics eran demasiado fuertes. No sabíamos como reaccionar. Y el ministro tampoco. Lo miraba y estaba con cara de impacto. Lo mismo el Intendente Jurgensen que estaba sentado a su lado derecho" relata este reportero.
Recién en marzo pasado, Piñera se refirió a sus tics y a sus movimientos involuntarios. Admitió que efectivamente tiene “tics” y dijo que le daba lo mismo que se rieran de él y que tampoco le importaba lo que el resto pudiera decir sobre ellos.
“Me da lo mismo. Yo nací con los tics (…) Mi madre me recordaba que yo hacía tics en la cuna”, confesó.
Respecto de si se trataría esta condición, Piñera respondió que no iba a tomar medicamentos. “Hay fórmulas…pero a mí…prefiero mi libertad y mi independencia. Nací así y voy a morir así”, sentenció.
En febrero pasado en su polémico viaje a Cucúta para juntarse con otros presidentes por el tema de Venezuela, medios latinoamericanos destacaron y titularon con "El incómodo video que muestra al Presidente Piñera con sus tics" que se puede ver aquí abajo.
Debate sobre la salud de un mandatario: ¿Privada o pública?
En el mundo siempre se ha abierto este debate: la salud de un jefe de estado o presidente de la República, es pública o privada.
En la misma Alemania de Merkel hay ejemplos:
Cuando Helmut Khol fue hospitalizado para una operación de rodilla, su entorno pretextó 'un resfrío'. La excusa estándar de un canciller enfermo", ironizó un diario.
En el caso del padre de la Alemania luego de la guerra mundial, Konrad Adenauer, ese argumento disimuló una neumonía, y también sirvió para ocultar los desmayos de Helmut Schmit, mientras que la depresión de Willy Brandt fue un secreto de Estado hasta su renuncia.
El debate sobre el estado de salud de los líderes se plantea regularmente. En Estados Unidos se sigue con lupa la salud de Donald Trump, el presidente más viejo en ejercicio. En Francia, la opinión pública no consigue zanjar la cuestión desde hace casi 40 años, después de que el presidente Georges Pompidou murió, en 1974, de un cáncer de sangre que logró disimular durante dos años; en el mismo país François Mitterrand ocultó durante largo tiempo su propio cáncer de próstata, que lo llevaría a la tumba.
Versiones políticas en Chile señalan que el viaje que iba a realizar Piñera este jueves, viernes y sábado a Montana, Estados Unidos, a una reunión de empresarios y líderes políticos y sociales -y donde había pedido permiso constitucional y lo había hecho público-, era para descansar y "olvidarse de los problemas" que tiene en nuestro país.
El viaje fue desechado pero igual queda la duda: ¿El estado de la salud del Presidente Piñera es pública o privada?