Se cumplieron los primeros cien días de gobierno y reflotaron las críticas a “la sequía legislativa” del Gobierno; en especial, porque las salas del Senado y de la Cámara de Diputados no tienen proyectos de ley que analizar y se ha dedicado a revisar mociones parlamentarias que tienen escaso impacto en mejorar la calidad de vida de las personas.
En el ámbito económico, un medio especializado titulaba que sólo tres proyectos de ley ha ingresado este Gobierno; uno de ellos como es la modificación a la ley de Pesca carece de respaldo de los actores sociales del sector (pesca artesanal y pesca industrial) y expertos reclaman transversalmente no haber sido consultados ni considerados en la generación de esta iniciativa legal; o sea estamos ante un proyecto de ley que no resuelve los problemas de ese sector económico sino todo lo contrario.
La otra iniciativa legal presentada es la creación del Consejo Fiscal Asesor lo que es fuertemente cuestionada por diversos economistas de la plaza que cuestionan la escasa autonomía que tiene este Consejo Fiscal respecto del Gobierno de turno, no se genera una instancia que sea “contrapeso” al Ministerio de Hacienda en la discusión sobre la política fiscal, ni se define una adecuada relación con las comisiones técnicas del Congreso, ni se dan recursos para tener un buen soporte profesional al Consejo Fiscal o sea es un proyecto de ley débil técnicamente que deberá ser mejorado sustantivamente en el Parlamento.
Adicionalmente, Hacienda informa sobre su declaración de intenciones de instalar impuestos a las plataformas tecnológicas como Uber, Spotify, Netflix, Airbnd entre otras, pero su anuncio no tiene diseño técnico (no queda claro si vía IVA o impuesto especial), ni tampoco se informa sobre recaudación fiscal estimada (se habla de “varios cientos de millones de dólares”) lo que revela la poca seriedad y rigor técnico con que se está llevando el plan de modernización tributaria; donde además, gremios empresariales insisten en rebajar impuestos a las grandes empresas ya sea rebajando tasa corporativa o reintegrando sistema tributario modalidades “ayudarían al crecimiento”, en un momento en que todos los analistas coinciden que la economía del 2018 crecería al 4% y que para sostener ese crecimiento se requieren medidas pro-productividad, diversificación de la matriz y mejorar capital humano las que aún no se conocen ni pareciera estar en la agenda del gobierno revelando su falta de visión de mediano plazo para enfrentar “los cuellos de botella” para nuestro desarrollo como país.
Esta falta de rigor político-técnico del Ministerio de Hacienda -ya instalado en los analistas de la plaza- también se dio con los recortes al gasto social del decreto 651 que sumaban US$ 1.100 millones que fue observado por la Contraloría General de la República y que obligó a retirarlo de su tramitación para hacerse cargo de las observaciones.
A estos problemas legislativos y de rigor técnico deben unirse los problemas y reclamos de Renovación Nacional por su baja representación en el Gobierno central y en los niveles regionales que gatilló la denuncia del senador Chahuan. Estamos frente a los típicos reclamos de un partido y su militancia que les gustaría tener más militantes como Seremis, Directores Regionales de servicio, Embajadores y Asesores -que revelan la persistencia de la cultura que el aparato estatal es “el botín” para instalar a sus militantes- y que Piñera no les está dando ese reconocimiento y al contrario reclaman desconsideración y falta de sintonía política de parte del Gobierno.
Esta pelea por el cuoteo político se instaló en la derecha e incluso continúa con la riña pública entre la Ministra de las Culturas y Renovación Nacional donde la ministra Pérez afirma en un influyente diario dominical que “no se dejará intimidar por un senador que quiere poner a su gente en su ministerio”.
O sea a los cien días, el gobierno de Piñera tiene problemas legislativos, un clima político enrarecido al interior de su coalición e incapacidad técnica para gobernar mientras los actores de oposición buscan coordinarse para asumir su tarea de proponer alternativas a lo que parece ser un gobierno lleno de dificultades que busca ocultar con un fuerte despliegue comunicacional en los medios tradicionales y redes sociales.