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Editorial de Cambio21: Chile espera justicia y verdad ahora en la Araucanía

El presidente Piñera tanto en su campaña presidencial como en estos ocho meses de gobierno instaló una lógica represiva y militarista para enfrentar los temas de La Araucanía. En junio pasado presentó el Comando Jungla de Carabineros –que dejó una histórica foto- para "combatir con eficacia el terrorismo en La Araucanía” y destacó “que cuenta con las mejores herramientas tecnológicas, como drones, sistemas de comunicación, etc., para cumplir con eficacia su rol".
 
Acompañado del Ministro del Interior, del director de Carabineros y del senador Felipe Kast resaltó a este comando especial anti terrorista, lo que en ese momento fue cuestionado por los senadores opositores de la región (Huenchumilla y Quintana) quienes señalaron que la Araucanía requería soluciones políticas, diálogo y no el Comando Jungla.
 
Además, Huenchumilla reafirmando la prioridad de la solución política –presentaron junto a Provoste y Quintana- en el Senado una Reforma constitucional que establece derechos colectivos, plurinacionalidad, autodeterminación, autonomía y derecho al territorio para pueblos indígenas. Sin embargo, el Gobierno siguió con su táctica de calificar de terrorismo lo que ocurre en la Araucanía y le siguió dando alas al Comando Jungla que han culminado con la muerte de Manuel Catrillanca el miércoles pasado en la zona de Temucuicui.
 
La secuencia posterior a esto revela que de nuevo el Gobierno de turno creyó en la versión de Carabineros. Por su parte, de modo temerario el Intendente Mayol calificó al joven mapuche muerto de “delincuente” y tanto, el Ministro del Interior y la vocera dieron su respaldo político a Carabineros. Pero la fuerza de la verdad ha sido superior ya que las indagaciones de la Fiscalía como los testimonios de los testigos han terminado revelando que fue -lamentablemente- un asesinato, producto de la violencia descontrolada de estas fuerzas  de Carabineros que hoy están instaladas en la zona.

 
Esos Carabineros del Comando Jungla están hoy instalados en la zona en lo que fue hasta 2013 un Liceo Politécnico de Pailahueque; lo que resulta una cruel paradoja de la política pública en esa zona de La Araucanía donde en los últimos años se trocó el liceo Politécnico por un retén de Carabineros.
 
Esta dolorosa muerte revela el fracaso de la política hacia el pueblo mapuche donde ha primado la lógica represiva y no ha existido la voluntad de construir puentes y soluciones políticas como por ejemplo una mayor representación política de los pueblos originarios en nuestro Parlamento y una concepción de integración al desarrollo como lo realizó exitosamente Nueva Zelandia con el pueblo maorí.
 
Piñera y la derecha en La Araucanía tienen una enorme responsabilidad política en haber fomentado la militarización de la Araucanía, sea siendo oposición como ahora estando en el Gobierno lo que quedó reflejado con la creación y haberle dado manga ancha al Comando Jungla. Son ellos los responsables políticos que en la Araucanía se haya trocado el Liceo por un Retén.
 
La falta de control hacia la labor de Carabineros ya había sido alertada con la Operación Huracán en las postrimerías del gobierno anterior y este nuevo episodio revela algo muy preocupante que es la total autonomía de Carabineros ante el poder político, donde ellos dan las versiones, donde la autoridad política termina creyendo a ciegas la versión de esa policía, donde ellos manipulan y generan montajes de pruebas que terminan cayéndose por lo burdo pero reveladores de una falta de control político hacia Carabineros que no es propio de una Democracia moderna.
 
Hasta el momento hemos visto un cruel homicidio, montajes de Carabineros, información falsa a las autoridades, destrucción de pruebas como fue la tarjeta de memoria de la cámara; pero aún el país espera la detención de los Carabineros que dispararon y falsearon hechos, tampoco vemos mea culpas institucionales, ni menos aparecen los responsables políticos de esta situación que generó la mala política pública.
 
El país espera Justicia y verdad, pero también que los responsables políticos renuncien –en especial, el Ministro del Interior e Intendente de la Araucanía que se vanagloriaban del Comando Jungla en junio pasado-y que haya una nueva normativa que controle las acciones de Carabineros y sus fuerzas especiales, que se financian con gastos reservados del presupuesto nacional o sea con plata de todos los chilenos/as.