Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Los traspiés de la primera semana de gobierno

Comenzó nuevo gobierno y su diseño comenzó a mostrar grietas con el episodio Temucuicui, que pretendía ser la primera señal de diálogo político con los pueblos originarios que terminó con balaceras hacia la comitiva encabezada por Ministra de Interior.

Desde las comunidades mapuches se cuestionó su improvisación, su falta de respeto al protocolo y su falta de diálogo con los lonkos y después aparecieron las tensiones entre las dos coaliciones que sustentan el gobierno sobre si existen o no presos políticos en la zona.

Claramente hubo improvisación o falta de pericia en la preparación de la visita a Temucuicui. Revelador -para algunos- de un atolondramiento de una generación política que cree que su sola presencia en el aparato estatal modificó los grados de desconfianza existente de las comunidades hacia el Estado.

La desescalada del Estado de Excepción Constitucional que vence el 26 de marzo próximo y la visita de 6 ministros prometiendo “más Estado” en la región de la Araucanía quedó en segundo plano y emergieron muchas críticas sobre la operación de la ministra Siches en la zona.

Los diversos actores políticos reclamaron por la falta de preparación de la visita, que el “gobierno entró frio a jugar el partido” y que se insistiera en una visión asistencialista de más apoyo en protección social sin enfrentar el problema político de representación y diálogo con los pueblos originarios.

En la semana también hubo tensiones previas en el Parlamento con los parlamentarios de Apruebo Dignidad porque primer proyecto que nuevo gobierno tramitó en el Congreso fue la continuidad del estado de excepción en las fronteras de la zona norte y desde esas bancadas cuestionaron que siguiera la militarización del fenómeno migratorio, que está fórmula no ha resuelto la crisis migratoria y demandaron con urgencia un Plan gubernamental para enfrentar la crisis migratoria que se vive en esa zona del país.

También por distintas fuentes, se conoce la molestia en el PS por el veto ejercido por la ministra de la Mujer Antonia Orellana (de Convergencia Social) a la proposición del ministro Carlos Montes (PS) de integrar al sacerdote jesuita Felipe Berríos al Consejo Asesor de la política para erradicar campamentos y que el argumento haya sido que ese sacerdote "hizo poco" ante los casos de abuso sexual del fallecido padre Renato Poblete.

Estos y otros episodios revelan que hay “un Gobierno y dos coaliciones”, donde Apruebo Dignidad ha reforzado su hegemonía con el copamiento de los cargos gubernamentales y en instalar los ejes de la gestión de gobierno, situando a los actores de la centro izquierda como “accionistas minoritarios”.

Esta tensión de dos coaliciones al interior de un gobierno ya sabemos genera diversos roces internos, lentitud en la toma de decisiones y deteriora la capacidad de gestión de gobiernos que deben enfrentar complejas realidades.

¿Estamos camino a instalarse una gestión gubernamental lenta, sin agenda clara, donde la pelea permanente es la lucha por la hegemonía política futura?. Este escenario es posible y tiene probabilidades de instalarse producto de lo que se ha visto en esta primera semana.

Lo preocupante es no ver una agenda legislativa nítida que impulse las transformaciones que anhela la sociedad. A diferencias de otros gobiernos de centro izquierda que se instalaba con un paquete de medidas a implementarse en los primeros 100 días, este gobierno no llegó con iniciativas legislativas propias, ni tampoco aún no tienen definiciones sobre temas que avanzaron en el Parlamento y que se conectan con su agenda como son las modificaciones introducidas al Royalty Minero en el Senado, tampoco se sabe como será evolución del Ingreso Mínimo Mensual que debe discutirse en el Parlamento en el mes de abril para que el nuevo monto este vigente desde 1º de mayo próximo.

Han surgido nuevas inquietudes producto del rebrote inflacionario, agudizado por la crisis internacional de la invasión rusa a Ucrania, por el aumento de los combustibles y de los alimentos que impactarán fuertemente en las familias chilenas. Por ejemplo, se prevé una fuerte alza de las parafinas que no tienen mecanismo estabilizador de precios como si lo tiene la bencina con el MEPCO.

Socialmente es urgente proteger a las familias vulnerables de estas fuertes alzas de las parafinas y gas y aún no se ve reacción gubernamental, con la excepción de reforzar MEPCO, que solo atenúa alza de las bencinas que beneficia principalmente a los quintiles más altos de la sociedad, para enfrentar la alta inflación que se viene.

Los integrantes de Apruebo Dignidad deben asumir que se acabó la zona de confort que era ser oposición de Piñera y que ahora deben gobernar y responder a las expectativas de tener mejor calidad de vida de las mayorías ciudadanas, que está sometida al escrutinio público de quién detenta el poder y que para gobernar no es suficiente ni el simbolismo, ni los poemas ni las campañas en redes sociales.

Gobernar es intentar cambiar la realidad, es buscar mejorar la calidad de vida de las personas y es administrar los imprevistos, lo que requiere actuar en función de la pluralidad social y no solo atender a su fanaticada. Ampliar la base de apoyo del gobierno es integrar y dialogar con otras y otros y es dejar atrás los vetos y las exclusiones.

 Esta primera semana eso no ha ocurrido y veremos que viene en las próximas semanas en este gobierno con dos coaliciones.