Un país quiere mejorar sus pensiones debe asumir el debate sobre el futuro del sistema: o se sigue con el modelo individualista, donde cada uno se rasca con sus propias uñas -o sea con sus propios ahorros- o empezamos a transitar hacia un sistema mixto en que se reintroduce la solidaridad, el ahorro colectivo y se fortalece el pilar solidario.
Editorial de Cambio21: La ciudadanía decide: continuidad de un sistema de pensiones individualista administrado por las APPs o gira hacia una mayor solidaridad
Los tres proyectos de ley que ha enviado la Presidenta Bachelet sobre su reforma previsional 2.0 abren ese debate sobre el futuro.
La derecha con su candidato Piñera están defendiendo “con dientes y uñas” el modelo de las AFP’s y de las cuentas individuales. Ya hemos vuelto a escuchar de “malos proyectos, pocos serios técnicamente, etc.” en su despliegue mediático -probablemente irá acompañado de encuestas truchas- para señalar las bondades de las AFP’s como administradoras de los fondos previsionales de los chilenos y de la amenaza a la libertad de los trabajadores chilenos se genera un mecanismo de solidaridad intergeneracional e intrageneracional con el 2% de la nueva cotización previsional.
La defensa a ultranza que hace Piñera del modelo de las AFP’s contrasta con los resultados de estos 36 años de AFP’s donde las pensiones no tienen tasa de reemplazo de 70% como lo prometió su fundador José Piñera, ni son “un Mercedes Benz”; al contrario, las pensiones que generan las AFP’s tienen un promedio de $ 197.000 mensuales y representan sólo un 35% de la tasa de reemplazo.
Estas bajas pensiones contrastan con las millonarias utilidades de las AFP’s por administrar los fondos de inversión previsional; o sea es un buen negocio para sus dueños y un mal sistema para los millones de afiliados obligatorios. Es por esa razón que el candidato Piñera propone como solución previsional que se incremente en 4% la cotización previsional y que ella sea administrada 100% por las AFP’s o sea, Piñera propone incrementar el negocio de las AFP’s.
En las próximas semanas escucharemos un desfile de empresarios, economistas piñeristas, gerentes de AFP’s cuestionando el proyecto de reforma previsional 2.0 de Bachelet que tiene las siguientes audacias: genera solidaridad en el sistema previsional ya que se destina del 5% de mayor cotización previsional un 2% para un nuevo Ahorro Colectivo y propone que esta mayor cotización previsional –no sea administrada por las AFP’s- sino por un consejo de ahorro colectivo que debe ser un ente público, autónomo constitucionalmente como el Banco Central, con un gobierno corporativo altamente profesionalizado.
El doble estándar del piñerismo se observa cuando hace meses destacaban la autonomía del Banco Central, que una nueva Constitución debiera mantener ese estatus y ahora que Bachelet propone que sea una instancia pública con el mismo rango constitucional y con un staff altamente profesionalizado -como lo hacen países como Canadá, Noruega- que maneje este 5% de cotización previsional; ahora parece ser una mala idea porque una instancia estatal es “ineficiente, corrupto y discriminador”.
O sea para la derecha nadie debe meterse en el negocio de las AFP’s –aunque sea un ente profesionalizado-, porque ellas “pueden hacerlo mejor”.
Reclaman por la falta de libertades del afiliado para decidir dónde invertir el 5% pero se niegan a debatir la posibilidad de que instalado el consejo de ahorro colectivo como ente público profesionalizado la ciudadanía pueda optar -en el futuro- si el 15% de mayor cotización previsional futura la administran las AFP’s o este ente público.
La derecha y el piñerismo son consistentes. No creen en la solidaridad social, ni menos en construir un sistema mixto de pensiones lo que buscan es consolidar y proyectar el tremendo negocio –que han sido en los últimos 35 años- de las AFP’s y donde no hay foco en los pensiones ni menos en los pensionados.
Pero en democracia -no como ocurrió el año 81’ donde la dictadura impusó el modelo de las AFP’s- es la ciudadanía la que optará si seguimos con las AFP’s y el dominio de las cuentas individuales como propone Piñera o transitamos hacia un nuevo sistema de pensiones con más solidaridad y ahorro colectivo.
En la elección de noviembre la ciudadanía decidirá con su voto que régimen de pensiones quiere.
La derecha con su candidato Piñera están defendiendo “con dientes y uñas” el modelo de las AFP’s y de las cuentas individuales. Ya hemos vuelto a escuchar de “malos proyectos, pocos serios técnicamente, etc.” en su despliegue mediático -probablemente irá acompañado de encuestas truchas- para señalar las bondades de las AFP’s como administradoras de los fondos previsionales de los chilenos y de la amenaza a la libertad de los trabajadores chilenos se genera un mecanismo de solidaridad intergeneracional e intrageneracional con el 2% de la nueva cotización previsional.
La defensa a ultranza que hace Piñera del modelo de las AFP’s contrasta con los resultados de estos 36 años de AFP’s donde las pensiones no tienen tasa de reemplazo de 70% como lo prometió su fundador José Piñera, ni son “un Mercedes Benz”; al contrario, las pensiones que generan las AFP’s tienen un promedio de $ 197.000 mensuales y representan sólo un 35% de la tasa de reemplazo.
Estas bajas pensiones contrastan con las millonarias utilidades de las AFP’s por administrar los fondos de inversión previsional; o sea es un buen negocio para sus dueños y un mal sistema para los millones de afiliados obligatorios. Es por esa razón que el candidato Piñera propone como solución previsional que se incremente en 4% la cotización previsional y que ella sea administrada 100% por las AFP’s o sea, Piñera propone incrementar el negocio de las AFP’s.
En las próximas semanas escucharemos un desfile de empresarios, economistas piñeristas, gerentes de AFP’s cuestionando el proyecto de reforma previsional 2.0 de Bachelet que tiene las siguientes audacias: genera solidaridad en el sistema previsional ya que se destina del 5% de mayor cotización previsional un 2% para un nuevo Ahorro Colectivo y propone que esta mayor cotización previsional –no sea administrada por las AFP’s- sino por un consejo de ahorro colectivo que debe ser un ente público, autónomo constitucionalmente como el Banco Central, con un gobierno corporativo altamente profesionalizado.
El doble estándar del piñerismo se observa cuando hace meses destacaban la autonomía del Banco Central, que una nueva Constitución debiera mantener ese estatus y ahora que Bachelet propone que sea una instancia pública con el mismo rango constitucional y con un staff altamente profesionalizado -como lo hacen países como Canadá, Noruega- que maneje este 5% de cotización previsional; ahora parece ser una mala idea porque una instancia estatal es “ineficiente, corrupto y discriminador”.
O sea para la derecha nadie debe meterse en el negocio de las AFP’s –aunque sea un ente profesionalizado-, porque ellas “pueden hacerlo mejor”.
Reclaman por la falta de libertades del afiliado para decidir dónde invertir el 5% pero se niegan a debatir la posibilidad de que instalado el consejo de ahorro colectivo como ente público profesionalizado la ciudadanía pueda optar -en el futuro- si el 15% de mayor cotización previsional futura la administran las AFP’s o este ente público.
La derecha y el piñerismo son consistentes. No creen en la solidaridad social, ni menos en construir un sistema mixto de pensiones lo que buscan es consolidar y proyectar el tremendo negocio –que han sido en los últimos 35 años- de las AFP’s y donde no hay foco en los pensiones ni menos en los pensionados.
Pero en democracia -no como ocurrió el año 81’ donde la dictadura impusó el modelo de las AFP’s- es la ciudadanía la que optará si seguimos con las AFP’s y el dominio de las cuentas individuales como propone Piñera o transitamos hacia un nuevo sistema de pensiones con más solidaridad y ahorro colectivo.
En la elección de noviembre la ciudadanía decidirá con su voto que régimen de pensiones quiere.