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Editorial de Cambio21: El problema del Gobierno son los magros resultados económicos

La semana pasada se conoció el 1,4% de Imacec febrero que revela que la economía se ha desacelerado desde el segundo semestre del año pasado y la proyección del Imacec para el primer trimestre 2019 es un modesto 2% que ratifica que la economía “anda lenta”.
 
El problema de la administración Piñera son los bajos resultados económicos. Se estima un crecimiento anual de 3% para 2019, no están generando masivamente nuevos empleos –con la excepción del sector de la salud pública-, la inversión en maquinarias es simple reposición, no se ven nuevos proyectos productivos en las regiones ni en la minería ni en energía; no se ven nuevos sectores productivos que tiren el carro del empleo; las remuneraciones siguen estancadas (2018 creció 1,2% real) y el consumo también está estancado producto del estancamiento salarial.
 
Ahora sube la bencina por quinta semana consecutiva, suben los planes unilateralmente de las Isapres afectando a 2,8 millones afiliadas a esas instituciones y este cuadro reafirma lo que la ciudadanía ya tiene instalado de que Piñera "gobierna para algunos pocos y no cumplió lo que prometió" y que siguen los abusos en desmedro de la clase media.
 
Este es el escenario social que explica la baja aprobación del presidente Piñera que cae de 44% a 34% colocándose en su punto más bajo de aprobación de sus 13 meses de gobierno; mientras que la desaprobación sube a 53%.
 
A pesar de la maratón comunicacional de las últimas semanas, de venezolizar la agenda pública, de anunciar el control de identidad para los menores de 14 años, desplegarse en los diversos matinales de la televisión abierta, de hacer cadena nacional para anunciar un programa contra las drogas de sólo $512 millones, de la admisión justa no logra remontar el categórico juicio de la ciudadanía que se expresa en ese 53% de rechazo y sólo 34% de aprobación.
El problema es la desaceleración de la economía que le está pasando la cuenta a Piñera –miremos la encuesta Criteria-: bajó del 36% al 28% la gente que estaba de acuerdo con la afirmación de "Chile está creciendo económicamente", también cayó del 26% al 20% la gente que afirmaba que "hay mejores posibilidades de encontrar empleo" y cayó del 24% al 15% los encuestados que afirmaban que "la situación económica era buena".
 
La caída de la popularidad del Presidente está fuertemente vinculada a la crítica social extendida en los diversos segmentos sociales sobre el incumplimiento de la promesa económica de "más empleos y mejores remuneraciones".
 
Esto incluso ha llevado que partidarios del Gobierno eleven sus voces críticas como el ex presidente del Banco Central que en una entrevista dominical señaló que la Reforma Tributaria “se ha desdibujado tanto, que podría no valer la pena”, cuestionó el discurso de Hacienda que lo tributario es clave para el crecimiento señalando “no coincido con eso. Los efectos en crecimiento probablemente están sobredimensionados”; es decir hay una parte de los adherentes de Piñera que no están satisfechos con la conducción económica del Ministro de Hacienda.
 
En ese sentido es resaltante que Hacienda apueste todas sus fichas al proyecto de modernización tributaria que sólo el 2% de la ciudadanía considere urgente y no coloque el mismo interés por destrabar la tramitación del proyecto más demandado por la opinión pública que es el proyecto de reforma al sistema de pensiones que es considerado urgente por el 32% de la ciudadanía.
 
El Gobierno pareciera no darle foco a lo que es urgente para la ciudadanía (pensiones) y da prioridad a un proyecto que el empresariado considera que se ha “desdibujado” (tributario). En el afán de salir de este atolladero de la baja credibilidad hay demasiada improvisación y pasos erráticos que están ahondando la situación de crisis de popularidad de Piñera.
 
Para mejorar el crecimiento potencial de la economía hay que invertir en Innovación, Tecnologías, diversificar la matriz productiva y eso no está ocurriendo el 2019 lo que anticipa que este escenario económico se mantendrá y sería un buen momento para que la oposición mostrara su compromiso por impulsar medidas pro-desarrollo que nos preparen para los desafíos de la nueva economía.