Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: La falta de credibilidad del ministro de Hacienda

Estamos a mitad del año y los agentes económicos junto con la ciudadanía han perdido toda credibilidad en el Ministro de Hacienda Felipe Larraín. Para este año proyectó un crecimiento de 3,8%, señaló que se cumplirían las promesas de “más empleo y mejores remuneraciones” y hoy vemos una economía estancada entre enero-mayo sólo ha crecido 1,8% -ratificando que “los Tiempos Mejores” no llegaron-; pero lo lamentable es que insiste en vender “humo y espejismo” señalando que la economía este 2019 podría crecer 3,2% cuestión que nadie serio -ni los fanáticos piñeristas- lo respaldan.

La semana pasada en la Comisión Mixta de Presupuesto ajustó a la baja su proyección de crecimiento 2019 a 3,2%, lo mismo hizo con el precio del cobre que lo bajó de US$ 3,0 a US$ 2,85 y anunció un mayor déficit fiscal efectivo subiendo de -1,8% a -2,1% del PIB.

Sin embargo, esas proyecciones de crecimiento no fueron creíbles para el mercado, consultoras internacionales -como S&P- y departamentos de estudios de Bancos de la plaza 24 horas después señalaron que la economía para el 2019 crecería 2,6% o 2,7% (aunque Larraín Vial y Rodrigo Vergara estimaron un crecimiento de 2,5%).
Además, S&P anticipó que la economía para el 2020 crecería 2,9% lo cual revela que la denuncia opositora de una economía estancada, sin plan b) para enfrentar esta lentitud es una crítica transversal en la sociedad chilena. Incluso ante el cuestionamiento opositor en la Comisión sobre sus proyecciones y su exceso de optimismo señaló que 2º semestre 2019 la economía “andaría en torno a 4%”.

Un Ministro de Hacienda sin credibilidad en los agentes políticos y económicos y haciendo anuncios que no se cumplirán (“crecer en torno a 4%”) es una muestra más de la improvisación y el mal manejo del gobierno en los temas económicos.
 
Probablemente estas proyecciones las deberá ajustar a la baja por tercera vez en el año cuando presente el presupuesto fiscal 2020 a inicios del mes de octubre. La apuesta en el mercado es que ahí deberá ajustar la meta de crecimiento del 3,2% a una cifra inferior a 3%, el precio de cobre estará en US$ 2,75 como promedio el 2019 y el déficit efectivo terminará siendo mayor (alrededor de -2,3% del PIB) lo que anticipa un presupuesto fiscal muy estrecho para el 2020, año en que el gobierno deberá enfrentar las elecciones municipales y regionales en un marco de estrechez fiscal.
 
No parece bueno para el país que se tenga un Ministro de Hacienda con tan baja credibilidad y sin capacidad de generar confianza en los agentes económicos.

Otra muestra de la falta de credibilidad del Ministro de Hacienda es el análisis del proyecto tributario del Gobierno, donde anunció incrementos de recaudaciones fiscales en el informe financiero que son dudosos, desproporcionados y sin respaldo; como por ejemplo con el impuesto/multa a los retiros desmesurados; Hacienda estima su efecto recaudatorio en US$ 135,0 millones en régimen lo que parece desproporcionado –para los tributaristas-, ya que si la norma antielusión tiene efecto disuasivo esta recaudación debiera ser sustantivamente menor a lo estimado en el informe financiero. Otro ejemplo es sobre la limitación al uso del “market maker” que recaudaría US$ 45 millones, lo que parece dudoso ya que esta práctica se ha limitado por la aplicación de la norma anti elusión, tal como se vio en el caso de la operación de SQM con Tianqui del año pasado.
 
Hacienda propone un impuesto regional (1% a la inversión superior a US$ 10 millones) pero que se pagará en cinco cuotas anuales y sucesivas; cuya recaudación estimada para 2021 sería de sólo US$ 35,5 millones y en régimen se llegaría al año 2024 con US$ 107 millones, de esos recursos 1/3 irán a las regiones con inversiones directas –que son 5 regiones con inversiones mineras-, otro 1/3 al Fondo de Compensación regional integrado por aquellas regiones que no tienen proyectos de inversión directos y otro 1/3 a los municipios de las regiones con inversión directa. Esta modalidad es insuficiente para los requerimientos de la Regionalización –que parte el 2020-, lo que significa que las regiones tendrán un aporte menor de recursos para iniciar el proceso descentralizador.

Hacienda debiera dejar de “vender humo”.