Oh I'm just counting

“El sacrificio del FPMR fue inútil”, dice autor de impactante thriller político

Por Francisco Castillo La sorprendente novela que retrata el desarrollo de la extrema izquierda chilena, desde los años 60 hasta fines de la dictadura, concluye con una afirmación estremecedora: el Frente Patriótico Manuel Rodríguez terminó entre la traición y la renuncia.

Es la conclusión a la que llegó el autor de “Cosas que el tiempo dejó atrás”, novela en la que el economista y ex dirigente socialista Álvaro Briones (69, antofagastino) desmenuza la trayectoria del FPMR, y que acaba de presentarse bajo el sello de Planeta.

Briones, tras el golpe de estado, pasa primero a la clandestinidad, luego a un breve asilo en Honduras hasta llegar a México. Retorna a Chile en 1985 y se incorpora al esfuerzo por recuperar la democracia, por vías pacíficas.

 “Sacrificio inútil”

Al conseguirse el objetivo, el presidente Aylwin lo nombra subsecretario de Economía y luego Frei lo envía de embajador a España e Italia; más tarde, Insulza se lo lleva a la OEA. Trabajó 8 años con él en Washington. Tras ello, retornó a México.


Alvaro Briones (PS) economista, ex subsecretario, ex embajador

En todo ese largo transitar, entre 1975 y 1999  escribió siete libros de política y economía, además de una novela, Como un país natal (1998). Este 2018 presenta Cosas que el tiempo dejó atrás (Planeta, 320 páginas), obra en la que, apoyado en la ficción, entrega un relato cercano y profundo de los jóvenes chilenos que empuñaron las armas para enfrentar a la dictadura, sufriendo atroces consecuencias.

-¿Por qué fue un sacrificio inútil el del FPMR?
-La utilidad o inutilidad de las cosas sólo es posible medirlas en el transcurso del tiempo, con el filtro de la historia -, dice Briones a Cambio21.

“La verdad es que el gigantesco esfuerzo de estos jóvenes combatientes, que fue mucho más grande de lo que supimos, no tuvo efectos políticos y por lo tanto fue inútil, porque al final fue otro el camino que demostró ser eficaz: el camino que propusieron  los políticos tradicionales. Como por ejemplo aceptar el plebiscito que proponía la propia constitución de Pinochet.

“Fue una especie de ‘guerra secreta’ la que sostuvieron los militares y los escasos combatientes de izquierda. La sociedad iba por otro lado. Sólo se supo de hechos demasiado evidentes, como la Operación Albania, pero de la cotidianeidad, el día a día, jamás se reveló”, dice Briones.

Sin homenajes

El escritor se refería a la también llamada "Matanza de Corpus Christi", que​ se produjo entre el 15 y el 16 de junio de 1987, días en que doce miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) murieron a manos de agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI).

-¿Por qué no hay reconocimiento en Chile a estos jóvenes? 
-Es complejo el tema. El homenaje, como la exaltación a un determinado hecho, se relaciona con la utilidad que éste haya tenido. Si el sacrificio tiene un efecto positivo, se le reconoce, pero no fue el caso del esfuerzo de esos combatientes que, como dije, fue políticamente ineficaz. El factor desconocimiento, por otra parte, es determinante y está asociado a la eficacia de lo obrado.

“Si el esfuerzo hubiese sido eficaz, ellos serían conocidos, pero no lo fue y no los conocemos. Ni siquiera sabemos el número de bajas que hubo en combate. Pueden ser centenares. Creo que jamás lo sabremos.  La historia demostró que el sacrificio fue inútil, pero no por ello menos valioso”.



-Este libro, ¿pretende reivindicarlos?
-No. Estoy convencido que los fenómenos sociales y políticos no solo están construidos por momentos colectivos, sino también por gestos individuales. Busco que a los personajes de este libro se les conozca más como personas que por su opción política. Fueron jóvenes a quienes les tocó vivir en un período en el que personas como ellos no tuvieron más alternativa que asumir lo que asumieron.

-¿Qué hará la justicia francesa con la solicitud de extradición a Chile de Ricardo Palma Salamanca?
-Es una tremenda interrogante, porque sobre todo en el extranjero, hay una visión romántica de lo que fue la lucha contra la dictadura, y emocionalmente causa adhesión hacia los combatientes, pero otra cosa es emprender acciones armadas en el ámbito de una sociedad democrática, que fue lo que hizo el FPMR en el caso del asesinato de Jaime Guzmán. Si la justicia francesa considera aquello, Palma lleva las de perder. En Chile, están indultados todos los que emprendieron acciones contra la dictadura, ni uno está preso; pero no es el caso de los que actuaron en democracia. ni uno preso.

En blanco y negro

-La gran mayoría de las federaciones estudiantiles universitarias está en manos de la izquierda, pero los jóvenes, a la hora de participar en elecciones generales, se abstiene. ¿Por qué?
-Recuerdo que el presidente Allende dijo en Guadalajara “ser joven y no ser revolucionario, sería un contrasentido”. Y es verdad, el joven es contestatario, es su condición natural. Pero tienden a ver las cosas parcialmente, sin matices, en blanco y negro. La madurez es ver la totalidad o poder ver más elementos de la realidad, los matices, y eso se logra cuando se tiene más información. Quizás lo que llamamos “madurez” no sea más que eso: información, experiencias. Por eso no me extraña que los jóvenes estudiantes tiendan a ser de izquierda.

-Entonces, ¿por qué se abstiene y permite que gane la derecha?
-Las sociedades son más complejas que las universidades. Creo que esta elección, que la viví aquí, tuvo resultados predichos por las encuestas. En la izquierda debemos pensar que algo mal habremos hecho para que la gente no haya votado por nosotros. No existe un sentido inmanente de la historia, que señale que los que estamos por el cambio somos mayoría, eso no necesariamente es cierto, esa es una expresión ideológica, pero en lo cotidiano, es otra cosa.

“Simplemente el chileno  rechazó lo que estábamos haciendo o cómo lo estábamos haciendo. La mayoría quiere algo distinto. Hay que considerar que la razón está en todas partes, no solo en la nuestra. La mayoría, además, decidió no votar, y fue una decisión consciente, porque o estaba conforme con lo que está pasando, o porque, si está disconforme, piensa que sea cual fuere el resultado, su participación  no cambiará las cosas”.

Necesidad de diálogo

.¿Cómo ve a la política chilena actual, con la derecha en La Moneda?
-Hay una primera apreciación que quisiera formular, y que tiene ver con la  calidad de los gobernantes. Es bueno reconocer que el plantel político nacional, de todos los colores, es en general gente preparada y con años de experiencia. Y eso sucede en nuestro sector, y también en la derecha.

“Lo positivo en ellos fue el desmembramiento pinochetista, que fue en lista separada en primera vuelta. Eso permite distinguirlos bien, entre unos y otros, y ayuda a no cometer el error de decir, como antes, ‘todos los derechistas son pinochetistas’. La verdad es que son diversos, lo que permite el dialogo que es lo que trae el avance del país”.

-¿Hay posibilidad de concordia en tal sentido?
-Esperaría que en la actividad política no  prime la búsqueda de objetivos partidarios de corto plazo y que en su lugar se privilegie la búsqueda del progreso para el país y su gente. Hay que buscar soluciones, hay que llegar a acuerdos. Solos no pueden gobernar. Ni la derecha ni la izquierda.

-¿Por qué la izquierda ha perdido gobiernos en la región?
- Donde no hay alternancia es porque los gobernantes tratan de perpetuarse a como dé lugar, hasta con malas artes, como se ha visto con Bolivia, y con Venezuela. Soy un convencido que la alternancia es positiva, porque hay que aceptar la crítica, lo que es normal. Al aceptar gobernar, debes también aceptar que te van a criticar. Lo que importa es que los cambios que impulses signifiquen avances y no retrocesos, Por eso, cuando los intentas, hay que consultar la opinión de  los opositores para que los cambios impulsados se vean consolidados.

“Si se busca un cambio que no es compartido por la mayoría, tarde o temprano será revertido por esa mayoría. Advierto que si hay un cambio de gobierno en Venezuela, el resultado  va  ser terrible, pues lo hecho por el chavismo, aunque haya sido  positivo para una mitad de los venezolanos, se ha hecho en contra de la otra mitad. Por ello, si esa mitad llegara a ganar, el retroceso podría ser enorme. Si el chavismo buscase un consenso mayoritario para los cambios, probablemente habría menos, pero lo hecho se mantendría inalterado”.