La campaña presidencial que llevó al actual Gobierno a la victoria electoral en 2017, se estructuró sobre un marcado discurso en torno a la recuperación económica, incluyendo por cierto la generación “más y mejores puestos de trabajo”. Cuando la economía tuvo visos de repunte hacia finales de la administración de la Presidenta Michelle Bachelet, el entonces candidato presidencial, hoy Presidente de la República, aseveraba que tales signos de recuperación económica podían explicarse por las expectativas que generaba su inminente elección.
Transcurridos 16 meses de gestión de la actual administración, la economía sigue estancada y con proyecciones a la baja por parte de los diversos órganos y actores del sistema económico local y global. En enero de este año, el Presidente Piñera señalaba que "Chile está creciendo con fuerza. El crecimiento de este año, a pesar de que algunos incrédulos lo ponen en duda, va a estar en torno al 4%.” Luego, en abril de este año, el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en una presentación ante la Comisión de Hacienda del Senado actualizó las cifras económicas, proyectando el crecimiento en torno a un 3,5%. Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la proyección de crecimiento para la economía chilena este año a 3,2% desde el 3,4% previsto en abril.Aunque los analistas privados apuestan a sólo 2,8% de crecimiento para este año.
Consecuente con lo ocurrido en materia de cifras económicas, los indicadores de desempleo, ampliamente conocidos por la opinión pública, siguen sin mostrar signos de mejoría, sino que contrariamente, cada nueva publicación demuestra el deterioro en materia de tasas de desocupación. En efecto, la última cifra dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondiente al trimestre móvil marzo-mayo 2019, alcanza un 7,1% de desocupación. Conviene anotar que el peak de desempleo alcanzado en el gobierno anterior fue de 7,1%, en el trimestre mayo-julio 2016. Asimismo, la entonces oposición, hoy oficialismo, cursó una citación a la titular de la cartera de Trabajo de la época, Sra. Alejandra Krauss, en abril de 2017, cuando el desempleo registraba un 6.7%.
Este 25 de julio fue dada a conocer la encuesta del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, la que reportó un fuerte incremento en el desempleo en el Gran Santiago, alcanzando una tasa del 8,4% en la medición de junio. En concreto, al cierre del primer semestre de 2019, 280 mil personas se encuentran sin empleo en la capital. El informe detalla que los mayores niveles de cesantía están en las áreas de Construcción (9,2%), Comercio (9,0%) y Transporte y otros (8,1 %). Además, el tiempo de desocupación creció de 4 a 5,3 meses y la proporción de hogares con al menos una persona desocupada pasó de 10 a 11,7%.
Es pertinente recordar el compromiso del Programa de Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, que sobre este punto señala: "Duplicar la capacidad de crear nuevos empleos, mejorando su calidad y aumentando significativamente la tasa de incremento de los salarios. La meta es tener 9 millones de personas empleadas hacia finales del mandato". Cabe entonces preguntarnos si con el ritmo actual en materia de empleos, el Gobierno estará en condiciones cumplir con tal meta. En este sentido es posible apreciar que la cifra relativa a creación de empleos, entregada por el INE, nos indica que la creación de nuevos puestos de trabajo ha disminuido (115.973), después de un repunte en 2018 (174.418), es hoy más baja que en 2017 (140.329).
Así también, el desempleo juvenil para el tramo inferior a los 19 años es la mayor desde 2010, alcanzando un 28,5%. El desempleo entre jóvenes de 20 a 24 años alcanza un 16,4%, en tanto que el tramo de 25 a 29 se encumbra a un 11,7%. Vale decir, en todos los tramos calificables como juvenil, la tasa de desempleo supera largamente los dos dígitos.
Otro dato preocupante tiene que ver con la incapacidad que está mostrando el mercado laboral para absorber mano de obra calificada. Más de un tercio de los desocupados en Chile cuentan con un título o incluso un postgrado. Así lo indican datos recogidos en el último trimestre por el INE que cifran en 267.580 el total de individuos “con cartón” que se encuentran aún sin empleo.
Es urgente interpelar al ministro del Trabajo por mal desempeño en materia de desempleo. Por Raúl Soto, Diputado
Finalmente, en lo que a cifras respecta, la brecha de desempleo entre hombres y mujeres también presenta datos preocupantes. En el trimestre móvil marzo-mayo 2019 el desempleo entre hombres alcanza un 6,3%, en tanto que la tasa de desocupación femenina supera a la masculina en casi 2 puntos, con un 8,2%. Es preciso anotar que durante todo el gobierno de la Presidenta Bachelet, la cifra de desempleo entre las mujeres nunca alcanzó los 8 puntos.
Todos estos antecedentes nos obligan a ejercer nuestro rol de fiscalización, de manera de poder evaluar las políticas públicas implementadas, las medidas que se estén adoptando, así como aquellas que se encuentren en formulación. El desempleo no puede ser una bandera política, sino que debe constituir una preocupación fundamental de todos los sectores. Las consecuencias derivadas del desempleo afectan principalmente a las familias vulnerables y de clase media, aquellos que sin capacidad de ahorro ven desmoronarse sus proyectos de vida frente a la inclemencia de la desocupación laboral.
Es importante que el Gobierno asuma que hasta ahora no ha demostrado los resultados comprometidos, así como tampoco ha sido capaz de cumplir las altas expectativas generadas en materia de empleo. Luego de asumir tal realidad y la responsabilidad política asociada, debemos disponernos a buscar prontas soluciones, las que requieren de un amplio diálogo, pero por sobre todo, de acciones concretas y decididas.
Debe ser un imperativo ético de toda la oposición representar los intereses de la ciudadanía, de los trabajadores y trabajadoras desempleados, de las familias vulnerables y de clase media que esperan una rendición de cuenta de cara al país de parte del Ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg respecto al fracaso de las políticas laborales impulsadas por el gobierno del presidente Sebastián Piñera. El camino institucional para alcanzar ese objetivo es la Interpelación en conformidad con lo dispuesto en los artículos 52 N° 1, letra b) de la Constitución Política de la República y 323 y siguientes del Reglamento de la Cámara de Diputados. Esta debe ser una prioridad política de todos los sectores de oposición.