Diez días después de su primer cambio de gabinete- el Presidente Piñera ha debido desplegarse en dos canales de televisión y en un medio escrito con largas entrevistas tratando de instalar “su nueva agenda económica” que no pudo instalar producto del rápido cambio del ex Ministro de Culturas y del cuestionamiento opositor al nombramiento de Luis Castillo en la Subsecretaría del Ministerio de Salud.
Claramente fracasó Piñera en su cambio de gabinete ya que la opinión pública sigue debatiendo sobre el Museo de la Memoria, las violaciones de los Derechos Humanos ocurridos durante el período pinochetista, el horroroso magnicidio del ex Presidente Frei Montalva, de si un Subsecretario actualmente que ocultó autopsias de una investigación judicial en el año 2002 y por tanto, obstruyó la investigación judicial puede ser autoridad del Estado.
Desde la oposición, de manera unitaria y transversal, han cuestionado la actitud del Gobierno de Piñera de nombrar a una persona que obstruyó la acción judicial en el magnicidio de Frei y los senadores de oposición han anunciado que “no es interlocutor válido y que no será recibido en las comisiones técnicas ni en la Sala del Senado” lo que genera un nuevo impasse para el Gobierno.
Además, la derecha ha cuestionado el rol del Museo de la Memoria, reclama la inexistencia del contexto –incluso Piñera en su peregrinar dominical anunció ahora un Museo de la Democracia- pero razón tiene Carlos Peña en su leída columna dominical al señalar que este debate público ha permitido nuevamente demostrar que la derecha sólo busca huir de su culpa y que tuvo “un silencio vergonzoso y cómodo” durante el período dictatorial.
Otro reputado piñerista señaló que este cambio de gabinete puso al gobierno “al borde del precipicio” y cuestionó al equipo político que lo acompaña que no le haya advertido de la mala decisión de nombrar a Rojas en Cultura -“un mínimo sondeo entre gente informada habría ahorrado el traspié”-.
¿Logrará revertir este mal momento el Gobierno?
Piñera cree que sí y ha puesto todo su capital político en este despliegue comunicacional tratando de mostrar su hoja de ruta económica para cumplir sus promesas de más empleo y mejores remuneraciones –que aún están lejos de llegar a la vida cotidiana de la clase media-. Incluso revelando que ya no confía en sus Ministros económicos los cuales durante toda la semana trataron de instalar esa agenda económica con anuncios como incremento del salario mínimo para marzo del 2019, un nuevo plan de empleos de calidad, la creación de una nueva oficina de productividad y emprendimiento en Economía (OPEN la llaman),insistiendo en lo de la sala cuna universal y la ya reiterada modernización tributaria que incluye una rebaja de los impuestos a 1.000 grandes empresas de un 9% por la vía de la reintegración tributaria.
Este reiterado show de anuncios del gobierno, no logra modificar la agenda pública ni bajar la presión opositora para que gobierno se desista del nombramiento del Subsecretario acusado de ocultar la autopsia en el caso Frei Montalva.
El oficialismo apuesta que Piñera si logrará instalar esta hoja de ruta económica; sin embargo, omite el dato de que la población percibe que la guerra arancelaria de Trump empieza a afectar el precio del cobre. Nuestro cobre ha sufrido una fuerte caída desde los US$ 3,25 a comienzos del año o de los US$ 3,12 que fijo como precio promedio del 2018 el ministro Larraín a inicios del mes de julio en la Comisión Mixta a los US$ 2,65 de este miércoles 15 de agosto.
Las remuneraciones en doce meses sólo han crecido 0,1% y ya analistas –y también mundo empresarial- creen que el Banco Central ajustará a la baja la proyección de crecimiento para 2019: -3,25% y no el optimista 3,8% que sigue sosteniendo la dupla Piñera-Larraín.
Piñera cree que sus ministros no comunican bien los anuncios económicos –por eso se despliega él en la televisión-; pero la ciudadanía, en especial la clase media tiene ya poca credibilidad en un Gobierno que en estos cinco meses ha sido “mucho ruido y pocas nueces” porque ni hay boom de empleos ni tampoco hay incrementos reales sustantivos en los salarios como se prometió en la campaña del 2017.