Oh I'm just counting

Entrevista exclusiva a senador Guillier: “Piñera es un enorme peligro para la gobernabilidad de Chile"

El expresidente “En dos días cambió de opinión sobre la gratuidad de la que había renegado durante años. Eso no es creíble. Ha hecho campaña adulterando cifras e inventando gráficos mañosos. Hemos visto con indignación como simplemente borraron de las listas a la gente que esperaba atención médica y mintieron a todo Chile (…) Hay gente que se murió esperando atención”, dijo.

Por Mario López M.

 “Tenemos un sueño de país que es diferente al de la derecha, hemos intentado representar la apuesta por un Chile donde la educación, la salud, la seguridad ciudadana, la pensión, sean derechos sociales y no realidades que se alcanzan por el individualismo y el sálvese quien pueda”.

En medio de la vorágine de la última semana previa al balotaje de este domingo, el senador y candidato independiente a La Moneda hizo un alto para atender a Cambio21. No solo habló del momento político, hizo además una pausa para analizar lo que se avecina, revisar lo hecho y expresar los sueños que mueven su candidatura.

Está consciente que no solo encarna el sueño de muchos, sino que además las necesidades y demandas de una sociedad que se ha transformado y requiere más justicia e igualdad. Habla con propiedad del futuro de Chile y de sus compromisos. También remarca la diferencia que lo separa de Piñera y asegura que siendo el progresismo la mayoría, eso solo se refrendará si los chilenos y chilenas asumen que son el poder y van a votar.

- Senador, estamos en las últimas escaramuzas de cara a la segunda vuelta. ¿Está tranquilo, se hizo lo que había que hacer, qué faltó?

Estoy tranquilo. Obvio que uno es autocrítico y siempre quisiera haber hecho más. Tener más tiempo para estar en terreno, para dialogar en cada barrio, en cada junta de vecinos, en cada centro de padres. Pero creo que hemos puesto todo en juego para transmitir a los chilenos y chilenas lo que nos mueve en esta elección, una idea de país, un sueño de país, que es diferente al de la derecha. Un país con menos colegios compitiendo por el SIMCE y más niños felices en las escuelas. Un país donde nuestros abuelos puedan tener transporte gratis y remedios más baratos. En el cual la vejez no sea sinónimo de pobreza y abusos. Un país donde todos puedan estudiar y en el cual, al contrario de lo que dice Piñera, no se evalúe el interés de los padres en sus niños por cuánta plata pueden poner en su educación. En el fondo, hemos intentado representar la apuesta por un Chile donde la educación, la salud, la seguridad ciudadana, la pensión, sean derechos sociales y no realidades que se alcanzan por el individualismo y el sálvese quien pueda. Y creo que en ese contenido de fondo, hemos dejado claro que la derecha se quedó en el pasado y que quien tenga compromiso con una sociedad más humana debe levantarse el domingo 17 e ir a votar.

- Al publicarse esta nota, no conoceremos aún los resultados. Remontar cerca de 30 puntos para lograr una mayoría absoluta, es una cuestión épica. Como decía Allamand, necesitará incluso votos de quienes se identifican con una futura oposición. ¿Siente que Chile entendió el mensaje, que no se puede desandar lo andado?

Siento que los progresistas somos más. Que quienes estamos dispuestos a jugarnos por mayor justicia social somos más, que quienes creemos que las soluciones que ofrece Piñera, que en el fondo en todo es más de lo mismo, se quedaron en el pasado, no dan cuenta de un Chile que cambió.

Ahora, en ese contexto creo que es necesario tomar en cuenta dos cosas. Primero, no podemos hacer una suma matemática de los votos. Hay personas que quizás votaron en la primera vuelta que tenemos que ser capaces de convocar a votar y personas que quizás no votaron y ahora en segunda vuelta se motivan para defender los avances sociales. No he intentado hacer negociaciones o conversaciones cupulares. Por el contrario, hemos intentado hablarle a todos los chilenos y chilenas de buena voluntad, a los que votaron por Beatriz, por Marco, por Alejandro Navarro y por cierto por Carolina Goic, para señalarles que queremos representar el camino del avance y del desarrollo, que busco representar el primer gobierno de un nuevo ciclo, más participativo, más abierto a reconocer el poder de la ciudadanía, más comprometido con la renovación de prácticas y formas de hacer política. Un gobierno que confíe más en los ciudadanos. Veremos si logramos que la ciudadanía entienda que el 17 de diciembre se juegan dos visiones de sociedad y que todos comprendan que su voto es su poder, el poder de decidir por un camino de futuro o por el retroceso que yo veo en Piñera.

- ¿Ha sido difícil no caer en la tentación del populismo?  Porque transitar entre el voto frenteamplista y la Democracia Cristiana, no debe haber sido fácil.

Para nada. Hemos escuchado propuestas de todos los sectores, hemos incorporado materias de otros programas del progresismo con los cuales tenemos evidentes cercanías. La agenda de probidad y el tema de la educación técnico profesional, propuestas bien tratadas por Carolina, una nueva visión del sistema de pensiones y el fin al CAE, propuestas de Beatriz que hemos incorporado sin perder la visión de responsabilidad fiscal que debe tener todo equipo que sepa que va a gobernar, materias de obras públicas que recogimos de Marco, regionalización en el caso de Alejandro Navarro. Todo lo hemos hecho pensando que vamos a gobernar, que tendremos un gobierno responsable, serio pero transformador y que el progresismo es un amplio espacio que tiene propuestas serias y capacidad de dar gobierno a Chile sin caer ni en populismos ni en mentiras.

Digámoslo con claridad, el populismo en esta elección se llama Sebastián Piñera. En dos días cambió de opinión sobre la gratuidad de la que había renegado durante al menos 8 años. Eso no es creíble. Ha hecho campaña adulterando cifras e inventando gráficos mañosos. En empleo, Piñera entrega cifras equívocas de los puestos generados en su gobierno y ahora no se atreve a comprometer una cifra seria de empleos. En delincuencia tiene que adulterar los gráficos para sostener su posverdad, porque su gobierno fue el carnaval de la delincuencia. Y ahora último hemos visto con indignación como simplemente borraron de las listas a la gente que esperaba atención médica y mintieron a todo Chile diciendo que habían acabado con las listas de espera. Hay gente que se murió esperando atención, entregaron una lista de espera de un millón 700 mil personas a este gobierno y se han llenado la boca diciendo “cumplimos, terminamos con las listas de espera”.

Peor aún, ahora en campaña vuelven a prometer que ahora sí terminarán con las listas de espera. A mí realmente me llama la atención la facilidad para mentir y para creer que los chilenos no se dan cuenta.

- En esta campaña usted hizo apuestas intrépidas. Cómo no va a ser osado salir a buscar más de 30 mil firmas cuando tenía en la mano inscribirse en un partido. ¿Cree que los partidos entendieron su independencia y el cariz ciudadano de su candidatura?

Yo creo que lo han ido entendiendo y se han sumado con entusiasmo. Primero lo entendieron sus bases y luego sus dirigencias, y todos se han sumado con entusiasmo a esta, la primera campaña presidencial de un independiente de centro izquierda en nuestra historia.

Haremos un gobierno más cercano a la ciudadanía, de mayor empoderamiento social. Los partidos son claves para gobernar, para aportar equipos técnicos, pero todos entendemos ya que los partidos deben renovarse, vincularse más con la ciudadanía, ser más de a pie y admitir de mejor modo la participación de los independientes y las organizaciones sociales. Creo que mi campaña ha sido muestra de que se puede hacer política más vinculada a los ciudadanos. Y las firmas, claro, fue el primer trabajo conjunto de partidos, independientes, juntas de vecinos, sociedad civil, todos unidos por un objetivo.

- Esta campaña ha rozado la odiosidad por instantes. ¿Cuánto afecta a alguien como usted, que no es un político “profesional” y por lo mismo no ha desarrollado esa piel dura?

He intentado no caer en la crítica personal. Yo critico las propuestas de Piñera, su indefinición y falta de claridad, su capacidad de decir cualquier cosa por unos pocos votos, como ahora convencerse con la gratuidad. Pero en buena hora, porque vamos conquistando así derechos sociales. Desde ese punto de vista, intento escuchar las críticas a mi persona de buena fe, evaluando siempre que uno es humano y se puede equivocar e intentando ser consecuente con lo que creo y con lo que soy. Si una cosa he tenido siempre clara es que uno no puede disfrazarse para ser candidato ni perder su esencia, que en mi caso es ser un profesional, un provinciano, una persona de clase media que como todos ha tenido momentos felices y momentos duros. Creo tener la tranquilidad ética de estar haciendo una campaña para proponer ideas, una nueva forma de entender al servicio al país y con eso me siento a gusto.

¿Y las críticas? Bueno, todos los políticos más tradicionales me han dicho que así es la cosa, que no es personal, pero que así entienden que se juega la política, diciendo pesadeces, afectando la honra del competidor, haciendo acusaciones aunque se sepa que son falsas. No es mi estilo ni lo haré, pero intento que no sea tema para mi cómo actúa el resto.

- Vamos a cosas concretas. Si gana este domingo. ¿Cómo gobernará siendo objetivamente minoría como coalición?

Por cierto que hay que transferir más poder, desde el gobierno central a las regiones, desde el municipio a los ciudadanos, desde los gobiernos regionales a los municipios, etc. La concentración de poder está ahogando a Chile.

Pero en segundo lugar, creo que efectivamente vienen tiempos en que Chile requerirá más diálogo, más buena fe, más participación. Me parece clave avanzar en una nueva Constitución que asegura mayores grados de participación, que las personas se sientan actores de su futuro. Esto debe combinarse con un diálogo político adecuado, vendrán tiempos de mayor escucha con todos los sectores, de proyectos más enfocados en las necesidades del país que en partidismos. Mejorar las pensiones, por ejemplo, requiere un gran acuerdo nacional. Y una vez que haya un proyecto final, que los chilenos y chilenas decidan en plebiscito…. ¿por qué no? No hay que tenerle miedo a la gente.

- A propósito, cuáles son esos cambios que usted estima imprescindibles, aquellos que no se perdonará no haber implementado como Presidente.

Transporte gratuito para adultos mayores con pensión básica solidaria y rebajado para todos lo demás, junto con una red de farmacias de bajo costo. En nuestra propuesta, este menor gasto junto con el aumento de pensiones ahora, permite en el corto plazo sacar a todos nuestros abuelos de la pobreza. Ese es nuestro compromiso.

Fin al CAE, sacar la mochila a las familias endeudadas por estudiar.

Dinamizar los proyectos de inversión con una oficina especial en La Moneda, aseguran mayor crecimiento con la mayor rapidez posible. Continuar generando una matriz de energía renovable y de menor costo.

También la enorme batería de medidas para mejorar la situación de las mujeres, a igual trabajo igual salario, que las mujeres puedan administrar los bienes del matrimonio en  igualdad de condiciones, apoyar a encontrar trabajo a mujeres agredidas, que cualquiera pueda denunciar la agresión de género, etc. Son muchas propuestas que vamos a cumplir.

- Carolina Goic planteó una interesante apuesta, más allá de los resultados. Una nueva ética para la política. ¿Siente usted que existe con Piñera y la derecha una diferencia sustancial en materia ética? Se lo pregunto porque usted ha remarcado lo que denomina la cultura de la mentira y el engaño, que encarna el candidato de Chile Vamos.

Sebastián Piñera, siendo un hombre inteligente, es un enorme peligro para la gobernabilidad de Chile. Piñera como le decía, está dispuesto a hacer o decir cualquier cosa por ganar unos votos. Y mientras se da vuelta la chaqueta en gratuidad uno de sus miembros de comando aclara que no le cree y otro que si manda proyectos de ley se los va a votar en contra.

- Trasladémonos a 2022, usted terminando su periodo. A quién le agradaría entregarle la banda. A Beatriz Sánchez, Carolina Goic, alguien de derecha o ME-O. O tiene alguna otra opción en mente.

A quien el pueblo crea que interpreta mejor una continuación de un rumbo de mayor justicia social y de mayor participación. Ahora, así como yo hace cuatro años era un simple periodista candidato a senador, es posible que ahora no conozcamos al futuro presidente o presidenta de Chile para 2022.

- Senador, de triunfar este domingo. ¿Invitará a la Democracia Cristiana a formar parte de su gobierno? 

Como lo he dicho, estarán todos invitados, los que se quieran sumar a nuestra coalición o aquellos que sin querer ser parte del gobierno estén dispuestos a llegar a acuerdos en proyectos puntuales por el bien de Chile.

- ¿Corre lo mismo para el Frente Amplio?

Exactamente lo mismo.

- Usted ha sido mesurado al momento de ofrecer cambios. Ha señalado que no es cuestión de decir se acaban las AFP y ya. Tampoco se puede llegar y condonar el CAE de buenas a primeras, debe ser gradual. Similar ha planteado en reformas a la Constitución y otras materias. Además no tendría mayoría parlamentaria. ¿Cree senador que la gente entiende esto y que no le pasará la cuenta por no ir más rápido?

Yo creo ser un chileno bastante promedio, surgido desde provincia y con un sentido común cercano al de la mayoría. Tengo un compromiso social, pero no pretendo avanzar imponiendo mis ideas. Me gustan las reformas sociales, pero me gustan las reformas bien hechas, bien pensadas y con mucha participación. Tampoco me pierdo el objetivo central. Los grandes objetivos son tener mejores pensiones ahora, no en 20 años como propone Piñera, y tener educación gratuita para todos. Eso lo vamos a hacer bien hecho, con acuerdo, con dialogo y con participación.

- Desde nuestra primera entrevista, usted intentó marcar un sello, una mirada de futuro elevando el debate a propuestas concretas. Pero hoy se discute de listas falsas de salud, presuntos fraudes electorales, etc. ¿Se ha rebajado la calidad de la política?

No. Lo que ha rebajado la conversación en los últimos días es que se descubren cada cierto par de días nuevos engaños y faltas de mi contendor. Pero nosotros seguimos interesados en el futuro, en la energía, la digitalización, los trabajos decentes, el crecimiento con seguridad social y de eso estamos hablando con los chilenos y chilenas.

- Senador, las proyecciones hablan de un crecimiento para el país cercano al 3%. ¿Estima que será suficiente para financiar su programa? A qué más echará mano.

Sí, nuestro programa contempla una inversión pública de 2.500 millones de dólares por año que se financian con la reforma tributaria en régimen de la Presidenta Bachelet y con la expectativa razonable de crecimiento. Además con el apalancamiento de 21 millones de dólares del sector privado vía concesiones. Es un programa realista, austero pero exigente  y muy responsable con las finanzas públicas. A diferencia del programa de Piñera que aún no dice cómo la va a financiar, si cerrando el SENAME, el SENCE o despidiendo a 20 mil funcionarios públicos, su propuesta es así de poco seria.

- Alejandro, ahora le pregunto al hombre, no al candidato ni al senador. Con la mano en el corazón, ¿siente que ganará el 17? ¿Que se puede?

Si, se puede. Estoy convencido. Si la mayoría se expresa. Si los chilenos y chilenas van a votar, los que queremos un Chile más justo somos mayoría.

- Usted me dijo en su oportunidad que habría estado dispuesto a ser el jefe de campaña de Beatriz Sánchez, si ella hubiera pasado al balotaje. ¿Echó de menos que ella fuera su jefe de campaña ahora?

No. Estoy muy agradecido de que Beatriz vote por mí. Su opción la valoro, la aprecio. Pero por el mismo cariño y respeto que le tengo, no me pareció justo buscar, exigir o poner una presión que no se condice con la amistad y el cariño que nos tenemos.

- Cuál sería, en las horas finales, su mensaje al país

¡Tu voto es tu poder! El 17 de diciembre todos somos iguales. Todos tenemos en nuestras manos los destinos de Chile. La definición es entre el retroceso de Piñera o la propuesta de una mirada nueva del Chile que cambió. La definición es entre seguir anclados en el pasado, haciendo más de lo mismo para que nada cambie realmente en la vida de las personas. Practicando la misma manera de hacer las cosas, sin derrotar la delincuencia, con instituciones débiles ante la corrupción, con la política afectada por el dinero, creyendo que los funcionarios públicos son activistas políticos o grasa del Estado. Eso es lo que representa Piñera. Y nuestra mirada de renovación y cambio, que es puesta desde la mirada del primer independiente del progresismo que entrará La Moneda, no para ser la primera autoridad, sino el primer servidor público del país. Poniendo las necesidades, las urgencias y la visión de la gente común en el centro del gobierno y de las políticas públicas.

¡Anda a votar! ¡Ejerce tu poder!