La administración Piñera marcada por su lógica de buscar réditos en las encuestas semanales está elaborando malas políticas públicas.
Lamentablemente estamos en una fase de pobre deliberación pública, debates en que los funcionarios gubernamentales repiten slogans -ordenar la casa, la reforma tributaria engorrosa o los males los provocan los migrantes- donde parece que al gobierno sólo importa sacar la ventaja semanal y la calidad de las políticas públicas es una cuestión secundaria.
No avanzaremos como país si una autoridad gubernamental desestima los datos sobre un proceso regulado por ley como es la admisión escolar y lanza una campaña comunicacional mentirosa dedicada a demoler una política pública fundada sobre casos exitosos en Estados Unidos y en otros países OCDE.
Menos avanzaremos si tenemos una vocera de Gobierno que desestima los estudios de expertos en materias sensibles como el control preventivo de identidad para menores de 14 años señalando que “muchas veces los argumentos académicos no logran ver la realidad, no logran saber lo que siente un vecino y no sintonizan con lo que sufren las familias chilenas”. O sea, desde el más alto nivel del Estado se desdeña de los datos y estudios y sólo importa la encuesta semanal de dudosa rigurosidad técnica, pero que instala como “la verdad” en los medios de comunicación masivos.
Otro ejemplo de esas malas políticas públicas es el Ministro de Hacienda quién le propone a la oposición fórmulas recaudatorias poco estudiadas como el impuesto a la inversión en regiones que se concentra el -70% de la inversión- en cuatro regiones y no propone fórmulas compensatorias para las doce regiones restantes o califica como “progresiva tributariamente” el colocar IVA a las plataformas digitales donde un porcentaje importante es usado por la clase media y que es denunciado por una oposición que demanda mayor recaudación proveniente de las rentas empresariales y no de la clase media.
El control hegemónico de los medios masivos le permite instalar slogans como que hay “un boom de inversión” pero revisado la inversión autorizada en el servicio de evaluación ambiental nos encontramos que el 2018 es levemente superior a los años precedentes, se insiste que la reforma tributaria fue “engorrosa” pero no hay métrica al respecto, se dice que migrantes aumentan delincuencia, pero sólo 5% de detenciones el 2018 son de población migrante ligados a comercio ambulante informal.
Teníamos una tradición de diseñar buenas políticas públicas donde dialogaban técnicos con expertos gubernamentales y que después debatía políticamente el Congreso y eso se ha ido perdiendo en estos meses. La comisión Engel para temas de probidad y transparencia, la comisión Marcel para la primera reforma previsional que creo el pilar solidario básico, la comisión Peña para la educación superior son ejemplos de que se podían hacer buenas políticas públicas en el pasado.
Hoy las comisiones son fórmulas para dividir a la oposición, los llamados al diálogo son recursos vacíos que culminan con “portazos” a las peticiones que hacen los presidentes de los partidos opositores, donde la búsqueda ansiosa de popularidad domina y se proponen fórmulas populistas que afectará la gobernanza y la calidad de las políticas públicas.
Llamar al diálogo como simple maniobra del marketing político sólo ahondará la crispación política. El diálogo republicano no puede manosearse para terminar enviando el mismo mal proyecto de control preventivo a los menores de 14 años, ni considerar nada de lo planteado por la oposición en materia tributaria y previsional.
La clase media se empobrece y recibe bajas pensiones de las AFP’s, en especial las mujeres, por tanto, resulta clave que el Gobierno de Piñera cambie su prioridad de hacer un proyecto pro AFP’s y por la vía de instalar la solidaridad en el sistema previsional tengamos un nuevo proyecto de ley que efectivamente apunte a mejorar las pensiones miserables.
Eso fue solicitado transversalmente por los presidentes de partidos en la Moneda y no hay respuestas del Ejecutivo, sólo se ve a un Ministro del Trabajo defendiendo un proyecto de ley que consolida el modelo de las AFP’s y que resulta inconveniente que la oposición de su anuencia para legislar.
Independiente de los resultados de las encuestas semanales es vital que la oposición defienda políticas públicas que apunten a mayor inclusión social y menos desigualdad.