Se cumplió el primer año del gobierno derechista y claramente su balance es negativo ya que no se cumplieron sus promesas de la campaña presidencial ni tampoco las expectativas que tuvo la ciudadanía de su gobierno.
Se prometió “más empleo y mejores remuneraciones” lo que no ha ocurrido en este primer año. La economía anda lenta, se desaceleró desde 2º semestre 2018 y hoy el crecimiento bordea el 2,6% muy lejos del 4,6% del primer trimestre 2018; el desempleo subió 0,3% con respecto al año pasado, los salarios sólo han crecido 1,2% real y los volúmenes de exportaciones han decrecido estos dos primeros meses. Este estancamiento salarial ha frenado al consumo -que decayó -0,2% el año pasado- y en materia de inversión no se ve aún materialización de tantos anuncios empresariales al respecto.
Pero hay un dato claro, que la mayoría ciudadana lo vive cotidianamente: no llegaron los tiempos mejores y ante una economía que anda lenta el Gobierno no tiene plan b), solo apuesta a fórmulas neoliberales como es rebajar impuestos. No conocemos de programas para dar más valor agregado a las exportaciones, ni menos iniciativas que mejoren la productividad o diversifiquen nuestra matriz productiva ni menos hay interés en fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico.
Seguiremos dependiendo de la economía china y del precio del cobre revelando que el Ministro Larraín carece de una estrategia para enfrentar la actual coyuntura de una clara desaceleración de la economía.
Otra promesa incumplida es proteger más a los ciudadanos y combatir la delincuencia y la drogadicción. Hoy la mayoritaria clase media se siente desprotegida -el 67% de la población según la propia encuesta gubernamental CADEM- desaprueba la gestión del Ministerio del Interior en este ámbito y adicionalmente la corrupción en Carabineros tiene paralizada a esa institución en la lucha contra la delincuencia lo cual acrecienta la situación de indefensión que se vive en las comunas de clase media y populares.
En Educación tenemos a un Mineduc que abandonó la tarea de generar más calidad educativa, en especial en la nueva educación pública y sólo se ha dedicado a descalificar el sistema de admisión escolar buscando reinstalar la selección escolar de los colegios. Hay problemas de convivencia en las comunidades escolares como el bullyng escolar, las drogas y nada hace el Ministerio de educación reduciendo los problemas de convivencia y violencia escolar a lo que ocurría en siete colegios del centro de Santiago.
En Salud Pública se prometió contener el sobre gasto en salud expresado en déficits hospitalarios y este creció en 27% -llegando a US$ 1.200 millones el año 2018- , los abusos de las Isapres no se resuelven, ni tampoco el Minsal ha culminado la tramitación del proyecto fármacos dos que permitiría bajar los precios de los medicamentos, ni tampoco se aborda un mayor financiamiento de la Salud pública vía Fonasa con lo cual continúa la mala atención al 80% de los chilenos/as que se atienden en la salud pública.
La política internacional y el fracaso del viaje a Cúcuta revela que ella se ha reducido en los últimos meses a “la agenda venezolana” deteriorándose el clima interno que la política internacional era un consenso de Estado que permitió triunfar en la Corte Internacional de Justicia ante el requerimiento boliviano. Un país con una economía abierta debe jugarse más ante las amenazas proteccionistas de Trump y así evitar o morigerar el impacto negativo en nuestras exportaciones. Pero eso requiere una Cancillería más profesionalizada y no la ideologización actual del Canciller Ampuero.
Otro fracaso fue el ninguneo que hizo la semana pasada el Gobierno al movimiento pro derechos de la mujer y la igualdad de género que este 8M hizo una masiva demostración de fuerza ciudadana llamando al que no puede seguir dilatándose los cambios culturales y legales que permiten avanzar hacia un Chile sin violencia contra las mujeres, donde haya respeto a su protagonismo en el mundo laboral y educacional, donde avancemos en disminuir las injustas brechas salariales.
Tampoco se avanzó en mejorar las pensiones de las mujeres que son 60% de los pensionados de AFP’s y reciben mensualmente una pensión miserable de $175.000. Piñera sólo apunta a consolidar el modelo AFP’s.
Claramente no llegaron los Tiempos Mejores aunque la propaganda gubernamental diga lo contrario.