Desde hace semanas el Gobierno comete sucesivos errores políticos y de gestión producto de que prefiere el cortoplacismo de las encuestas y no hacer buenas políticas públicas.
No es ninguna novedad el mal manejo de esta semana, veamos: acosado por las bajas expectativas de crecimiento económico de la mayoría de los analistas decide ajustar a la baja su proyección de crecimiento para 2019 a 3,5%; sin embargo, su Ministro de Hacienda no logra explicar por qué una economía que creció al 5,2% en primer semestre 2018 se desacelera al nivel de caer a un crecimiento del 2% para este primer trimestre 2019 y sigue insistiendo que “la bala de plata” es aprobar el proyecto tributario –que solo baja los impuestos a las grandes empresas y a los súper ricos mediante la reintegración tributaria- y no existe un programa que mejore la productividad y agregue valor a lo que producimos y exportamos.
La economía anda lenta, igual pasa con la creación de empleos y el nivel remuneraciones, pero el gobierno insiste en operaciones comunicacionales tratando de instalar exitismos y resultados que sólo ven en la Moneda.
Por ejemplo, el Ministro del Trabajo continúa desacreditando las estadísticas del INE y asegura que según los datos administrativos del Seguro de Cesantía –que muestran una parcialidad del mercado del trabajo- hay una enorme creación de empleos (100.000 nuevos empleos el último año según Mintrab) que naturalmente en la realidad cotidiana la clase media no ve ni accede y que sigue viviendo con el temor de perder su actual empleo.
La mayoría de los chilenos/as no ven más empleos ni más inversión como insiste el Gobierno y los expertos siguen viendo una economía que mantiene su PIB tendencial en 3%.
Hay dramas como las miserables pensiones que no tienen arreglos ni al corto ni al mediano plazo con proyecto de ley pro AFP’s de Piñera. Incluso hoy se devela otra mentira de esa propaganda gubernamental que señala que la Pensión Básica Solidaria crecerá “hasta 50%”; hoy al analizar en detalle la propuesta se sabe que ese “50% de incremento de la PBS” llegará sólo para los mayores de 85 años, que son apenas un 10% de los 600.000 perceptores actuales de la PBS; o sea con proyecto de Piñera las pensiones continuarán deteriorándose para las próximas generaciones.
En materia de Derechos Humanos hemos tenido un enorme retroceso con el reclamo de Chile y sus socios de Prosur sobre la Corte Interamericana de derechos Humanos que debilita la protección de los DDHH; pero pareciera que al Presidente Piñera sólo le importara la globalización en materia económica y de comercio internacional –ya que va a China, hace caso omiso a la violación de derechos existente en ese país, dedicándose sólo al tema de los negocios con China incluso llevando a sus hijos, en un acto nepotista que degrada la cultura republicana-. Incluso la presencia de sus dos hijos en una reunión oficial con empresas chinas de alta tecnología es claramente un acto nepotista reprobable revelador de una búsqueda de ganancias familiares y no el rol de un Presidente que debe trabajar para la República.
Ese doble estándar gubernamental no es compartido por la mayoría de los chilenos/as y fue claramente repudiado por la élite intelectual del país.
Incluso la política exterior impulsada por la Cancillería queda en desmedro ya que el discurso contra la dictadura venezolana queda poco creíble y fuertemente debilitado –incluido el fallido viaje a Cúcuta- después del comentario de Piñera de que cada país tiene el sistema político que decide.
Se habla de preocupación por las Pymes en proyecto tributario pero el gobierno -una semana después- presenta indicación en proyecto de fármacos dos que beneficia al Retail supermercadista y desfavorece a las farmacias Pymes e independientes; además, promueve en otro proyecto de ley “las compras centralizadas” en materia de compras públicas lo que debilita a las Pymes regionales que no podrán ser proveedores ante las grandes empresas; o sea se promete algo pero se hace todo lo contrario; y al final siempre es la misma constante se gobierna y beneficia a las grandes empresas y súper ricos y el resto –la inmensa clase media- sigue endeudándose y viviendo al 3 y al 4.