Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Otra cosa es con guitarra...

Después del desastroso Gobierno de Piñera que fracasó en contener la delincuencia, que generó 4 años de tensión social agudizada por la tardanza en apoyar a las familias vulnerables y a los emprendedores durante la pandemia, que no avanzó en resolver el conflicto de la Araucanía entre otros fracasos; se esperaba que con el nuevo gobierno se iniciaba una senda de recuperación del país que se traducía en enfrentar la delincuencia, la implementación urgente de un
plan de recuperación económica y de un diseño político-legislativo que permitía restablecer confianzas y diálogos en un sistema político altamente deslegitimado en la ciudadanía.

El nuevo Gobierno, que ganó en 2ª vuelta con el apoyo electoral de una plural mayoría, generaba la expectativa de que era más cambio que continuismo, que se iniciaba un proceso de transformaciones partiendo por nuevas prácticas y que se consolidaba esa mayoría electoral de diciembre en una mayoría política y social que daba gobernabilidad al complejo proceso de reformas.

Estas dos semanas de gobierno están generando mucha preocupación porque se ve improvisación, lentitud, falta de diálogo y escasa articulación política.

La preocupación surge en sectores que apoyaron en segunda vuelta a este gobierno ya sea por el fallido diálogo político en la Araucanía con el episodio de Temucuicui, críticas a las nominaciones políticas en las Embajadas, el notorio déficit de diálogo político con sus actores políticos en el Parlamento que se expresa en la activación del proyecto del 5º retiro, la ausencia de una agenda legislativa que coordine esfuerzos del bloque oficialista, el descontrol en materia de seguridad y orden público generado por las bandas delincuenciales y la aparición sorpresiva del fenómeno de la violencia escolar entre otros temas que no han tenido una adecuada respuesta de quienes gobiernan y dirigen las instituciones gubernamentales.

Quienes quieren transitar hacia una sociedad con mejor democracia y más protección social -que es la mayoría de los chilenos- demandan un buen gobierno que por un lado de gobernabilidad al proceso de reformas y enfrente los
problemas cotidianos que viven las familias chilenas.

Hay una exigencia de buen gobierno, de respuestas efectivas que debe hacerse cargo el nuevo gobierno y que en estas primeras semanas ha mostrado una notoria conducta deficitaria en ese ámbito.

Hay una falta de preparación y diálogo político de sus iniciativas como reveló el episodio Temucuicui que debiera enmendarse a la brevedad, se requiere construir confianzas con los actores políticos y sociales y converger en una agenda común de trabajo y en eso no se está avanzando en la Araucanía.

También pareciera estar faltando ese diálogo político con las fuerzas políticas del Parlamento. Fue sorpresiva la crítica al ministro Jackson de parte de propios senadores oficialistas como también de que otros parlamentarios oficialistas insistan en promover iniciativas como el 5º retiro y la fijación del precio del pan que no es compartido por el nuevo gobierno ni son parte de su Plan de Recuperación.

También debe resolver su modelo de relación política con los parlamentarios DC que no son parte del oficialismo, que apoyarán las reformas bien diseñadas como también cuestionarán públicamente los errores gubernamentales. Como lo señaló públicamente senador Huenchumilla hay “una mala gestión política” y se “esperaba más” en estas primeras semanas del nuevo gobierno.

Otra debilidad del nuevo gobierno es que no se observa una agenda legislativa y programática para estos primeros meses de gobierno que reflejen sus prioridades y que ordenen los esfuerzos del gobierno y sus actores. Legislativamente sólo se han tramitado las renovaciones de los Estados de Excepción Constitucional para zona norte, pero aún no se conocen Plan de Acción migratorio con foco en ordenar y regularizar los flujos migratorios. Se legisló sobre MEPCO para las
bencinas, pero quedó pendiente el mecanismo de contención de las alzas para la parafina y el gas licuado que se comprometió para abril por parte del Ministro de Hacienda.

En la élite fue criticado el nombramiento en algunas embajadas como premios de consuelo (ONU, Brasil, España, Argentina) ya que sería contradictorio con el liderazgo de Boric que es “un aire nuevo que descontamina las prácticas de la política tradicional”, según un influyente columnista de la plaza.

La debilidad más criticada transversalmente es la ausencia de políticas frente a la delincuencia que se toman diversas comunas de la RM como en regiones que genera un clima de inseguridad y miedo en las familias que no puede seguir y que llevó incluso a la alcaldesa de Santiago a pedir públicamente “Un Plan de Seguridad para Santiago” para enfrentar los hechos de violencia de los últimos días, reclamo que se extiende por diversas comunas del país agobiadas por tanta
violencia cotidiana.

Se esperaba una gestión eficaz y ágil para enfrentar los problemas que fue incapaz de resolver administración Piñera y la ciudadanía se encuentra con ausencias, improvisaciones y falta de diálogo que preocupan.
Lo hemos dicho reiteradamente, lo peor que puede pasarle al país es seguir con esta sucesión de gobiernos progresistas que son reemplazados por gobiernos conservadores -como ha ocurrido en los últimos 16 años- y por eso, se insiste en
que debe haber un buen gobierno, que dé gobernabilidad a las reformas para que ellas se concreten.

Algunos dirán que es apresurada la crítica política recién llevando 2 semanas de gestión gubernamental, pero agudiza la preocupación ciudadana al leer a Ministro Jackson que señala “Entrar al gobierno te hace darte cuenta de la grieta y los conflictos profundos que hay en el país”, cuando se suponía que el país había optado por políticos que conocían de los orígenes de los dolores que vive nuestro país y que llegaban a implementar soluciones adecuadas.