Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: La derrota de Piñera y lo que se viene puede ser peor para la derecha

El Tribunal Constitucional (TC) –de manera inesperada- esta semana rechazó el requerimiento del gobierno para declarar como inconstitucional el tercer retiro de sus propios ahorros de las AFPs propinándole la peor derrota política a Piñera.

A pesar de que más del 70% de los parlamentarios habían aprobado esa ayuda ante la lentitud y falta de universalidad de las ayudas sociales del gobierno como el IFE y el Bono de Clase Media, él insistió en recurrir al TC creyendo tener ahí un apoyo que no tuvo en el Congreso.

Nuevamente se equivocó. Jugó al límite, porque ni incluso los ministros del TC más conservadores y más derechistas lo apoyaron.

Ratificando así su posición minoritaria en la opinión pública, con una aprobación ciudadana de sólo 9% está en la soledad política más absoluta.

La situación del país es crítica, la mayoría de las familias la pasan mal (un millón de empleos perdidos, dos millones y medio de trabajadores en la informalidad, 70% de la población considera que la situación económica es mala) y se está frente a un gobierno que no ayuda a las pequeñas empresas, que en materia de ayudas sociales insiste en la hiperfocalización que deja afuera al 42% de las familias inscritas en el Registro Social de Hogares.

Han fracasado las políticas sociales y económicas de Piñera y es hora de mostrar que hay alternativas, que se puede avanzar hacia mayor universalidad en las ayudas sociales y productivas.

Es un acierto político que la Presidenta del Senado Yasna Provoste lidere a la oposición exigiendo soluciones a esta dramática condición en que millones de chilen@s está soportando con la pandemia.

La clase política debe reaccionar frente a un mal gobierno y privilegiar la urgencia de implementar soluciones porque hoy la mayoría lo está pasando mal. Dialogar, exigir, buscar soluciones, informando a la ciudadanía sobre este proceso no es una “cocina política” sino es actuar con responsabilidad democrática.

Quienes tienen cargos de autoridad elegidos por la población deben privilegiar la urgencia de las ayudas sociales. Hay 6,5 millones de familias inscritas en el Registro Social de Hogares, pero sólo 4,0 millones reciben IFE ampliado, hay más de 1,2 millones de empresas, pero solo reciben FOGAPE 300.000 empresas y este 2021 hay muchas que no pueden empezar a pagar los créditos recibidos en 2020.

Hay miles de pequeñas empresas de turismo, de la cultura, de la agricultura, de la gastronomía, del emprendimiento y otras sin liquidez y sin actividad y que requieren un paquete de ayudas directas y oportunas, pero lamentablemente gobierno insiste en asignar recursos vía Fondos Concursables con co-pago del 20% o 30%, lo que hace imposible acceder a muchas pequeñas empresas y la concursabilidad –propia de tiempos normales- no sirven en situaciones complejas como la pandemia.

Las pequeñas empresas que no accedieron al FOGAPE no han tenido ayudas fiscales en estos 14 meses de pandemia y ahora la mala propuesta gubernamental es que accedan a Fondos Concursables que burocratiza la ayuda y solo será implementada en 3 o 4 meses más.

O sea, el Gobierno a pesar de su derrota política en el Congreso y en el TC y de su 9% de aprobación no aprende la lección de que se requieren ayudas oportunas y directas para las familias y las pequeñas empresas.
 
No puede alegar restricciones fiscales. Tiene recursos adicionales producto del mayor precio del cobre, hay recursos ahorrados en el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), pero también puede –y debe- eliminar exenciones tributarias como las ganancias de capital, como otras exenciones tributarias para la industria de la construcción y fondos de inversión privado como se lo ha exigido la oposición desde marzo pasado cuando se conoció un informe de expertos que recomiendan eliminar algunas exenciones tributarias a las rentas del capital.

No puede ser que Chile sea un país donde la mayoría ciudadana se empobrece por la pandemia y haya una minoría de super ricos, entre ellos el Presidente Piñera, que incrementó sus millonarias utilidades en 2020. Y ninguno de ellos, con la excepción del Presidente de Falabella, pide que le suban los impuestos para solidarizar con los chilenos que se han empobrecido.

En EEUU, Europa y Asia, los super ricos de esos paises han pedido a sus Gobiernos que les suban los impuestos como una forma de devolver la riqueza extra que han obtenido en este complejo y dramático tiempo de pandemia. 

Es más, los bancos que pertenecen a varios de los super ricos, a quiénes todos los chilenos los salvamos de su quiebra en le dictadura, continuan con sus agresivas políticas contra los chilenos y chilenas. Hay miles de ejemplos donde los cobros de créditos hipotecarios, de consumo, u otro tipo de créditos siguen realizándose sin esperar la recuperación o apoyo de esos deudores. Los bancos son un fiel reflejo que sus ejecutivos y directivos "creen que siguen viviendo en un país normal". Miles de chilenos son amenazados diariamente por las entidades bancarias de las "penas del infierno" con amenazas del remate de sus inmuebles o los cobros excesivos de intereses sobre intereses. Y en pandemia...

Detener estas aberrantes acciones es parte de decisiones rápidas en el parlamento. Y los diputados deben fiscalizar estos abusos y las Superintendencias deben castigar duramente a esos bancos que se aprovechan de la grave crisis económica de los chilenos.

En tanto en el ámbito político, acrecentar la desigualdad en la pandemia es otra herencia de Piñera que deberá empezar a ser revertida en un próximo gobierno que debe surgir de la unidad opositora, que la presidenta del Senado ha mostrado que es posible construirla.

Hay una responsabilidad política ineludible de la oposición que es mostrar capacidad de gobernabilidad para devolverle al país un mínimo de dignidad y paz social perdida durante este gobierno de derecha.

El primer paso comienza este 15 y 16 de mayo con una masiva participación ciudadana para mostrar que la mayoría quiere vivir en democracia, con mayor solidaridad y en un país más digno para tod@s. Por eso hay que convencer a todos y todas que deberán ir a votar en 15 días más. 

Chile se merece un país mejor...