El gobierno ha anunciado su reforma previsional: en breve se propone aumentar la cotización de 10% actual a 14,2% lo que financiaría mejores pensiones en 40 años más y se propone un incremento del 40% del gasto en el Pilar Solidario –en 8 o 9 años- que mejora la pensión básica solidaria de las 586.000 personas que hoy reciben como PBS $107.700 mensuales.
Esta propuesta apunta a consolidar y blindar un sistema de pensiones de pura capitalización individual administrado por AFP’s y otros entes privados que después de 37 años genera bajísimas pensiones para las otras 650.000 personas que hoy reciben pensiones de las AFP’s.
Veamos los datos de la realidad: el promedio de las pensiones AFP’s es $203.000 mensuales; en el caso de las mujeres –equivalente a 374.000 pensionadas, 57% del total- la pensión promedio es $182.000 y en las mujeres la mediana es $136.000 o sea 50% de las mujeres pensionadas AFP’s reciben pensiones menores a $136.000.
Estas pensiones de las AFP’s –para quienes son parte del 60% más vulnerable- se incrementan en un 11% en promedio como producto del Aporte Previsional Solidario que se creó en el 2008; estas cifras revelan que el modelo de capitalización individual genera pensiones bajísimas.
La capitalización individual –donde cada persona debe rascarse con sus propias uñas-, la pensión está en directa relación con lo que logra ahorrar individualmente y si queremos subir monto de esas pensiones debemos transitar hacia un esquema más solidario.
Este modelo tiene la situación abusiva que genera bajas pensiones, pero el administrador del ahorro previsional –AFP’s u Compañías de Seguro como propone el gobierno- obtiene extraordinarias utilidades lo cual es altamente injusto.
El desafío político-cultural es generar y consolidar una mayoría social y política que respalde avanzar hacia un modelo mixto de pensiones –como ocurre en los países OCDEs- donde haya solidaridad intra e intergeneracional o sea donde las nuevas generaciones ayuden a financiar las pensiones de actuales jubilados y las personas que tienen más ingresos ayuden a financiar mejores pensiones para las personas más vulnerables; pero esa posibilidad es clausurada por este gobierno de derecha que mediante este proyecto de ley busca consolidar el ahorro individual, maximizar ganancias de “administradores” y posterga para 40 años la posibilidad de tener mejores pensiones.
Ojalá el país entendiera que la capitalización individual sólo genera bajas pensiones para la mayoría, es impostergable transitar hacia esa esa solidaridad intra e intergeneracional y que es la vía para mejorar las pensiones ahora, para esos 649.000 personas que reciben pensiones de AFP’s mediante la creación de un Fondo Solidario que administre parte importante de la mayor cotización previsional del 4,2%, que sea administrado con profesionalismo y por un ente público como el Banco Central.
En este debate el país y sus parlamentarios deben optar si consolidan el modelo de las AFP’s apoyando la fórmula Piñera o son capaces de construir una mayoría sólida en torno a la idea de transitar hacia mecanismos solidarios donde se “solidarice” parte de la cotización previsional creando un Fondo Solidario que desde ya financie mejores pensiones para ese segmento de actuales y futuros pensionados de AFP’s.
La Pensión básica solidaria es una herramienta para quienes no pudieron cotizar en su vida laboral, es un apoyo aún insuficiente; pero esta reforma debe tener su foco en los actuales 650.000 pensionados de AFP’s y en los que vienen que ven con decepción que la promesa de las AFP’s de tener pensiones con tasas de reemplazo del 70% no se está cumpliendo ni se cumplirá.
Por eso es urgente reinstalar que Chile necesita tener un sistema de pensiones con más solidaridad que efectivamente permitirá mejorar las pensiones ahora y en el futuro que capture la adhesión mayoritaria del país y así dejar en minoría a quienes quieren seguir con la lógica individualista de las AFP’s.