Preocupantes datos trae el informe INE del trimestre abril-junio que muestra un fuerte estancamiento en la creación de nuevos empleos; desde enero se ve un mercado del trabajo estancado en la generación de nuevos empleos y las cifras INE muestran que el número de ocupados se estancó en 8,041 millones de personas –de los cuales 2,088 millones son personas con empleos informales o sea sin contrato laboral-. En el trimestre enero-febrero-marzo el número de ocupados alcanzaba a 8,148 millones de empleos o sea en este primer semestre 2021 se han perdido 107.000 empleos revelando que la recuperación del empleo de Piñera está fracasando a pesar de la recuperación de la actividad económica que muestra el IMACEC.
El empleo está cerca de 10% por debajo de los niveles pre pandemia. Esto implica que no hemos recuperado más de 900 mil empleos –según INE- que equivalen a un 10% de la fuerza de trabajo y ya sabemos –cómo ocurrió en la crisis asiática 98/99- que la actividad productiva se recupera primero y los empleos se recuperan con un rezago de 2 a 3 años.
Algunos dicen –principalmente la derecha y el empresariado- que este estancamiento en el empleo es resultado de los beneficios sociales como el IFE universal que se han entregado. Pero una encuesta reciente de la Universidad de Chile en la Región Metropolitana muestra que la mayoría de las personas que ha salido de la fuerza de trabajo lo ha hecho por la cuarentena (26,7%), quehaceres del hogar (21,1%) y estudios (17,2%), en contraposición, los menos frecuentes son vivir de alguno de los retiros del 10% de la AFP (2,3%) y sólo el 1,5% mencionó a los subsidios y/o ayudas del Estado.
Los subsidios al empleo del SENCE no están generando empleos adicionales lo que debiera significar una revisión de los diseños de estos instrumentos de promoción del empleo y re-orientarlos a resolver las barreras que están generando este estancamiento; por ejemplo, los subsidios ligarlos a recuperación de actividad productiva por sectores como el turismo y la cultura.
La recuperación del empleo es una tarea clave que deberá asumir el próximo gobierno y requerirá ajustar los instrumentos enfocándolos en aquellos sectores y regiones intensivos en recuperar empleos.
También es preocupante la información de la DIPRES sobre la lenta ejecución de la inversión regional a junio de este año. Hay US$ 1.780 millones en inversión regional pero sólo se ha ejecutado 33,9% al mes de junio –inferior incluso a la ejecución 2020-.
Hay una lenta ejecución en Ñuble sólo 13% presupuesto, en Bio Bio llega a 26%, en Antofagasta del 27% y en otras 8 regiones del país presentan una ejecución más lenta que el año pasado.
Hay un enorme desafío para las nuevas autoridades regionales electas que asumieron este mes para impulsar medidas que aceleren la ejecución de los proyectos de inversión regional que signifiquen encadenamientos productivos con pequeñas empresas, creación de nuevos empleos y mayor actividad económica en la región.
Hay regiones como Ñuble donde la mala ejecución es revelador de un mal gobierno regional ya que de $56.000 millones asignados para financiar proyectos de inversión en 2021 solo se han ejecutado $7.000 millones a junio. La mala gestión de los actuales delegados presidenciales en materia de ejecución de inversión es otra mala herencia de la gestión Piñera.
Pero sería importante empezar a conocer las propuestas de los diversos candidatos presidenciales sobre sus programas de recuperación del empleo y para presupuesto 2022 si van a mantener o no el actual impulso fiscal –este año centrado en IFE- y si para 2022 tendremos un presupuesto fiscal más expansivo en crecimiento y en una agenda de recuperación del empleo.
Es claro que candidato de derecha –continuista de Piñera- seguirá con las políticas pro mercado, pero sería bueno conocer las propuestas de las candidaturas de oposición, si se la jugarán por recuperar el empleo e implementar una nueva estrategia de crecimiento que efectivamente apunte a recuperar los empleos perdidos durante la pandemia.
Estos 900.000 chilenos/as que perdieron su empleo en la pandemia y no ven posibilidades de recuperarlo requieren respuestas políticas de que tendremos cambios económicos que apuntarán hacia un Chile con empleos decentes para las mayorías.