Por Alfredo Peña R.
Cambio21 conversó con Victor Barrueto sobre los escenarios que se le abren al gobierno tanto en el caso que triunfe el apruebo o gane el rechazo.
Según él, en ambas situaciones el Presidente Boric tiene una gran oportunidad.
Víctor Barrueto, exPresidente PPD, exPresidente de la Cámara de Diputados, actualmente encabeza la Fundación Por la Democracia y en cuanto tal ha sido un colaborador activo en ideas y propuestas de las dos ultimas directivas del PPD, la de Heraldo Muñoz y la actual de Natalia Piergentili.
¿Cuál es su balance del Gobierno?
Creo que a esta altura es fundamental instalar sólidamente la idea de que este gobierno, es un gobierno de transición en un doble sentido porque inicia una transición hace un nuevo modelo de desarrollo, inclusivo y sustentable para tener también en Chile un verdadero estado de bienestar. Tomemos en cuenta que ya el programa del Presidente Boric consideraba ocho años y la verdad es que llegar a ese nuevo tipo de desarrollo serán probablemente varios gobiernos más. Y, además, tenemos una transición constitucional -institucional que demorara varios años también hacerla realidad.
Pero además y esto es lo más grave, está condicionado por un momento muy crítico del país como consecuencia de la pandemia, el desastroso gobierno de Piñera y una crisis económica internacional. La inflación y una posible recesión más la crisis de seguridad que vivimos, son no solo condicionantes en realidad son limitantes. La suma de todo lo mencionado acotan las posibilidades de lo que realmente se puede hacer.
¿Si esto es tan así, cómo se le ocurre se podrá enfrentar esta situación?
El desafío es cómo construir mayorías concretas por los cambios que hoy se puedan realmente hacer.
Me imagino dos cosas. La primera es un replanteamiento o reformulación del gobierno en base a un contrato de gobierno y de programa para los tres años y medio que quedan, entre la coalición del Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad
Pero ¿no sería mejor una sola coalición?
Si, eso seria ideal, ya es difícil liderar una sola coalición, imaginate dos. Pero hoy no parece realista esa opción, ya que ambas coaliciones prefieren priorizar sus propias identidades pensando en el mediano y largo plazo.
Entonces ¿cómo es eso de un contrato de gobierno?
La idea la tomo de la experiencia alemana donde los que gobiernan hacen un contrato para ese periodo de gobierno con objetivos precisos y acotados, que ordenan, priorizan y comprometen con aquello y no con otros temas. Creo que incluso este contrato debiera considerar no solo a las dos coaliciones que participan del gobierno, si no que también, pudiera incorporar a la democracia cristiana.
¿Qué temas debe incluir ese contrato? ¿Tendría que eliminar parte del programa?
Mi opinión es que no. El programa se mantiene tal cual, pero se acota en lo que realmente se puede alcanzar a realizar, dada las limitaciones descritas en el actual contexto.
Ese es un tema que tendrán que definir los actores del nuevo contrato, sin embargo, me parece obvio que por un lado se precise la reforma tributaria, la previsional , la de salud y la laboral , así como por otro definir una especie de acuerdo nacional y sus medidas concretas para disminuir la inflación, evitar que la recesión llegue muy lejos y retomar el
crecimiento, así como también para enfrentar la delincuencia y el crimen organizado con una política a la altura de aquello.
¿Pero no piensa usted que hacer eso será difícil, a tan poco tiempo de iniciado el gobierno con el Frente Amplio y el Partido Comunista dentro del propio gobierno?
Mi impresión es que es viable. Tenemos que considerar que con el plebiscito se cierra objetivamente una etapa, así como también la intensidad que ha tenido este gobierno que no le han dado ni siquiera un respiro, lo hace necesario. Y el presidente Boric ha demostrado hasta ahora una gran perspicacia para visualizar los acontecimientos.
Bueno usted dijo que se imaginaba dos cosas para enfrentar la actual situación del gobierno, ¿cuál es la otra?
Así es. La constitución es importantísima, pero ella establece solo las reglas del juego de un nuevo contrato social, sin embargo, por si sola no hace los cambios reales. Tanto el apruebo, donde todo será más fácil y más rápido. Como el rechazo donde todo será más difícil y más lento, pero en ambos casos llevará años implementarla. Con el apruebo
donde todo es mucho mejor, igual su implementación tomará lo que resta el gobierno del Presidente Boric. Entonces recurro aquí a lo que dijo el cientista político Juan Pablo Luna, en el articulo llamado “nuestra obsesión constitucional y el país real” donde dice que los problemas que arrastra Chile no se resuelven solo ni principalmente por la vía
constitucional.
Lo que yo digo, es que el Presidente si bien puede dar el impulso inicial para los acuerdos que permitan implementar la nueva constitución, él y su gobierno no pueden quedar atrapados y ser absorbido por el tema constitucional- institucional, si no que al contrario tiene que concentrarse en gobernar, resolver problemas y encaminar las transformaciones reales y concretas de estos tres años y medio que quedan.
¿Cómo es eso?
Mi impresión es que el Presidente tendrá que concentrarse en liderar los procesos que lleven a pactos sociales para hacer las reformas, propiciar y vertebrar esos pactos sociales, impulsar los diálogos sociales para aquello y los acuerdos políticos amplios que permitan hacer las cosas. Además de convocar al país, trabajadores y empresarios, universidades y sociedad civil a juntar fuerzas para evitar una recesión muy grande y dar un salto extraordinario en seguridad. Unir y dar la sensación efectiva que Chile si tiene futuro.
¿Aparte de todo esto cree usted que se pueden sacar algunas lecciones de los seis meses de gobierno?
Si, aunque no es tan fácil en un periodo tan corto, me quedan dos aprendizajes. Uno es que si queremos transformaciones estructurales esta bien, pero esto tiene que hacerse más conectados con la gente, reconectarse con el sentido común, como las personas van percibiendo lo que sucede y que esos cambios si queremos que tengan un respaldo mayoritario, tienes que ver que estén en línea con la comprensión y asunción que de ellos va haciendo la ciudadanía. Y por otra parte, uno queda con la sensación que aquí ya se ha producido una transformación societal, que es cultural y social a la vez, y que parece muy improbable tenga una vuelta atrás, así que más allá de lo electoral, es difícil volver atrás respecto al estado social de derecho, la garantía de los derechos sociales y el camino hacia un verdadero estado de bienestar, o de volver a la constitución de Pinochet, porque más allá del apruebo o el rechazo habrá si o si, una nueva constitución para Chile.