Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: Las malas noticias de la CEP y el ajuste de gabinete

La semana pasada se conoció la encuesta más creíble en la élite, es la CEP y ratificó la pérdida de credibilidad ciudadana del presidente Piñera que ya habían mostrado Criteria y CERC/Mori. La encuesta CEP mostró una caída de la aprobación ciudadana desde 39% en noviembre 2018 al magro 25% de este mes o sea cayó en 12% su aprobación y el rechazo aumento de 39% a 50% en estos 6 meses.

La ciudadanía, mayoritariamente siente que el país está estancado (61%) y sólo 23% ve un país progresando y la gestión de gobierno recibe bajas notas como 2,8 en pensiones, 3,0 en Salud, 3,1 en delincuencia y 3,4 en empleo, materias en que la administración Piñera claramente se está sacando nota deficiente.

La peor nota está en pensiones lo que revela que la ciudadanía quiere mejores pensiones ahora y no en 40 años como propone el proyecto de Piñera; no quiere continuidad del modelo de las AFP’s, quiere solidaridad intra e intergeneracional lo que es rechazado por los diputados UDI y RN a través de los medios escritos que titularon “Chile Vamos no apoyará ningún componente de solidaridad en la reforma previsional”.

Pero el movimiento ministerial de Piñera no se hace cargo de esta realidad de baja aprobación ciudadana e insiste con mantener su círculo de confianza que es el Comité Político lo que termina siendo cuestionado hasta por la UDI que se siente “castigada” por el cambio de gabinete.

Pareciera hacer oídos sordos a la mala gestión política, a la baja credibilidad en las vocerías del gobierno, al sentimiento masivo de estancamiento económico y la respuesta presidencial es continuar con su equipo de los últimos años. Esto permite anticipar que seguirá el fuego amigo al Gobierno y que se abrió la lucha por las subsecretarías.

Al escuchar el discurso de Piñera en LLa Moneda post ajuste ministerial se percibe que la tozudez viene de él mismo, ya que insiste en los mismos ejes discursivos de la campaña del 2017 (empleo, remuneraciones), que ya han mostrado que la gente se decepcionó por su incumplimiento y este 61% de estancamiento pareciera no impactar en La Moneda.

Insiste en colocar como meta de crecimiento 2019 un 3,5% que nadie cree, ni los organismos mundiales como OCDE, FMI ni tampoco los analistas de mercado de Sanhattan como Larraín Vial que apuesta a un magro 2,5% para este año.

Insiste con un Comité Político que seguirá acusando a la oposición de “obstruccionismo”, que es incapaz de articular acuerdos y que sólo apuesta a dividir a la oposición -lo que será más difícil en la medida que se acercan las elecciones municipales y regionales del 2020- y con una vocería que sólo reitera  la idea de echarle “ la culpa al gobierno anterior”, mensajes que no revierten la crisis de credibilidad provocada por su discurso exitista que impulsa “sobre expectativas” que no han logrado cumplir en estos 15 meses.
 
Pero su apuesta central es que la dupla Fontaine/Moreno recupere la caída de la inversión y eso le permita cumplir con sus metas económicas para los años 2020/2021 donde vendrán las elecciones y el electorado deberá decidir si hay continuidad de la derecha o no. En esa jugada nos notifica que se olvidó de la Araucanía, de su plan de desarrollo, del plan de clase media protegida y juega sus fichas a recuperar la inversión.
 
En este escenario la oposición debe apresurar sus procesos de unidad y coordinación y enfocarse en construir propuestas comunes y creíbles para sacar a Chile del estancamiento actual. La oposición debe instalar liderazgos creíbles y un nuevo relato político-económico apostando por la Innovación, al mejoramiento de la productividad y la diversificación productiva exportadora, mejorar las pensiones ahora, a recuperar la calidad de la educación, en especial la educación pública e implementar una activa lucha contra la drogadicción en las comunas populares.
 
No la tiene fácil. Sus liderazgos no crecen, especialmente en ese 64% que no se identifica con los partidos ni es politizado.