Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: El desplome de Piñera en las encuestas

El mes de noviembre fue un mal período para la gestión de Piñera, lo que queda revelado en diversas encuestas -incluso las amigas de la Moneda- que muestran la actual fotografía del país: es mayor la desaprobación (46% - 49%) a la gestión Piñera que la aprobación (41% - 44%).
 
Esa mayor desaprobación ciudadana se centra en la clase media y en los sectores populares y en la Región Metropolitana donde la desaprobación bordea el 50% y en especial se explica por los incumplimientos de las promesas económicas que se hicieron durante la campaña presidencial del 2017. Más del 55% de la ciudadanía reconocen “estar igual” que durante el gobierno de Bachelet y sólo 23% de la ciudadanía –que corresponde a familias de altos ingresos de las comunas pudientes- señala que está viviendo “los tiempos mejores”. 62%  de la ciudadanía señala que el país está “estancado”.
 
Esos datos sobre la percepción ciudadana son consistentes con los datos de la realidad. Por ejemplo, en materia de desempleo se mantiene persistente un alto desempleo de 7,1% -superior al 6,7% del 2017- y es mayor el desempleo en mujeres que alcanza a 7,4%, en la Región Metropolitana llega a 7,5% y también es mayor el desempleo en las regiones mineras como Antofagasta y Atacama que supera el 8%. En materia de producción industrial en octubre creció sólo 2% en 12 meses y la producción minera decreció -4,3% en relación a octubre del año anterior
 
Esto contrasta con el discurso del “mundo feliz” del Ministro Valente destaca que los chilenos “están votando” a través del consumo, de los viajes y niega que haya descontento en la población por los magros resultados de la gestión piñerista.

El piñerismo pareciera estar viviendo una realidad paralela –como lo muestra el ministro Valente- ya que es incapaz de leer la desaprobación ciudadana de la parte mayoritaria de la población que creyó en sus promesas de “más empleos, mejores salarios y mayor seguridad” y que claramente no ha cumplido.

Incluso en materia de seguridad ciudadana estamos siendo espectadores del deterioro máximo de la institución policial destinada a brindar seguridad en la población producto que asesinó de manera inexplicable y alevosa a un joven mapuche –y hoy se conoce que los involucrados además reconocen que mintieron por instrucciones superiores. O sea, Carabineros tiene entre sus filas a un Comando Jungla que asesina a gente indefensa, que miente y que además eso lo hace por instrucciones del mando superior.
 
Este descrédito institucional de Carabineros es muy grave para el país. Es urgente que la autoridad civil y el sistema democrático impulsen una reforma democrática a la gobernanza de Carabineros, que evite la corrupción instalando efectivos sistema de control democrático a los gastos de Carabineros –que alcanzan a US$ 1.500 millones anuales- y este actuar desmesurado de estas fuerzas especiales. Razón tiene el Congreso no darle gastos reservados y cuando exige la salida del Comando Jungla de la Araucanía.  

Se equivoca Piñera en insistir que la problemática mapuche es un tema de terrorismo; como país debemos instalar un tipo de relación política con el pueblo mapuche y el resto de los pueblos originarios asumiendo que debemos ser un país multicultural, que la representación política debe recoger esa multiculturalidad mediante la modalidad de “los escaños reservados” e integrarlos al proceso de desarrollo económico como se hizo exitosamente en Nueva Zelanda, Colombia y Canadá.   

Este deterioro de la adhesión al proyecto piñerista abre una oportunidad a la oposición –sobre la base de la coordinación política- muestre que es capaz de presentar un proyecto alternativo al simplismo y populismo donde armonice el necesario reimpulso económico –sobre la base de invertir en tecnología, innovación y emprendimiento- con planes de inclusión social sustentados en bienes públicos de calidad como es la educación y salud pública de excelencia y de un sistema de pensiones más solidario donde el foco sea mejorar las malas pensiones que las AFP’s dan a la clase media. Si no se logra esa coordinación y agenda común puede que la desaprobación a Piñera termine siendo representada por alternativas populistas de derecha como ya ocurrió en Brasil y ahora vuelve a pasar en Francia.