Por Alfredo Peña R.
En entrevista con Cambio21, el excanciller y exembajador en EEUU, Italia, España y Gran Bretaña, Mariano Fernández (DC) aborda con preocupación el secuestro de un exmilitar venezolano en Chile, especialmente por tratarse de un refugiado político. Destaca la importancia de que las autoridades ejecutivas se apliquen en la investigación y descarta llamar al COSENA como una medida desproporcionada. Además, señala la gravedad de una posible participación extranjera en el secuestro, considerándolo como una agresión al Estado de Chile.
En cuanto a la estructura de inteligencia de Chile, Mariano Fernández reconoce "la necesidad de mejorarla", pero enfatiza que casos como este escapan a cualquier institucionalidad de seguridad. También hace hincapié en la polarización extrema en el país, instando a los responsables políticos a buscar acuerdos y reducir la beligerancia para evitar mayores riesgos.
Por último, Mariano Fernándezexplica su preocupación por la situación en Venezuela, donde considera que se está consolidando una tendencia dictatorial. Recientemente firmó un documento junto a otros cancilleres y la expresidenta Bachelet denunciando esta situación y llamando a evitar que la dictadura se consolide en el país latinoamericano.
¿Qué piensa de lo que está ocurriendo con el secuestro del exmilitar venezolano en Chile?
Es muy difícil saber exactamente frente a qué estamos. En todo caso, es muy delicado que el secuestrado sea un refugiado político porque en el abanico de hipótesis alguna es mayor que las otras. Empleando las palabras de un antiguo director de Investigaciones: Descartemos, sin descartar.
Algunos diputados y senadores piden llamar al Cosena...¿Qué piensa de esta idea?
Llamar al COSENA es desproporcionado. Corresponde que las autoridades ejecutivas en temas policiales y de seguridad se apliquen a la investigación y que el gobierno colabore y mantenga comunicación con los otros poderes dado el hecho que es el secuestro de un asilado político.
El presidente del Senado dice que si Venezuela está detrás del secuestro sería la más grave agresión internacional a Chile en este siglo. ¿Qué piensa usted?
Si resulta que ha habido participación extranjera, el asunto es aún más grave. En este caso estaríamos hablando de una agresión al Estado de Chile, no solamente al gobierno.
Algunos critican que Chile tiene mala estructura de inteligencia. ¿Qué cree usted?
No se deben confundir las cosas. Hay consenso de que Chile necesita mejorar su inteligencia y seguridad preventivas. Por lo tanto, gobierno y Parlamento deben continuar abocándose a finalizar la ley que se discute actualmente. Sin embargo, casos como éste escapan a cualquier institucionalidad de seguridad. Mire el caso de Estados Unidos: La dictadura chilena hace asesinar a Orlando Letelier en pleno Washington DC, la capital de EE. UU.; la misma dictadura intentó asesinar a Bernardo Leighton y su señora en Italia, terroristas de Al Qaeda estrellan dos aviones contra las torres gemelas en Nueva York. En Gran Bretaña envenenan a Alexei Navalny, etc.
Usted fue embajador y canciller. ¿Qué consejos le daría al Gobierno?
No me parece que le deba dar consejos al gobierno, pero sí veo un país polarizado en extremo, con todas las consecuencias negativas que ocurren en estos casos. Pienso que lo responsables políticos de gobierno y oposición deben hacer un mucho mayor esfuerzo para encontrar acuerdos, reducir los niveles de beligerancia y descalificación porque es evidente que así no se avanza y el país cada día corre mayores riesgos en distintas áreas debido a esta situación fundamental. Y si miramos las cosas seriamente, es claro que esta situación y esta dinámica daña y perjudica al conjunto de los chilenos y sus instituciones y no solamente a un sector.
Usted firmó recién un documento junto a otros cancilleres y también con la expresidenta Bachelet por la tendencia dictatorial del gobierno de Maduro. ¿Por qué esa preocupación?
Firmé la carta que encabezan la presidenta Bachelet y el presidente Rodríguez Belzé de Bolivia porque percibo que Venezuela ya se encuentra en una dictadura. Entre los firmantes hay matices, pero es muy significativo que dos presidentes, 18 ex cancilleres provenientes de muy diversos países, y otros ex ministros y académicos hayan coincidido en que se logre que en Venezuela "la tendencia dictatorial y anti histórica no se consolide" El camino actual, con prohibición de opositores a ser candidatos en las elecciones, el encarcelamiento y tortura de disidentes, la enorme ola de emigrantes, la no autorización para que algunos venezolanos regresen a su país, constituyen en los hechos una situación dictatorial donde lo único claro que se vislumbra es que Maduro y su grupo intentarán permanecer en el poder por tiempo indefinido.