Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: Elecciones: la grave dispersión de los votos de la centro izquierda

Con la inscripción de ocho candidaturas presidenciales y una multiplicidad de listas parlamentarias se ha iniciado formalmente la campaña electoral de cara a las elecciones del 19 de noviembre.

Estas elecciones se viven en un complejo escenario social. Por un lado hay una enorme desconfianza y escepticismo sobre la institucionalidad democrática que se manifiesta en un alto abstencionismo, especialmente en los sectores medios y populares.
La elección municipal del 2016 mostró una baja participación cívica de sólo el 35% del padrón electoral, donde en las comunas de altos ingresos como Vitacura, Las Condes, Providencia esta participación supera el 40% del padrón mientras que en las comunas de clase media y populares como Maipú, Pudahuel, Puente Alto la participación electoral no llega al 25%; es decir el abstencionismo es más fuerte en las comunas de ingresos medios y bajos con lo cual han mermado las posibilidades de conducción política de la centro-izquierda.
 
Las proyecciones de participación cívica de las 14,3 millones de chilenos/as habilitados para votar este 19 de noviembre hablan de 45% de participación o sea más de 6,5 millones de electores, lo cual contrasta con la participación ciudadana en recientes elecciones en distintas partes del mundo democrático. Chile tiene un problema de participación cívica que debiera ser enfrentado en esta campaña electoral con nuevos estilos de relacionamiento con la ciudadanía y con mayor despliegue en los territorios de parte de los candidatos presidenciales y parlamentarios.
 
Las campañas electorales desde los diarios y la televisión sin despliegue y presencia en las comunas y los barrios acrecienta este peligroso abstencionismo; en especial este desafío es para los candidatos de la centro-izquierda que debieran marcar terreno motivando a las familias de clase media y popular a participar en las elecciones.
 
Si la centro-izquierda no logra recuperar su conexión territorial y política en esas comunas sus posibilidades de triunfo en la presidencial y la parlamentaria se verán diezmadas. Tiene que desarrollar nuevas modalidades de relación con ese electorado, que se ha individualizado y refugiado en su vida familiar abandonando la vida comunitaria –según reciente estudio de la UDP, sólo un 16% de los chilenos/as reconoce participar en alguna organización social en su barrio-; estamos frente a un nuevo Chile donde la propuesta de una sociedad más solidaria, con más protección social choca con la irrupción de un fuerte individualismo en las clase medias y populares.
 
Además, en parte importante de esas comunas de clase media y popular como Maipú, La Florida, Puente Alto hay alcaldes de derecha que han triunfado en las elecciones municipales producto de la abstención de los grupos medios y que pareciera afectar a los votantes de la centro-izquierda. Esos alcaldes de derecha desarrollan una activa política de asistencialismo en esas comunas que puede generar un desplazamiento de la votación.
 
A este complejo panorama se agrega la dispersión de la oferta política de la centroizquierda en distintas alternativas presidenciales y en varias listas parlamentarias. Hubo voces que sostuvieron que en este nuevo panorama social se requería Unidad, sea en la presidencial como en la elección parlamentaria pero eso no ocurrió y en estos 3 meses asistiremos a un escenario político donde la derecha está unida en torno a un discurso “anti-reformista”, en que repite que “el país está mal o estancado” –aunque las cifras duras desmienten tal afirmación derechista- pero su unidad discursiva generara efectos electorales y al frente en la centro-izquierda tendrá múltiples ofertas presidenciales, parlamentarias y programática; con tal vez compitiendo a codazos entre ellos/as y no enfrentando a su adversario contra reformista.
 
Adicionalmente en el debate público se instalan temas adjetivos y no sustantivos sobre el futuro. Se debate sobre créditos para la campaña electoral, si los candidatos son o no oriundos de la región o sobre cómo se seleccionaron los candidatos por parte de los partidos políticos y por ejemplo, ya nadie debate sobre la propuesta derechista en materia de pensiones donde Piñera propone incrementar el negociado de las AFP’s otorgándole el manejo exclusivo de la mayor cotización previsional.
 
 Un debate sobre el futuro, sobre como reactiva la economía o como disminuir las desigualdades no le conviene a Piñera y a la derecha y hasta el momento está eludiendo esos debates producto de la falta de sofisticación de los conductores políticos de la centro izquierda.