Se cumple la mitad del mandato del gobierno, liderado por las nuevas generaciones que desplazaron en la elección del 2021 a los sectores de centroizquierda que habían conducido el mundo progresista desde la lucha contra la dictadura y realizaron la transición democrática desde los 90’.
Llegaron al poder cuestionando las políticas concertacionistas, pasaron a segunda vuelta en 2021 compitiendo con el abanderado de la ultraderecha con lo cual tuvo el apoyo transversal para triunfar sobre Kast y 2 años después hay mucha decepción y frustración, tanto desde la izquierda por las promesas incumplidas como de los sectores reformistas por la mala gestión de las reformas fallidas, por la nula capacidad de hacer crecer la economía y no enfrentar con realismo los problemas cotidianos que genera el crimen organizado y la situación de inseguridad y miedo en que viven las mayorías.
Un conocido conductor de TV y columnista dominical de un diario, que alentó esta renovación de las élites en la campaña presidencial de Boric, hoy a los dos años reclama públicamente denominándolo “Barros Boric” por su resignación y conformismo y señala que “el resultado es un Presidente testimonial. Uno que, como Barros Luco, parece esperar que los problemas se resuelvan solos, o se resigna a que no tienen solución. Si se le mide contra sus propias promesas, el balance de la primera mitad del gobierno es paupérrimo: apenas ha cumplido un puñado de propuestas”.
Esta una fuerte crítica pública que es difundida en redes sociales por parlamentarios PC, activistas mapuches y otros fans del gobierno que reclaman “que Matamala abandonó el barco”; pero también la centroizquierda reformista sigue cuestionando la mala gestión, la incapacidad para impulsar reformas pro crecimiento y pro empleo, que muestra pocos resultados para garantizar mayor seguridad en los barrios y comunas donde se instala el crimen organizado, que no resuelve la crisis de la educación pública con lo ocurrido en SLEP Atacama y otras regiones.
Es un balance crítico sobre estos dos años: la economía en 2023 se estancó, el desempleo creció y los empleos creados son mayoritariamente informales, todavía hay 300.000 empleos menos que en período pre pandemia, la política monetaria del Banco Central logró bajar la inflación en 12 meses; la percepción de inseguridad sigue en aumento, la criminalidad de origen venezolano se instala alterando nuestra vida cotidiana; las pensiones siguen siendo bajas -a pesar de que PGU esté en $207.000 mensuales-, la violencia intrafamiliar sigue creciendo; las listas de espera en los hospitales públicos continúa alta, es la sensación cotidiana de un país que no avanza, que al contrario es un Chile estancado y/o que retrocede.
Una encuesta de estos días señala que 57% siente que Chile retrocedió estos 2 años de administración Boric. Ese porcentaje es mayor en los grupos medios, en las personas entre 35 y 54 años y en los que se definen independientes.
¿Cual es el origen de este fracaso político ?.
Este gobierno perdió sus primeros 6 meses, producto de que se "compró" la tesis del exministro Giorgio Jackson -hoy en un cómodo "auto exilio" en Europa- de apostar a tener un resultado favorable en plebiscito de septiembre 2022 que viabilizará el programa de gobierno.
La derrota fue contundente y el Presidente Boric, dice este 11 de marzo que "eso fue lo más duro para el gobierno". Ahí perdió su mayoría social ya que el rechazo al texto constitucional plurinacional y frente amplista fue rechazado por el 62% de la ciudadanía. Si a los 6 meses de iniciado el gobierno, se tiene un plebiscito y se tiene ese nivel de rechazo no hay agenda de transformaciones posible y los meses posteriores ha debido soportar a una derecha hóstil, donde predominan las posiciones más ultraderechistas y cercanas al pinochetismo; pero también ha debido soportar los escándalos de las Fundaciones Democracia Viva, Pro Cultura y otras ligadas a partidos del oficialismo.
En ese escenario político adverso termina conformándose con mantener su apoyo original de la primera vuelta del 26%; pero claramente eso no es suficiente para impulsar reformas que terminan siendo rechazadas en el Parlamento como ocurrió con la tributaria en marzo 2023 y la previsional en enero 2024.
Tampoco ha sido capaz de ampliar su base de apoyo político y social y probablemente en las elecciones municipales y regionales de octubre tenga un complejo o magro resultado ya que además, son con voto obligatorio lo que hace más incierto el resultado electoral.
Producto de estas variables han significado que el balance de las 2 años de administración Boric es con nota insuficiente; donde 71% señala que el gobierno no ha cumplido sus expectativas.
En ese escenario de mayorías críticas al gobierno; si el progresismo quiere tener buenos resultados electorales en octubre debe promover elecciones locales, debe centrarse en los temas que son prioridad ciudadana, centrarse en mejorar su gestión política y económica, o sea entender que requiere un upgrade en relación a la mediocre gestión de estos 2 años y conformar un equipo ministerial que sea capaz de mejorar la gestión de esta administración.
¿Podrá hacerlo? Difícil respuesta, pero especialmente los sectores de centroizquierda debieran ser los principales interesados en hacer ese giro político.