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El “caso Lavín” pone la guinda en la torta: La UDI y el ocaso de coroneles y sargentos

No ha pasado un año desde que los “coroneles” Jovino Novoa, Pablo Longueira, Juan Antonio Coloma y Andrés Chadwick y algún sargento de menor graduación pero de buen manejo mediático -Joaquín Lavín-, orquestaron el triunfo de Jacqueline Rysselberghe y la pusieron a la cabeza de la UDI.

Por Mario López M.

Todo presagiaba que los viejos tercios retomarían el control del partido derechista de calle Suecia. Pero el futuro dispuso otra cosa.

Los coroneles se jugaron a concho para que el novato diputado Jaime Bellolio no tuviera oportunidad de tomar el mando, representaba, dentro del conservadurismo extremo, la caída de la “generación de los coroneles” que habían llevado a la UDI a transformarse, gracias al sistema binominal, en el partido con más parlamentarios de los últimos años.

Silentes y verticales, como es el estilo militar que impusieron a esa colectividad de derecha nacida al amparo de la dictadura, movieron las piezas para que la senadora más dura del sector se “empoderara”, sin poder. Los coroneles, como siempre, se repartieron los “cuarteles” en el partido y el país.

Los coroneles se niegan a morir

Chadwick partiría en “comisión de servicios” a controlar para el partido la candidatura de Sebastián Piñera, su primo. Mal que mal era el único de los sobrevivientes coroneles que no estaba tan salpicado por los ilícitos que mantenía a senadores, diputados y dirigentes de la UDI en el ojo del huracán por el financiamiento ilegal de la política. Había sido su ministro orejero y por lo mismo el más escuchado. Eso aseguraba, en un eventual nuevo gobierno, controlar el poder para el gremialismo. Coloma, seguía siendo senador e intentaría a fines de este año la reelección, por lo que representa el poder “formal” de los coroneles.

Novoa por su parte manejaría los centros de estudios y fundaciones y con ello lo que sabe hacer muy bien, los dineros del partido. No podía seguir siendo cara visible luego de su condena asociada a casos de corrupción, pero de ahí a irse para la casa, ni pensarlo. Longueira sería el hombre fuerte de la estructura, el poder tras el poder, pues aunque formalizado también por casos de corrupción, mantenía intacta su estructura territorial que había permitido atesorar su sueño de una UDI Popular. Era el más ideólogo y respetado dentro de la colectividad, mal que mal había su fallido presidenciable en una ardua disputa con Andrés Allamand.

Junto a ellos otro dinosaurio político, aunque no ostentaba el grado de coronel, reaparecía 2.0, Joaquín Lavín. Del ocaso ministerial en educación durante el gobierno de Piñera, había subido y bajado en el tobogán de la política. Alcalde recién electo de Las Condes, donde llegó por carambola luego de su estrepitoso fracaso por volver a ser edil de Santiago, el “gallo de pelea” se volvía a reinventar. Dos fracasos en candidaturas y precandidaturas presidenciales y una a senador, le habían dado un peso específico al interior de la UDI, bastante venida a menos y asediada por el Ministerio Público.


Novoa: ¿El Rasputín de la UDI?

El 2017 le deparó a cada uno de ellos un destino distinto al esperado. También para la UDI. Novoa, acuartelado en la Fundación Jaime Guzmán,  se reinsertó en silencio al interior del partido, controlando los hilos y a la directiva. Guardó dos años silencio, sin embargo lo rompió en junio de este año, a propósito de la captura de Raúl Escobar Poblete, el “comandante Emilio”, y su ex mujer Marcela Mardones, ambos acusados del asesinato del exsenador Guzmán. En su condición de presidente de la Fundación Jaime Guzmán, reapareció con declaraciones públicas, entre ellas reconoció que el juicio abreviado en el caso Penta en el cual fuera condenado, “fue bueno para mí y para la UDI”.

“Como presidente de la fundación, mi vinculación con la UDI es muy estrecha, porque trabajamos mucho en asesorías parlamentarias, talleres, y yo mismo participo en reuniones semanales con la directiva”, declaró en la oportunidad. Condenado por un delito asociado a corruptela, tiene a su cargo “Formar jóvenes, bajo una inspiración cristiana de la sociedad fundada en la finalidad trascendente del ser humano, para transformar Chile según los principios de una sociedad libre, justa y responsable”, según la misión que dice sustentar a la fundación.

A propósito de juventud, recientemente la inefable candidata Loreto Letelier lo mencionó a propósito de los carretes con menores de edad en ese partido: “cuando entré a la UDI era chica, tenía 15 años y fui a un evento político en Punta de Tralca. Un retiro espiritual político y después en la noche el bailongo, la fiesta. Tipo dos, tres de la mañana estaban todos bailando arriba de la mesa, sacándose las camisas, yo era chica y ver a los senadores de la República era cómo uhh, (Juan Antonio) Coloma, Jovino (Novoa) bailando arriba de la mesa”, dijo. A muchos se les vino a la cabeza el caso Spiniak.

Previo a elegir a Rysselberghe, la UDI optó por “blindar” a Novoa, lo que fue resistido por Chile Vamos e incluso al interior de la UDI. La más dura crítica vino desde Evopoli, donde su entonces presidente, Felipe Kast, dijo que “hubiéramos esperado un comportamiento distinto por parte del TS de la UDI (…). Obviamente todo afecta a la política y a la coalición”. Jorge Saint-Jean, otrora secretario del partido, agregó que “lo más sano es que cualquier condenado por la justicia sea marginado del partido”. En la UDI en tanto, Bellolio llevó la voz cantante: “Creo que sí debe haber una sanción”, dijo el diputado, agregando que  “Cualquier militante que cometa una falta tiene que tener cierto reproche”. No pasó nada y Novoa sigue moviendo los hilos y el dinero, UDI Style.


Longueira y su quiebre con la UDI y la ley

El exministro y exsenador imprimió su propio sello por décadas en la UDI. Ese del llamado “Centro Social” que buscaba penetrar sectores populares con el mensaje de un partido de élite económica. Los llamados “fachos pobres” fueron el objetivo de Longueira que le dio un poder en la base territorial que lo catapultó incluso como candidato presidencial en 2013, aunque por pocos días pues una depresión –que algunos asociaron a los casos de corrupción que sabía se le destaparían-, lo llevó a desistir.

Financiamiento ilegal, delitos tributarios, cohecho y otras imputaciones, varias ya transformadas en formalizaciones y otras que seguirán cayendo, no fueron límite para sus constantes intentos de reinsertarse en la escena nacional. Recolectando firmas para la UDI durante el refichaje, posando junto a Piñera u oficiando de comentarista político, Longueira cada vez que intentó levantar cabeza y volver a encajar en el aparataje del partido, caí en el ostracismo, producto que volvía a aparecer un nuevo caso delictual al que era asociado en los casos Corpesca o SQM.

Su última aparición, hace apenas un mes, no dejó de sorprender al mundo político. Se trataba del intento de crear un nuevo partido político, tras su fisura, aparentemente irreconciliable con la UDI, su cuna. Un golpe de fuerza del sector de Novoa marginó a gran parte de las cartas que Longueira había levantado al parlamento. Entre ellos su propio hermano. Hecho público el quiebre, el partido de calle Suecia primero lo negó para luego reconocerlo y pedirle que guardara silencio hasta después de las elecciones para no afectar a Piñera. Es más, el propio candidato de Chile Vamos lo llamó a terreno. Tras el balotaje, cual sea el resultado, cercanos a Longueira aseguran que intentará fundar una nueva colectividad, una especie de “Techo para Chile” convertido a partido político.

Coloma, ni tan “piolita”

El senador histórico de la UDI y el anterior presidente del partido, no ha estado ausente del “comidillo” en la interna de la colectividad. La primera en relacionarlo con los escandalillos fue la ex jefa de prensa de ese partido, Lily Zúñiga, quien se refirió a él en relación a la presidenta actual de la colectividad, Jacqueline van Rysselberghe: “Coca Van Rysselberghe, la mujer que todos critican, pero que sabe cómo manejar al género masculino. Senadores Coloma y Pérez lo saben MUY BIEN”. La “indirecta” no cayó nada de bien al interior del partido, pero hasta donde se sabe, nadie salió a desmentirla ni se querelló criminalmente por la imputación.

No ha sido la única vez que lo ligan a las fiestitas de la UDI. También lo hizo la candidata a diputada de ese partido Loreto Letelier, quien recordó haberlo visto bailar sacándose la camisa arriba de las mesas y con la corbata de cintillo en los “retiros” del partido junto a menores de edad como ella, que reconoce haber tenido a la fecha, 15 años.

Chadwick, en la cornisa

Quien parece estar mejor posicionado es Andrés Chadwick, exparlamentario y exministro de Sebastián Piñera, de quien es además familiar. El hombre fuerte y mano derecha del candidato presidencial de Chile Vamos, ha logrado sortear casi todos los embates que lo han intentado ligar a casos en investigación judicial. Entre ellos el caso Caval, donde el 90% de los involucrados son de la UDI y donde además está imputado su propio sobrino, el síndico Herman Chadwick.

Entre las investigaciones que lleva adelante el Ministerio Público, se encuentran algunas misteriosas llamadas telefónicas. Por ello el 20 de abril de 2015, una orden emanada del fiscal Luis Toledo, ordenó al OS-9 de Carabineros allanar la oficina del síndico, de donde se requisó su teléfono celular y su notebook. El informe policial detalla las conversaciones que Chadwick con uno de los implicados y operador de la UDI, Juan Díaz. El número de teléfono estaba asociado al nombre Andrés Chadwick. No solo eso. El informe policial devela una conversación entre Herman y su tío, Andrés Chadwick, el 6 de febrero de ese año, el mismo día que se reveló el caso Caval.

Además fue acusado por la otrora exjefa de prensa de la UDI, Lily Zúñiga de estar –junto a Piñera-, perfectamente enterado de los manejos sucios de la UDI. Al ser interrogada por la prensa acerca si RN conocía las irregularidades de la UDI, Zúñiga dijo que no lo podía asegurar, pero “Piñera sí sabe todo pero a él lo que le interesa es ser Presidente de Chile. Mientras más limpio se vea hacia afuera y no le interrumpa a él, mejor”, agregando que por algo Piñera quería meter a su primo Andrés Chadwick como presidente de la UDI. Y sobre este acotó: “Chadwick sabe todo, que no se haga el pastel, tiene cara pero por una hepatitis mal cuidada, pero de tonto no tiene un pelo”, espetó la periodista.

Lavín v/s Lavín

Lo del exministro y actual edil de Las Condes, es para escribir más que un libro. No es un “coronel” histórico, pero para muchos es un líder innato a ese nivel. “Cuñero” y populista por antonomasia, ha divertido un par de generaciones intentando hacer llover sembrando nubes sobre Santiago, trasladando playas y nieve a la capital, creando islas fantasmas para llevar a trabajos forzados a los delincuentes, dotando de gas mostaza a los guardias de Las Condes y nublando los cielos con drones detecta delincuentes, llevando a hoteles a afectados por cortes de luz con cargo a las eléctricas, levantando en pleno corazón de la conservadora comuna la bandera gay, entre otras invenciones dignas de “lavinicosas”.

No le ha servido para escapar de los cuestionamientos y riesgos de formalizaciones en relación a casos de corrupción asociados al financiamiento ilegal de la política a través de varios de sus asesores. Él mismo se vio imputado e investigado por el Ministerio Público. Lavín parece ligado a platas recibidas a través de Penta y Soquimich. De hecho la ex jefa de la campaña senatorial de Joaquín Lavín, Cristina Bitar, confesó haber recibido dineros de la cuñada del formalizado exsubsecretario de Minería Pablo Wagner (UDI), María Carolina de La Cerda, en plena campaña electoral, en 2009 para ser destinada al hoy alcalde de Las Condes. Varias otras acusaciones le han salpicado. “Cuando llueve, todos se mojan y hoy día parece que salí sin paraguas”, dijo Lavín sobre este caso.

Pero han sido las últimas semanas las que le depararon uno de los golpes más fuertes. No provino de sus contendores sino que de su propio frente interno, su familia. Su hija Asunción y su yerno Isaac Givovich, manejaron sus contactos en prensa para asestarle una dura estocada. Lo denunciaron ante el SII por haberlos “obligado” o engañado para emitir facturas falsas durante la frustrada campaña senatorial del hoy alcalde. Una planificada estrategia comunicacional que vincula además a Lavín con Caval, habría sido la última alternativa que les habría quedado a Givovich y su mujer, tras el fracaso de los intentos de negociación directa, ante la negativa del alcalde de responder a los giros del SII.

Givovich y su mujer, han sido cuestionados judicialmente por negocios estimados al margen de la ley, entre ellos una condena a la hija del edil por giro doloso de cheques. Su marido ha sido relacionado con estafas y apropiación indebida (caso Info Technology). Y de hasta un intento de homicidio (Phillip Michell Amiot), que llegó a tribunales. No se le conocen condenas, a diferencia de su mujer. Frente a la andanada de ataques de la “quinta columna”, Joaquín Lavín optó por partir a Europa, a estudiar los tranvías junto al exalcalde Francisco de la Maza Chadwick.