Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: La peor semana del Gobierno

Para un gobernante adicto a las encuestas que las usa para tomar sus definiciones políticas –y que según la rumorología haría una encuesta diaria sobre su gobierno- debe ser preocupante que durante semanas la aguja de la aprobación presidencial marque un fuerte descenso  que llega a su nivel más bajo del 34%, en un momento que inexplicablemente sus Ministros –especialmente Trabajo, SEGPRES y Hacienda- celebraban la aprobación de la idea de legislar de un proyecto de pensiones que es claramente proAFP’s y que tiene una alta desaprobación ciudadana.
 
Ese proyecto de ley es rechazado por 53% de la ciudadanía que pareciera saber que no cambia el estado actual de las miserables pensiones de las AFP’s y que este proyecto no mejora en 40% las pensiones como afirmó el Presidente de la República ya que esa posibilidad ocurriría en 40 años más para un hombre que cotice previsionalmente a lo menos 360 meses. La ciudadanía no cree en los slogans  de las autoridades porque vive o tiene un familiar que recibe las miserables pensiones de las AFP’s.
 
Ante una clase media vulnerable que tiene miedo a pensionarse, a enfermarse y -ahora- a perder el empleo ante el avance de la robótica; la política pública debe dar certezas sobre los beneficios que otorga y en el debate público ha quedado meridianamente claro que con proyecto Piñera sobre pensiones sólo mejoran ahora los 600 mil pensionados de la Pensión Básica Solidaria en 10% el monto de la PBS pero que hay 1.430.000 pensionados de AFP’s que deberán esperar hasta el año 2027 que hayan incrementos marginales de otros instrumentos del Pilar Solidario que beneficirian a los pensionados de clase media.
 
Esta carencia de beneficios a corto plazo producto de que su foco está los parámetros del sistema de ahorro individual –aumentar cotización previsional del 10% al 14,2%- y no transitar hacia una mayor solidaridad intergeneracional puede estar explicando este bajo apoyo (35%) que el proyecto de ley de pensiones tiene en la ciudadanía.
 
Parece que Gabinete está viviendo una realidad paralela o se está conformando con resultados exiguos ya que celebra la aprobación de un proyecto de ley que tiene bajo apoyo ciudadano, que no pondera el rechazo en la Comisión de Educación de la iniciativa que busca reponer la segregación / selección escolar disfrazada de mérito escolar, en una sociedad que sabe que los resultados en los colegios están linkeados a los ingresos, nivel educacional de padres y acceso a recursos académicos y que eso no es mérito escolar. O en el caso del Ministro de Hacienda que cae su aprobación de 54% a 45% producto de la desaceleración de la economía que marcó un Imacec trimestral de sólo 1,8%.
 
Son Ministros que están mostrando incapacidad para resolver problemas cotidianos de las familias de clase media como la 11ª alza consecutiva de la bencina, el aumento de 20% de las tarifas de electricidad, los problemas de inseguridad que tan gráficamente develan los Narcos funerales que se viven en diversas comunas de la región Metropolitana y otros que agudizan crisis como ocurrió con la medición del IPC que nuevamente erosiona la credibilidad del INE.
 
Estamos frente a un Gobierno que no ha revertido la vulnerabilidad de las clases medias como lo prometieron con los Tiempos Mejores y eso se refleja en la pobrísima aprobación presidencial de apenas 34% y de un mal gabinete que sólo es aprobado por 29% de la ciudadanía.
 
Esta baja aprobación ciudadana a un mal gabinete que a 14 meses de iniciado su gestión no ve avances en la economía, ni en seguridad, ni en empleo, ni en pensiones, ni en la situación de los pueblos originarios ni en otras áreas de la marcha del país debieran hacer considerar al presidente Piñera la urgencia de hacer un cambio de gabinete que le permita revertir su baja aprobación en las encuestas.
 
Encuestas que además son realizadas por una empresa de confianza de La Moneda a la cual han contratado diversas reparticiones gubernamentales en estos 14 meses que han significado un pago de $736 millones en este período.

Hay que escuchar de verdad a las familias de clase media.