Oh I'm just counting

EL sistema económico. Por Julio Bravo, profesor

El sistema económico político y cultural reconocido como "Neo liberal" que actualmente impera en nuestro país y en gran parte del mundo, fomenta la ilusión de que, a mayor productividad y mayor consumo de bienes materiales y servicios, nos llevaría a alcanzar la plenitud y felicidad de los seres humanos.
 
Lo cierto es que, tarde o temprano, los individuos van cayendo en cuenta que no solo no logran la felicidad prometida, sino por el contrario, una y otra vez pisan la trampa del endeudarse para acceder a unos pocos bienes materiales que produce la industria pero quedándose siempre con la sensación de que igualmente sigue siendo pobre y por consecuencia no llega el anhelado paraíso prometido. De este modo, vuelve a endeudarse y trabaja cada día más duro para pagar esas deudas hasta que revientan los fusibles de su sistema nervioso y cae en desesperación.
 
Este anómalo estado alcanza diferentes grados de angustia al ver que, junto con no haber logrado lo prometido por el sistema, se ve envuelto en la dinámica de caer en cesación de pago a los bancos con los respectivos embargos de las pocas veces, la vivienda que termina de pagar a solo pocos años antes de morir.

La frustración puede llevarlo a tomar caminos de evasión por medio del alcohol o las drogas, no pocas veces termina quitándole la vida.

Sin embargo, también de tanto en tanto se une a otros que sufren el mismo mal y se detiene a ver como unos pocos privilegiados viven  en grosera abundancia de los bienes que él no puede ni podrá nunca conseguir y se organiza para manifestar públicamente

Su frustración expresada en ira que va desde grados leves hasta otros extremos en que pierde todo respeto por lo establecido, dejándose llevar por la innoble emoción de robar, saquear y romper todo lo que para él representa al sistema que rechaza. Por  cierto, no todas las personas llegan a estos estados de lamentable desquicio.

Muchos logran controlar esta destructiva dinámica y muy pocos logran grados de conciencia que les permite salirse de este sistema de perversos incentivos.

Algunos buscan por caminos espirituales o culturales un sentido más profundo de la vida.

En mi opinión, este último camino, el de la reflexión crítica, es el que nos lleva a entender el mecanismo de  la trampa de un sistema que lleva el germen de la destrucción. El sistema educacional, es el llamado a entregar las herramientas valóricas para que las personas busquen la felicidad y plenitud de vida que por cierto, no dan los sistemas economistas, sean estos de cualquier signo político. No obstante. El sistema educacional está diseñado para que se perpetúe este estado de cosas.

En mis años de ejercicio de la docencia pude comprobar esto tanto en los colegios particulares de clases altas como en los públicos de clases siúticamente llamados, para los más vulnerables, y la lógica de aprender para ser una pieza funcional al establishmen es siempre la misma.

La pregunta de fondo sería solo una.

¿Por dónde comenzamos a trabajar para llegar algún día a una sociedad a escala humana alcanzando estadios de verdadera y  permanente felicidad?