Para salir del atolladero que significan no poder cumplir las promesas de “más empleo y mejores salarios”, el Gobierno optó –mirando las encuestas flash- darle visibilidad a su mal proyecto #AulaSegura y presionar a la oposición como encubridores de delincuentes para legislar.
En la Comisión de Educación del Senado desfilaron expertos de distintas Universidades del país (PUC, Alberto Hurtado, Diego Portales, Educación 2020 etc.), nadie respaldó una iniciativa represora, autoritaria, que no se hacía cargo de la complejidad de la violencia escolar y que carecía de un mínimo proceso para juzgar estas conductas violentas que todas y todos condenan.
El proyecto del gobierno imponía por ley sanciones para conductas extremas que ocurren sólo en siete colegios de la comuna de Santiago y borraba la posibilidad de las comunidades educativas de definir un repertorio mayor de acciones violentas que ocurren cotidianamente en los miles de colegios del país. Sólo le importaba criminalizar a unos pocos jóvenes e incluso alentaron un montaje televisivo vía Teletrece para mostrar a niñas del Liceo 1 como jóvenes violentistas.
Afortunadamente la mayoría democrática de la Comisión de Educación y del Senado optó por no dejarse amedrentar por el populismo punitivo del Gobierno, rechazó el mal proyecto del Ministerio de Educación (Mineduc) e instaló su propio proyecto de ley más educativo, respetuoso de las comunidades escolares, identificando un reportorio mayor de conductas a sancionar pero también llamando la atención que debe invertirse en fortalecer los planes de una mejor convivencia escolar, donde prime el diálogo respetuoso y el aprendizaje de la resolución de los conflictos escolares tanto en las aulas como en el establecimiento escolar.
Una convivencia sana y pacífica debe empezar a construirse desde las aulas y los colegios; por lo cual debe primar una perspectiva democrática y ciudadana en el sistema educativo y no el simplismo populista que trató de instalar Piñera y la ministra Cubillos, que parecía más una ministra de Defensa tratando de disciplinar a jóvenes reclutas que una verdadera ministra de Educación.
Mejorar los aprendizajes, desarrollar una real cultura democrática y formar ciudadanos activos no se logra reprimiendo ni con métodos autoritarios y así lo entendió la mayoría opositora en el Senado.
La Ministra de Educación con su discurso criminalizador obtuvo una contundente derrota política y cultural en el Senado. El simplismo a lo Bolsonaro de la derecha de calificar a todos como delincuentes revela a una derecha conservadora y que apela al miedo como su principal arma política.
La buena noticia es que la mayoría democrática del Senado actúo unida, con un liderazgo potente como Yasna Provoste que privilegió el diálogo con los actores educativos, la construcción de un relato común -desde lo pedagógico- para poder rescatar al colegio como una institución cultural democrática y se pudo decir no a la idea que los colegios son aparatos disciplinadores de jóvenes.
Si queremos ser un país desarrollado e inclusivo debemos tener un sistema educativo formador de jóvenes inquietos, curiosos, creativos, solidarios y respetuosos de la diversidad, tarea aún pendiente.
Eso no se logra con un Presidente de la República que califica al estudiantado de “delincuentes” ni con autoridades que difunden la imagen de una juventud anárquica. Eso es una minoría y la mayoría de la juventud quiere ser tratada en todos los espacios sociales incluidos los colegios con respeto a su autonomía.
Si queremos construir una educación de calidad, tanto a nivel escolar como en la educación superior debemos asumir que la juventud tiene capacidades, valores y un empuje por ser creativos que debe ser estimulada y canalizada.
También el Gobierno debe aprender que en el Senado no puede imponer su voluntad y debe prepararse ahora para un largo debate sobre el Presupuesto fiscal 2019 donde la oposición buscará revertir los inexplicables recortes y rebajas presupuestarias a los centros culturales, en innovación, en ciencias, hacia regiones, en materia medioambiental.
El país debe seguir invirtiendo en esos sectores y la lucha opositora en el Parlamento se orientará a lograr que haya mayor inversión pública en Cultura, Ciencias, Innovación, Regiones, Medio Ambiente, Educación Superior Pública porque recursos hay la provisión de financiamientos comprometidos en el tesoro público crece 56% para 2019 llegando a US$ 2.100 millones.
Piñera debe aprender a dialogar y no a imponer.