Por Teresa Frías 

La estudiante y líder de los estudiantes además se refirió a las polémicas que hoy envuelven a la universidad, como el ataque sufrido de una alumna de Trabajo Social de parte de sus compañeras y también a los nuevos estatutos de la escuela de derecho para la elección de sus futuros presidentes estudiantiles.
 
La Universidad de Chile, si bien siempre ha tenido episodios polémicos, estos últimos días ha debido enfrentar diversas problemáticas que tiene a la casa de estudio en la mira.

Uno de los últimos episodios conocidos es la agresión que denunció la alumna de la Universidad de Chile Polette Vega, estudiante de Trabajo Social y militante del colectivo Centro Derecha Universitaria (CDU) por parte de sus compañeros.

Y es que luego del ataque vivido en julio, cuando un grupo de encapuchados la amedrentó, ahora vivió un nuevo episodio en el cual otros estudiantes la increparon, le lanzaron una botella de agua y la expulsaron de la sala de clases.

En su relato, Vega contó que "una compañera se paró de su puesto y me increpó, me preguntó qué estaba haciendo en la sala. Le dije que estaba en clases y ella paró la clase y dijo que se iba a ir, porque no podía estar en la sala con alguien que pensara como yo. Otra persona hizo lo mismo, y otro dijo que la que me tenía que ir de la sala era yo".

En ese momento, según indicó, dichos alumnos le pidieron al profesor tomar una postura sobre el caso, a lo que el docente respondió que sí lo obligaban a tomar partido, entonces renunciaría, porque esa no era la Universidad de Chile en la que quería estar. "Empecé a llorar y luego una compañera me tiró una botella de agua encima, mojando mi ropa y mis apuntes. Me quedé sentada llorando”, aseguró.

La tensión en la clase fue tal que debió intervenir la jefa de carrera. Vega, además, dijo que en el campus Juan Gómez Millas "esto no es casual ni fortuito, es una intolerancia generalizada".

Polémica por nuevos estatutos

Otra de las polémicas enfrentadas tiene relación con la votación de los alumnos de Derecho de la Universidad de Chile, quienes aprobaron los nuevos estatutos de su centro de alumnos. El nuevo documento, que reemplazará al antiguo que regía desde el 2013, está en el medio de la polémica por algunos artículos que han sido calificados de “totalitarios”.

En el artículo 10 del estatuto se señala que “El CED busca, a largo plazo, aportar en la construcción de una sociedad anticapitalista, antiespecista, y antiimperialista”, generando polémica dentro de la comunidad.
Hay alumnos molestos porque afecta la libertad de ellos y además, según la interpretación que se le dé, se podrían bajar candidaturas de estudiantes que no sean veganos, hayan comprado en un mall o hasta haber consumido Mc Donald.

Frente a estas polémicas, la actual presidenta de la FECH, Emilia Schneider conversó con Cambio21 sobre estas y otras polémicas de la universidad pública, además de su futuro al dejar la presidencia.  

Sobre la polémica de la estudiante que fue atacada por sus compañeros ¿cuál es su posición como presidenta de la FECH?
Desde la FECH hemos sido bien claros y enfáticos desde los hechos que ocurrieron en el semestre pasado con esta estudiante y que nosotras condenamos cualquier hecho de violencia que afecte la integridad de nuestra comunidad de la ciudadanía en general, entonces en eso nos enfocamos, sin duda estos hechos tan gravísimos, la Universidad de Chile es una universidad pública que está caracterizada por tener  rasgos de democracia, el miso movimiento estudiantil, nunca podemos dejar de lado situaciones de hecho que nos incluyan en el debate político.

Hay una diferencia con la posición de Polette pero no por eso una persona tiene que pasar a llevar la integración. Aquí tenemos que poner adelante el carácter histórico democrático que tiene nuestra Universidad, y privilegiar la intolerancia con más democracia, fortaleciendo los lazos, contra la comunidad la participación.

¿Qué le parece las declaraciones de alumnos que apuntan a una actitud poco empática de la estudiante Polette con el tema de los DD.HH.?
El debate político lo tenemos que valar con ideas, yo condeno absolutamente cualquier tipo de negacionismo, respecto a la negación a la violación de derechos humanos en nuestro país y en cualquier otro con hechos de la dictadura.

La Universidad de Chile y la FECH ha estado en contra de la dictadura, contra su legado, y también contra su impunidad que todavía está en nuestro país, así que como te digo nosotros condenamos de igual manera actos de violencia que afectan a nuestra comunidad y el negacionismo, pero hacerlo con ideas y no con actos de violencia.

La Superintendencia de educación anunció medidas para este caso ¿Cree que con estos actos se mancha la historia de la universidad?
También es importante que entendamos que los distintos sectores políticos que están sacando créditos propios de esta situación transparentes su interés, aquí para hacernos cargos de combatir la violencia, la intolerancia, tenemos que fortalecer la instituciones públicas y no atacarlas, y creo que la Universidad de Chile siempre ha sido un espacio político, y eso hay que defenderlo.

La institucionalidad de la universidad se tiene que respaldar, que se inicie una investigación de acuerdo a los protocolos que tiene la universidad respecto a la situación de Polette, las que se han iniciado el semestre pasado, o sea se han hecho una numeración de medidas, se capacitó a sus compañeros y compañeras para estar con clases con ella.  A la universidad nos interesa la seguridad del derecho.

Investigaciones sumarias se tienen que hacer, sin duda hay que investigar los hechos, pero ni la Superintendencia de Educación, ni ningún sector político pueden acusar que la Universidad de Chile no se está haciendo cargo, porque recién ahora la superintendencia interviene en esto y la derecha en el Congreso nos ha citado a la comisión de educación que tampoco ha hecho mucho.

Nosotros como universidad también hemos tomado medidas, sino un montón de otras cosas más.

¿Cree que se está tornando en un ambiente más político que estudiantil?
La Universidad de Chile siempre se ha caracterizado por ser un ambiente más político, y diverso de distintas posiciones donde se enfrentan y confrontan esas posiciones, pero este es un caso aislado. Dentro de la Universidad de Chile no hay una persecución política, no existe ese ambiente.

Sobre la polémica de los estatutos de la escuela de derecho ¿qué le parece a usted este tema?  
Los estatutos son del centro estudiantil de derecho. Sin duda creo que puede ser  criticable la decisión de los estudiantes de derecho, de todas maneras fue una elección democrática, la cual fue votada por más del 26%.

Yo no creo que sean totalitarios, porque eso me lo han preguntado, eso para mí es una falta de respeto lo que dicen.

¿Cómo ha sido su presidencia en al FECH?
Terminamos el periodo de manera contenta, sin duda después de tantos años del  movimiento estudiantil estamos en un momento de crisis, de rearticulación, de preguntas de como seguimos y hacer una autocrítica de cómo hemos estado como federación.

De todas maneras tratamos de avanzar en tareas que nosotras creímos que eran importantes de hace tiempo, como el trabajo con las feministas, con las minorías sexuales. Espero que se pueda proyectar.

¿Se volverías a postular?
No. No me volvería a postular a la FECH

¿Y continuar un camino político?
Yo sigo siendo militante del partido Comunes, del Frente Amplio, y sin duda sigo en este proyecto y por supuesto que voy a seguir metida en política, nada que implique cargos públicos o nada de eso, si no que ser parte de ese proyecto colectivo.

¿Qué le parece que no se tomen proyectos con respecto a las minorías sexuales?
Yo creo que de parte del gobierno ha habido una nula preocupación respecto del tema, de diversidad sexual y temas de género.

¿Qué le parece que temas cómo el feminismo y las minorías sexuales hayan salido a las calles para sacar estos temas a la luz?
Es muy importante, creo que estos temas están empezando a interpelar a la mayoría,  ya lo hemos visto con amplias movilizaciones con las minorías sexuales, y ojala todas estas minorías se apoyaran entre sí y se traduzcan en cambios concretos.

La política en general hace oídos sordos a estas propuestas y creo que necesitamos cambios en educación y en otros temas para que podamos decir que se están integrando las mujeres y a las minorías sexuales.