Oh I'm just counting

El inigualable consejo de Gabriele Benni: “Feliciten a los políticos de acá por lo poco que roban”

En conversación con Cambio21, el desenfadado empresario y comediante italiano nos leyó la cartilla, a garabato limpio, donde destacó el cariño que le tienen, pero donde lo único que no quiere es ser víctima de la clásica bipolaridad chilensis.

Por Luis Casanova R.
 
Inventor e innovador por siempre. Gabriel Benni (nacido en Bolonia en 1955) pasó del negocio agrícola a la televisión, la farándula y los reality shows. Su primer descubrimiento fue un Uruguay, luego colonizó Argentina, para finalmente clavar la banderita en Chile.
 
Se introdujo en el mundo forestal, que abandonó hace más de 10 años, y hoy centra sus energías en la minería (calisa) y el desarme industrial (estructuras y exportación y venta de fierros de segunda mano) de lunes a viernes y de 6:00 a 21:00 horas.
 
“Después viene el hueveo”, bromea de entrada. Lo contratan de casinos y empresas, actúa en matrimonios y cumpleaños y también dicta charlas motivacionales con el material de siempre: un interminable historial de emprendimiento y superación y la forma de ser de nuestra cultura. Todo sazonado con chilenismos que por muy repetidos que suenen igual nos sacan más de alguna sonrisa.
 
Compruébelo en la siguiente entrevista.
 
 
“Euforia y decepción”
 
- Hace 24 años que usted llegó a Chile. ¿Qué cambios ha visto en nosotros? ¿Estamos más agrandados como nos reclaman los vecinos del continente?
- Agrandados no, pero sí han cambiado mucho los chilenos. Ahora saben comer bien e ir a lindos restoranes y viajan mucho. Yo nunca no me meto en eso sí. Cuando miro a los chilenos me fijo en cómo hablan y expresan, el bajoneo que tienen, la falta de autoestima que sufren y los dobles sentidos. Es eso lo que la gente no cambia nunca. Eso estaba cuando llegué y siguen adelante con lo mismo. Yo nunca me meto en política tampoco y nunca ofendo a nadie. Lo mío es el análisis humorístico, donde la gente se siente muy identificada y lo pasa súper bien conmigo y con las hueás que digo.
 
- ¿Qué es lo que nos tiene bajoneados y con la autoestima baja?
- Chile es un país que tiene una mala autoestima. Siempre los escucho decir: “¡cuándo irá a crecer este país culiao!”. A cada rato. Cuando preguntan: “¿quieres que te haga esto bien o ‘a la chilena’?”. Entonces, si está hecho ‘a la chilena’ está como las hueas. Todos los chilenos piensan lo mismo: si está hecho en Chile está mal hecho. Nada que hacer y no hay como cambiarlo. También dicen que “esto pasa en Chile no más, no en otro país”. Una y otra vez. No hay un gil que piense distinto. Yo no puedo cambiar eso.
 
- Nos queremos y odiamos a la vez.
- No lo sé, porque los chilenos piensan que solo en Chile se roba y hay problemas y que solo aquí los políticos se meten en líos y no son como ellos quieren. No saben que afuera está más desastrosa la hueá. Como nunca. Acá se cree que Chile vale callampa. Por eso digo que son bipolares. Cuando estai con un chileno es bipolar. Cómo está Chile les pregunto yo. “No, Chile tiene un empuje tremendo, un crecimiento la raja, en Sudamérica no hay hueón que se asombre con nosotros, somos la Suiza de Sudamérica, no hay inflación, ganamos más plata que la chucha y estamos bien vistos en todos lados”. Esa es la parte optimista. Pero después viene un tipo que dice que anoche le robaron el auto y el mismo loco que estaba hablando bien de Chile va y dice: “¡cuándo iremos a crecer en este país de mierda, esto pasa acá no más! (ríe)”. Pasan de la euforia total a la decepción absoluta. No se dan cuenta, pero así son. ¿Te dai cuenta de que primero hablan maravillas de Chile y después lo tratan como el ajo?
 
- Y usted disfruta como loco.
- Eso es muy humorístico. De verdad. Si vai a Italia y escuchai a un italiano hablar conmigo, qué te va a decir, que es un país muy bonito, que anda muy bien, que el vestuario, que hay cualquier ciudad bella, que tenemos le media historia, etc. Pero si aparece un chileno y le comenta que un político robó, el italiano no dice que su país está como las hueas y que cuándo vamos a crecer. No hace eso. No sé si me explico. Nunca tira para abajo el país. Le podrá sacar la madre a los políticos o decir que son corruptos, pero nunca tirar pa’ abajo a su país. En cambio acá al tiro lo hacen mierda. Lo mismo pasa con la selección de fútbol.
 
“Antes todos eran ídolos”
 
- Y hablando de bipolaridad. Ahora creemos que somos los más malos para la pelota después de la eliminación de Chile del Mundial de Rusia.
- Mira, yo soy fanático del fútbol y de la selección chilena. Conozco a todos los jugadores. Cuando llegué a Chile eran todos niños y ahora son todos profesionales. Los vi crecer y desarrollarse y cuando fueron vendidos y sé dónde han jugado… ¡puh! Cacho todo. Resulta que la selección era un orgullo para todo el mundo, que ganamos la dos Copa América, que la Supercopa, que somos los mejores. Pero ahora que perdimos qué dice la gente: “¡cuándo iremos a crecer en este país culiao!”. La gente en este momento está como en un funeral. Nadie quiere hablar de fútbol. “No me hablí de fútbol”, me gritan. Estamos de luto. Alegan que “este hueón está tomando (alcohol), que el otro no se entrena y que fulano chocó”. Antes todos eran ídolos y de un día pa’ otros cagaron todos. Se pasó de un extremo a otro.
 
- ¿Y qué quiere que hagamos?
- Lo que hay que hacer es agradecerles a los niños de que lo hicieron muy bien, pensar de que hay momentos altos y bajos, que jugamos bien, que ahora perdimos y que no podemos hacer nada… no, aquí los han tirado a partir y a morir. Los hicieron mierda. Vidal que era el hueón más potente del universo ahora es lo peor.
 
- Lo malo es que salen todos los trapos al sol.
- Sí poh. Sale lo que dijo (Jorge) Sampaoli (exentrenador de la selección), lo que habló el otro, que este loco aquí y que este otro no va a jugar nunca más. No se reconoce ni una hueá de lo que se hizo. ¿Te dai cuenta?
 
 
Roban pero dejan
 
- Estamos en año de elecciones. ¿Se va a notar el estado de euforia, decepción y bajón en el que estamos? Dicen que mucha gente no quiere ir a votar. ¿Qué opina?
- Te digo algo: yo no soy político y no voy a meter en política porque este no es un país mío. Por lo tanto, no me corresponde hacer crítica de lo que pasa en Chile en lo político o lo financiero. Soy un huésped y tengo que aceptar las reglas como están. Si me gustan me quedo y si no, agarro mis hueás y me voy a otro lado. Por eso no tengo nada que criticar. Lo único que puedo decir es que si supieran como son los políticos en otros países, ustedes tendrían que aplaudir a los políticos chilenos cada vez los vean por lo bien que se portan. Es cierto, acá han pillado boletas de 20, 30 y 40 millones de pesos (casos Penta y SQM), pero eso no es ni una hueá si es para hacer propaganda de una campaña. Pero si vieran lo que pasa afuera, Italia incluido… se roban el país. No roban 20, 30 y 40 millones de pesos con boletas falsas. Yo de verdad felicitaría a los políticos de acá por lo poco que están robando, dado que podrían robar mucho más. No los tiraría a partir porque han robado algo o han hecho pillerías.
 
- ¿De verdad los felicitaría?
- Sí poh, les diría: “chucha, amigos míos, ustedes son capos, porque a nivel mundial son los menos corruptos”. Entonces, hay que ver que son los menos corruptos respecto a otros, no que son muy corruptos o que no hay que darles credibilidad… no sé si me explico.
 
 
- ¿Podría votar sin quisiera?
- Sí, yo puedo votar. Pero te repito que no me gusta la política, ni aquí ni en Italia. Nunca voté. Cuando chico voté en Italia porque pensaba que era obligatoria la hueá, pero no, no me gustó. Yo no soy político, pero respeto a los políticos, muchas veces los admiro cuando veo que hacen mucho esfuerzo para ayudar a su gente. Ganan mucha plata normalmente porque hay que considerar que un sueldo de un senador o un diputado es 50 veces más que el sueldo mínimo. Es una brutalidad. En todos los países europeos lo máximo es 6 o 7 veces el sueldo mínimo lo que gana un parlamentario. Entonces, es mucho, pero no me meto en eso. No me gusta votar, quiero que ustedes (los chilenos) voten porque son de este país y yo me siento bien y tranquilo sea como sea que hagan las cosas. Me siento contento eso sí y no quiero cambiar nada con mi voto.
 
- ¿Sería candidato a concejal, alcalde o parlamentario?
- Sí, alcalde. De hecho, podría llegar a una alcaldía no siendo chileno… ¡pero el día de la callampa voy a aceptar ser alcalde o concejal!
 
- Jajaja. ¿Por qué?
- Todo es maravilla al inicio. El humorista tiene una magia tremenda. La gente por la calle te saluda. “Benni, tírate una talla”, “enchufa” (reguetón que interpreta con miles de visitas en YouTube), “cuéntate la historia de las vacas”, que allí y que acá con la anécdota. Es mucha maravilla ser artista del humor. Pero si el día de mañana entro a la política, aún independiente, y ganara la elección y llegara a ser alcalde o concejal, ¿sabí que me dirían a la primera cagadita que me mande?
 
- ¡Uf! Ya me lo imagino ya.
- Por qué no agarrai tus pilchas y te vai a la mierda italiano hueón… me van a dejar como las hueas. Ahí los chilenos tendrían al tiro de dónde agarrarse. “Ándate pa’ tu país, que andai leseando aquí”. Una cosa es hacer reír y otra es servir a todos y tenerlos a todos contentos. Y si no están todos bien, ahí todo mal.
 
- ¿Se lo han ofrecido?
- ¡No, no, no! Una vez en un pueblo donde actué, creo que en un festival, un productor me dijo que la gente me quería más que la chucha y que si me tiraba de candidato iba a ganar al tiro. Pero yo no me quiero meter en nada. Por eso vuelvo al bipolarismo de nuevo.
 
- A ver.
- Muchos están conmigo cuando estoy bien, pero cuando ande mal me van a partir y van a decir: “por qué llegó este italiano penca, de seguro que lo echó la mafia siciliana porque mató a alguien y se arrancó”. Ya sé las puteadas que me dirían: “todo lo charcha y callampa lo mandan pa’ Chile, porque saben que somos de lo peor y agarramos lo que sea que venga de afuera… y más encima alcalde”. ¡Nooo! Entonces, frente a eso, amigos míos, yo les digo que no me quiero meter en nada y que me quiero quedar con el bipolarismo positivo, no el negativo. Me dejo querer (ríe), pero no quiero meterme y que después me pesquen a garabatos porque no hice lo que todos querían.
 
- Cree que se pondrían violentos.
- Es que el chileno es violento poh. Al tiro te saca la madre si le decí alguna hueá. Ni siquiera te conoce y ni sabe si tu mamá es una santa o una mujer buena onda. No hay un filtro. Te saca la madre y se acabó.