Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: El pueblo chileno mandata a sus líderes a corregir el rumbo del país

Los aplastantes resultados conocidos este domingo nos permiten mirar con mucha esperanza el futuro del país.

En primer lugar, demostrar, una vez más, que tenemos un sistema electoral de excepción y que debemos mostrarlo con gran orgullo.

A menos de dos doras del cierre de las mesas, el resultado del plebiscito quedaba a la vista.

En segundo lugar, los ciudadanos demostraron que tanto las normas que permitieron la realización de la Convención Constitucional y el desempeño de ésta, no lograron responder a las legítimas aspiraciones de cambio de los chilenos.

Tercero, que este sentimiento de insatisfacción superó fronteras partidarias y geográficas , ya que el triunfo del rechazo no sólo se dio en las 3 comunas santiaguinas dónde la derecha se impone sin contrapeso, sino que se extendió a (casi) todo el país.

Cuarto, que la ciudadanía no aceptó la orientación de los 11 Gobernadores que llamaron a respaldar el Apruebo, a pesar de ser autoridades elegidas hace poco tiempo.

Quinto, y quizás los más relevante , es que los chilenos derrotaron el inadecuado intervencionismo del gobierno que usó todos los medios a su alcance para apoyar la propuesta de la Convención.

Se conocen declaraciones que hoy no hay ganadores ni perdedores. No parece ser una buena forma de asumir las lecciones que el pueblo entrega. Han sido derrotados las minorías extremistas y los oportunistas.

El país no acepta volver al siglo XIX y dividir nuestra Patria Para Todos, sino que quiere un Chile más justo para todos, descendientes de pueblos originarios o de las corrientes migratorias . Pero el mensaje claro es que lo quiere a través de medios democráticos.

Hay experiencias conocidas que señalan que es muy difícil que un Gobierno pierda un plebiscito.
En democracias, le pasó al general De Gaulle en los sesenta y al dictador Pinochet en plena dictadura.

El Presidente Boric tiene que demostrar en hechos concretos su compromiso con el camino democrático, tarea que no es fácil, ya que sus dos alianzas están mostrando fracturas muy fuertes y más de algún conflicto grande se conocerá cuando se trate de identificar las responsabilidades en esta abrumadora derrota.

Es evidente que un cambio de gabinete no sea suficiente. La propuesta que el Presidente haga para retomar el proceso de Nueva Constitución, la forma en que logre consensuar acuerdos en el Congreso Nacional, un cambio real para no seguir con ambigüedades frente a las acciones violentas y logre acuerdos eficientes para enfrentar la delincuencia.

Lo positivo está en que sectores que apoyaron el Rechazo han sido capaces de proponer caminos viables para que el necesario proceso de cambio se haga, pero de una manera distinta, tanto en las normas para elegir la forma y los integrantes de la nueva entidad en que recaerá la responsabilidad de preparar un texto para el Chile real, abandonando el extremismo excluyente y construyendo un marco general que permita el debate de ideas y facilite los acuerdos para
aprobar una Constitución que tenga un gran respaldo ciudadano.

Hay un desafío especial para los partidos políticos que apoyan al gobierno y a los DC, que apoyaron el Apruebo y que no lograron convencer a buena parte de sus propios militantes. Más de alguno de estas fuerzas se verá sometido a muchas críticas por haberse negado a respaldar acciones del gobierno que ya percibía la derrota y buscaba ofrecer cambios que mejoraran la propuesta.

El país no les creyó, porque darse gustos de creer que proyectos minoritarios podrían imponerse con arrogancia y violencia.

Una de las carencias comprobadas estuvo en las normas aprobadas transversalmente que permitieron que grupos y personas sin historia, formación y visión del Bien Común obtuvieran la mayoría de los cupos convencionales.

La derecha por su parte, no ha podido capitalizar este resultado, por la gran labor desarrollada por personas vinculadas a la Centro Izquierda que lograron un espacio sólido con declaraciones serenas y con proyectos de ley concretos que implicaron mostrar un camino mejor que el puente cortado que construyó la Convención Constituyente.

Más del 62% de los votantes, con una de las participaciones más altas, tomaron los ofertones del gobierno, pero no aceptaron pagar el precio de dividir Chile y crear conflictos de mayor peligrosidad.

El pueblo chileno, casi ausente en las calles, minorías categóricas en redes sociales contaminadas con odio, insultos y amenazas, ha mostrado el camino.

Los políticos de todos los sectores no pueden eludir la respuesta oportuna, justa y democrática.