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Editorial Cambio21: Piñera, el peor gobierno de los últimos 32 años desde la vuelta a la democracia

Se ha generado una fuerte polémica con la derecha sobre el calificativo de que “Piñera hizo el peor gobierno de la historia”. Ciertamente lo peor que le pasó al país fue la dictadura de Pinochet donde durante 17 años vivimos sin democracia, con una violación permanente de los derechos humanos (detenidos/desaparecidos, exiliados, relegados), con un ambiente de miedo que generaba la persecución política de organismos represores como la DINA y después CNI.

Ciertamente lo de Pinochet fue lo peor que ha pasado en la historia de Chile, pero este gobierno termina con una aprobación de sólo el 18%, con un fracaso total ante los delincuentes, las bandas de narcos etc. El hasta hoy presidente de la Cámara de Diputados Diego Paulsen /RN dice que en la Araucanía “hoy está peor” que cuando se inició el gobierno de Piñera.

Esa sensación de 4 años perdidos es lo que recorre a la población, después de un gobierno que insistió entre 2018/2019 en frenar las reformas sociales impulsadas por Bachelet 2, reinstalando lógicas de mercado, bajando impuestos para dar acción al sector privado termina fracasando ante un movimiento ciudadano de reclamo por más derechos sociales.

Durante la larga pandemia en 2020 no generó apoyos sociales sustantivos y la población sobrevivió por el primer y segundo retiro de los ahorros previsionales y al final en mayo 2021 termina legislando un IFE universal, pero siempre llegando tarde y tratando de mostrarlo como un logro de su gestión.

Piñera nunca ha logrado entender que Chile quiere más protección social, más derechos sociales, educación y salud de calidad y que no se hagan negocios con la administración de estas prestaciones sociales.

Ejemplo paradigmático es la reforma de las pensiones. La realidad mostró que las pensiones generadas por las AFP’s son miserables (alrededor de $200.000 mensuales para miles de mujeres), que el modelo del ahorro individual de las AFP’s genera esas bajas pensiones que se requería modificar la lógica del sistema y pasar de un sistema de ahorro individual a un modelo de seguridad social con ahorro colectivo.

Pero su gobierno durante estos 4 años siempre se opuso a cambiar modelo de AFP’s y defendió la capitalización individual y nunca acogió el planteamiento opositor de la Solidaridad intra e intergeneracional y al final de su gobierno acogió la idea de una Pensión garantizada Universal (PGU) que complemente la pensión contributiva.

Se pasó 4 años defendiendo el negocio de las AFP’s y el único avance fue legislar la PGU de $185.000 cuya implementación comenzará en agosto para los 600.000 nuevos beneficiarios netos. Y la mayoría sigue sufriendo las miserables pensiones de las AFPs.

 En educación no hubo avances en calidad educativa. La pandemia reveló la enorme brecha en conectividad digital que afecto el desarrollo de la tele educación y hoy transversalmente los actores educativos piden la presencialidad, porque saben que otro año de educación telemática solo profundizará las enormes desigualdades educativas. Es clave entonces garantizar presencialidad segura en los establecimientos y planes de recuperación de aprendizajes.

En salud pública se ha vivido desde marzo 2020 un enorme estrés institucional para enfrentar la pandemia del covid19. El sistema público ha resistido, ha existido coordinación de actores público y privados, el plan de vacunación ha funcionado. Lo relevante es que se enfrentó la pandemia sobre las espaldas del sistema público de salud y este ha resistido, a pesar de los problemas en trazabilidad, en el agotamiento del recurso humano.

Pero este foco en covid19 significó que en estos 2 años ha aumentado las listas de espera no covid y Fonasa no fue capaz de enfrentar esta doble demanda y debiera ser tarea principal del nuevo gobierno.

La derecha ha mostrado estos 4 años en ser incapaz de escuchar a la ciudadanía y en generar políticas que resuelvan los problemas propios de un Chile que anhela crecer. Un ejemplo de esto es que en Vivienda ha sido incapaz de enfrentar el alto déficit habitacional -que supera las 500.000 familias- y vio crecer el déficit habitacional y nada hizo para empezar a resolver el problema.

En los barrios de muchas regiones, las familias viven más inseguras, con miedo a los Narcos, al portonazo, a los fuegos artificiales y la Subsecretaría de Prevención del Delito nada hizo para mejorar la labor de Carabineros, focalizar dotación en las comunas de mayor índice de actividad delictual. El resultado es que la mayoría de las familias viven atemorizadas y no ocurrió el fin de la fiesta de los delincuentes como prometió Piñera en 2017.

Somos un país estancado. Para el 87% de la ciudadanía, el país retrocedió o está estancado con Piñera; sólo un 12% considera que su situación económica personal es buena. La alta inflación llegó a instalarse -últimos 12 meses llegó a 7,8%, pero el ítem de alimentos es 8,4% en 12 meses-, somos una economía que tiene un bajo crecimiento ya que los IMACEC de 2 digitos de 2021 fueron un simple rebote estadístico de la caída económica ocurrida en 2020 producto de la pandemia y Piñera un PIB tendencial para los próximos años de una economía cuyo potencial de crecimiento está entre 1,5% a 2%.

En lo institucional estos 4 años hemos vivido el deterioro de la imagen de la Presidencia de la República, también hemos visto la corrupción en Carabineros, Ejército cuestión que daña la base de nuestra democracia que es la confianza ciudadana en las instituciones democráticas.

Piñera deja una mala herencia, una muy mala herencia.

Un Chile estancado, con mayores desigualdades y por eso el fin de su gobierno y la instalación del Presidente electo ha generado una razonable expectativa ciudadana de que las familias van a vivir más tranquilas, con menos miedo, que subirán los salarios y se recuperarán los empleos perdidos por la pandemia, que mejorarán las pensiones.

El nuevo gobierno tiene una baja base de comparación como es este mal gobierno de Piñera, pero debe entender que la mayoría quiere seguir mejorando su calidad de vida y entiende que la política debe estar al servicio de ese objetivo político.

Es de esperar que hayamos aprendido la lección de estos 4 años de sufrir tan mal gobierno.